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Geopolítica

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Partidarios de Zelaya y Micheletti toman las calles

Los enfrentamientos entre los seguidores del depuesto mandatario y la policía dejaron esta semana un simpatizante de Zelaya muerto, decenas de heridos y varios detenidos.

Tegucigalpa.- Seguidores y detractores del depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, salieron a las calles de Tegucigalpa, en una pulseada en torno a la vuelta al poder del líder refugiado en la embajada de Brasil, que seguía sitiada por militares.

Los partidarios de Zelaya dijeron que se mantendrán lejos de la sede diplomática, a donde intentaron llegar en una multitudinaria marcha el miércoles pero fueron dispersados por fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos, aunque algunos querían hacerlo para elevar la presión por su restitución.

Los enfrentamientos entre los seguidores del depuesto mandatario y la policía dejaron esta semana un simpatizante de Zelaya muerto, decenas de heridos y varios detenidos. A pesar de esto, el Gobierno de facto determinó levantar desde el jueves a la mañana el toque de queda que llevaba dos días.

Otro hombre murió baleado por fuerzas de seguridad en un acceso a la ciudad norteña de San Pedro Sula por no pararse en un retén, aunque no había detalles del incidente, dijo el portavoz del ministerio público, Melvin Duarte.

"Tenemos indicios que hay 12 muertos en los últimos cuatro días", afirmó sin embargo el derrocado mandatario a una radio paraguaya sin dar más detalles.

Después de tres meses en un forzado exilio tras haber sido derrocado a punta de pistola, Zelaya volvió el lunes por sorpresa a Tegucigalpa burlando defensas del Gobierno de facto para intentar regresar al poder. Y se refugió en la embajada de Brasil desafiando una orden de arresto en su contra.

El mandatario dijo que el Gobierno de facto le envió un emisario proponiéndole colocar una tercera persona en la presidencia para salir de la crisis, algo que no aceptó.

"Prácticamente una propuesta que significa dar otro golpe de Estado; o sea, quitar el golpista que está ahora y sentar a otro tercer golpista para que accediera a la presidencia y ante mi negativa no he vuelto a tener noticias", dijo Zelaya a otra radio de Paraguay.

Frente a la Universidad Nacional Autónoma, cientos de manifestantes pro Zelaya quemaron llantas y bloquearon una calle con bloques de cemento, aunque el incidente no pasó a mayores.

"El objetivo es que la resistencia se mantenga en los barrios y evitar que la gente vaya a la embajada", dijo César Silva, de 39 años, integrante del Frente Nacional de Resistencia contra el golpe y uno de los cientos de manifestantes pro Zelaya.

Pero, Mario Flores, un ingeniero agrónomo de 42 años, afirmó que la idea era dirigirse hacia allí. "No hay que dar tregua, vamos a ir a crear caos", señaló.

Por otro lado, unos 2,000 simpatizantes del presidente de facto, Roberto Micheletti, se concentraron frente a la sede de las Naciones Unidas con vestimenta blanca y ondeando banderas de Honduras gritando consignas contra Zelaya.

"Si la comunidad internacional no quiere reconocer las elecciones, que no lo hagan. Cuba vivió 50 años aislada", dijo Julia García, una odontóloga de 40 años durante la marcha, refiriéndose a los planeados comicios del 29 de noviembre que una mayoría de países dice no reconocerá.

"¡Qué lo saquen, que se vaya!", gritaron los manifestantes, en una concentración que los partidarios de Zelaya dicen está integrada por funcionarios del Estado que son obligados a asistir con amenazas.

"¡Lula, Lula, llévate a esa mula!", gritaban otros. La manifestación se dispersó pacíficamente.

Embajada sitiada

Testigos de Reuters dijeron que durante la noche batallones de soldados pasaron frente a la embajada y se movieron por los alrededores, algunos entonando tonadas bélicas y haciendo sonar sus escudos contra el piso.

Reflectores fueron colocados en casas vecinas apuntando a la representación diplomática, y también altavoces con música tropical y por momentos el himno nacional.

En la mañana, la vigilancia fue reforzada con cientos de militares ante la posibilidad de que los partidarios de Zelaya intenten llegar a la zona.

Zelaya, derrocado el 28 de junio por supuestamente violar la Constitución al querer abrir el camino para la reelección presidencial, denunció que el Gobierno de facto planea asaltar la embajada y asesinarlo, aunque las autoridades interinas lo niegan.

El Gobierno de facto que encabeza Micheletti dijo estar dispuesto a recibir a una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) para dialogar con Zelaya, pero se niega rotundamente a devolverle el poder.

Además ha exigido a Brasil que lo entregue para que sea arrestado y juzgado por la supuesta violación constitucional y actos de corrupción.

Presión internacional

En la Asamblea General de las Naciones Unidas que se desarrolla en Nueva York varios países demandaron la restitución de Zelaya, en especial Brasil, que pidió estar alerta sobre la situación de su embajada.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, exigió la restauración de Zelaya. "No vamos a aceptar un golpe antidemocrático. La democracia tiene que volver a Honduras", dijo.

Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que no reconoce a otro presidente que no sea Zelaya, lo que cierra la puerta a vitales fondos que el empobrecido país centroamericano necesita.

El mandatario derrocado, un magnate de la industria maderera de 57 años, ganó las críticas de muchos en Honduras por su alianza con el presidente venezolano Hugo Chávez.

El diario brasileño O estado dijo que Venezuela habría apoyado con recursos el reingreso de Zelaya al país, algo que Chávez ha negado.

Su derrocamiento, respaldado por buena parte de la clase política, los empresarios, la justicia, el Congreso y hasta la Iglesia Católica, ocurrió horas antes de un referendo que abriría el camino para la reelección presidencial.

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