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Europa empuja las tasas a la baja

Justo cuando la Reserva Federal de Estados Unidos está por concluir su actividad de recompra de bonos conocida como Relajación Cuantitativa, lo cual se entiende como una primera medida de menor estímulo a la economía, las tasas de interés de largo plazo apuntan de nuevo a la baja.

Al parecer, las circunstancias actuales hacen a los inversionistas más escépticos con respecto a una posible alza de los réditos, en especial por lo que pasa en Europa.

La expectativa de una trayectoria de elevación de las tasas en Norteamérica ha resultado fallida a lo largo del año. Primero hubo una interrupción inusual en el crecimiento debido al mal clima, combinada con un discurso muy enfático de la misma FED que, al observar el temor de los inversionistas, se encargó de advertir explícitamente que las tasas debían permanecer en niveles bajos por un tiempo prolongado.

A partir del segundo trimestre, en momentos en que aparentemente el empleo y la actividad económica vuelven a tomar forma, las tasas no sólo no repuntan sino que se reducen aún más. Del inicio del año a la fecha, la tasa del bono del tesoro de Estados Unidos a 10 años se ha reducido en 60 puntos base y se ubica hoy en un nivel de 2.43 por ciento.

En las últimas semanas, el empujón a la baja en las tasas parece provenir de lo que pasa en Europa. La región vuelve a estar en una fase crítica. Por una parte detuvo su crecimiento de manera alarmante en el segundo trimestre después de haber comenzado a registrar tasas positivas de crecimiento desde hace exactamente un año. Recientemente, la economía de Alemania marcó la primera contracción trimestral desde el primer trimestre del 2013, Francia se mantiene estancada sin crecimiento durante los primeros trimestres del año e Italia vuelve a recesión técnica con dos trimestres consecutivos de contracciones en el 2014.

Por otro lado, el conflicto entre Rusia y Ucrania parece estar pasando factura a las principales economías; y se puede agravar. Ayer mismo Rusia amenazó con vetar las importaciones de automóviles de la región hacia su país si se incrementaban las sanciones económicas que le han impuesto la Comunidad Europea y de Estados Unidos. Las noticias anecdóticas refieren que productores agrícolas regalan sus productos en mercados de Holanda y Alemania al no poder exportarlos a Rusia, su cliente más común.

No sería de sorprender que los datos económicos de julio y agosto para la región fuesen todavía más malos.

¿Qué hacen los mercados? Anticipar que el Banco Central Europeo tendrá que realizar por fin un estímulo monetario más directo vía la recompra de bonos de los países miembros. Ello se refleja en la fuerte baja de las tasas, sobretodo de los bonos de países más solventes, en especial de Alemania. La tasa del bono soberano alemán a 10 años es de 1.0% y registra una baja desde el inicio del año de 93 puntos base.

Estos niveles provocan un arbitraje, algunos inversionistas venden en corto el bono alemán y compran el norteamericano que paga un punto y medio más. Esa demanda adicional comprime aún más los réditos.

Ayer se publicaron las minutas de la última reunión de la Fed celebrada el pasado 30 de julio. La atención de los mercados se centró en dos puntos: el primero, que algunos miembros del Comité de Mercados Abiertos promovieron una acción más rápida de alza de tasas si la economía muestra una recuperación mayor a la esperada; el segundo, que hay una coincidencia fuerte en que existe una fuerte holgura en el mercado laboral, entiéndase como capacidad no utilizada (muchos desempleados aún) y por lo mismo escasa presión en los salarios.

El día de mañana la presidenta de la Fed dará un discurso en la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole. Los inversionistas esperan señales que les permitan especular sobre la dirección de las tasas. Lo más probable es que la mención se centre en el último punto del párrafo anterior y que se refuerce la idea de que las tasas no van a cambiar en un buen rato.

Si la Fed mantiene su postura, durante los siguientes meses podríamos ver un abatimiento mayor de las tasas en caso de que la situación en Europa empeore y el BCE tenga que actuar con mayor firmeza. No sería sorpresivo en ese caso ver a la tasa americana apuntar hacia el 2.0% y -¿por qué no?- a las tasas en México descender a niveles aún menores.

Por último, hay que recordar que la palanca que ha motivado la ubicación en máximos de las bolsas en Estados Unidos y en casi todo el mundo ha sido la presencia de tasas de interés muy bajas. Si tal condición puede persistir, e incluso intensificarse, no habría por qué esperar una corrección en las bolsas.

Ayer se generaron nuevos máximos... y podríamos ver más en el futuro inmediato.

Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de INVEX. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo:

perspectivas@invex.com

?Twitter: @invexbanco

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