Cooperación vs competencia

Imagínese, estimado lector, un lugar donde las empresas trabajen de forma colaborativa. Donde una empresa tenga a la empresa vecina dentro de su cadena de suministro y ella sea también de la cadena de suministro de su vecina. Lo que le suceda a una empresa, para bien o para mal, le afectará a la otra.

Imagínese tratando de reducir los costos de producción, transporte, almacenamiento, logística, etcétera, entre varias empresas. Eso daría como consecuencia que los beneficios económicos fueran más o menos del mismo orden para todas ellas.

También cree en su mente la imagen de que hay integración con las universidades, las cuales hacen investigación aplicada para esas empresas, y que el gobierno local apoya en el marco legislativo porque le interesa el desarrollo económico de su región.

Todo eso traducido al ámbito social crearía un nivel de bienestar estándar y aceptable para los habitantes de esa región o al menos para los trabajadores de esas empresas y universidades que trabajan colaborativamente.

Lo que sucedería sería que el círculo virtuoso de la cooperación económica entre empresas se vería plasmado en el bienestar de las personas.

Pero no es necesario imaginárselo. El ejemplo del que hablo no es una utopía que tenemos los habitantes del país por ver un mundo mejor.

El lugar se llama Mondragón, España, y desde hace más de 60 años se dieron cuenta de que si las empresas no colaboraban entre sí, iban a desaparecer.

Se dieron cuenta de que si no invertían en investigación y en desarrollo (I+D) no iban a tener un crecimiento económico sostenible y que si el gobierno no ponía las condiciones para el crecimiento, simplemente no trascenderían y siempre serían pobres.

En el México de hoy, la idea de la cooperación se enfrenta a la idea de la libre competencia como si fuesen dos conceptos antagónicos.

A la empresa mexicana le interesa la maximización de sus beneficios y la minimización de sus costos a toda costa.

La idea de la cooperación sólo es considerada si eso representa un beneficio mayor sobre sus competidores. La cadena de suministro siempre es vista como la forma de sacarle ventaja al proveedor y pagar menos.

Creo firmemente en que si primero se pudiera lograr el acuerdo para trabajar de forma cooperativa, la competencia sería con las demás regiones o países.

Primero deberíamos de desarrollar el círculo virtuoso entre empresa, universidad, gobierno y sociedad que nos permita, después, competir en un mundo globalizado.

La idea de cooperar quizá no es tan utópica si comenzamos hoy a practicarla.

*El doctor Eduardo Carbajal es director de la Escuela de Negocios y Humanidades del Tecnológico de Monterrey, campus Toluca.

edcarbaj@itesm.mx