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Nuevo NAICM, entre principales emisores verdes

La nueva terminal aérea de la Ciudad de México pagó una alta prima a los inversionistas por contar con los recursos.

El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) se convirtió en uno de los 20 más grandes emisores de bonos ecológicos colocados en el mundo durante el 2016 y el primer trimestre del presente año.

El NAICM se ubicó entre los proyectos más verdes entre empresas de la talla de Apple e Iberdrola y los financiados por los bancos chinos Shanghai Pudong Development Bank, Industrial Bank Co y la empresa de energía estatal China Three Gorges Corporation.

Los plazos de estas inversiones van desde tres hasta 30 años, por montos de los 780 millones hasta 3,000 millones de dólares.

El NAICM es la primera entidad mexicana y en Latinoamérica que coloca un instrumento verde en los mercados internacionales. La oferta fue realizada en dos tramos de 1,000 millones de dólares cada uno a 10 y 30 años, los plazos más largos registrados.

Sin embargo, el diferencial en tasas de interés frente a los mayores emisores de deuda verde como el Shanghai Pudong Development Bank o el Bank of Communications es de hasta 200 puntos base.

En un instrumento similar, los chinos pagarán una prima de 3.4%, mientras que el instrumento mexicano pagará 5.5%, esto es 200 puntos base más que los emisores del país asiático, indicó Fitch Ratings.

Incluso, el NAICM será el segundo aeropuerto más grande en construcción en el mundo y tendrá un costo de 180,000 millones de pesos, también devolverá a sus inversionistas un premio mayor que la compañía eléctrica española Iberdrola cuyo cupón es hasta 450 y 500 puntos base menos.

La obra, considerada la más emblemática de este siglo para México, destaca por su construcción sustentable y funcionará con fuentes de energía renovable, eficiencia en el consumo de agua potable, 70% provendrá de aguas residuales tratada.

Camino a la madurez

El mercado de bonos verdes ha crecido rápidamente para convertirse en una clase de activos global para todos los sectores, impulsado por el acuerdo climático de la COP, el 21 en diciembre del 2015. Éstos ya son vistos como una herramienta clave para implementar metas nacionales de cambio climático.

En lo que va de este año, las emisiones han alcanzado 5,700 millones de dólares, las proyecciones apuntan a cerrar este 2017 con un total de 15,000 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de The Climate Bonds Initiative, organización internacional que promueve la emisión de bonos verdes.

Pese a su rápido crecimiento, el mercado aún sigue siendo pequeño respecto los mercados bursátiles globales que operan billones de dólares.

Los bonos ecológicos sólo representan menos de 1% del mercado global de bonos, por lo que el potencial de crecimiento es grande , estimó la agencia calificadora Fitch Rating, a través de su análisis de bonos verdes.

Añadió que en la última encuesta de inversores europeos, la mayoría de los encuestados espera que el impacto financiero en sus inversiones aumente por el riesgo ambiental, social y de gobierno.

A diferencia de un bono tradicional, los verdes financian principalmente proyectos en energía renovable, eficiencia energética, transporte de bajo carbono, agua sostenible, manejo de desechos y control de la contaminación.

Fuerte demanda

La calificadora explicó que la creciente preocupación por el cambio climático ha motivado el interés por las finanzas verdes y se ha observado que también ha aumentado la demanda de bonos verdes por parte de fondos de pensiones y fondos soberanos.

La demanda es particularmente fuerte de los inversores centrados en la inversión sostenible y responsable y aquellos que incorporan criterios ambientales, sociales y de gobernanza como parte de su análisis de inversión , aseguró.

Grandes manejadores de activos en el mundo han estructurado fondos de bonos verdes dedicados, por ejemplo, Amundi, Allianz, AXA, BlackRock, Calvert, Mirova (Natixis), Nikko, SEB y State Street. Se estima que había 23,000 millones de activos administrados bajo estrategias responsables de inversión a principios del 2016, según Global Sustainable Investment Alliance.

Estrategias globales para impulsar desarrollo global de bonos verdes

China

El país asiático, el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero (GEI), se convirtió en el 2016 en el primer emisor de bonos verdes global, con colocaciones que sumaron alrededor de 3,000 millones de dólares que en su mayoría se destinaron a financiar proyectos del sector ferroviario y de transporte.

De acuerdo con el informe de la calificadora Fitch Rating, China se ha comprometido a reducir su intensidad de carbono entre 60% y 65% para el 2030, para ello necesitará inversiones anuales de 320,000 a 640,000 millones de dólares, y al menos 85% tendrá que provenir del sector privado.

Las finanzas verdes para China es ya una estrategia nacional, donde el mercado de bonos verdes ha tenido un fuerte impulso para su crecimiento y, al mismo tiempo, desarrolla el mercado de bonos verdes etiquetados .

Estados Unidos

Como el segundo mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero y para cumplir sus metas de reducción de GEI entre 26 a 28% para el 2025, desarrolló el Plan de Energía Limpia destinado a bajar los niveles de dióxido de carbono en las plantas de energía eléctrica, no obstante, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva solicitando a la Agencia de Protección Ambiental que revise el plan.

El estado de California cuenta con los estándares internacionales más avanzados en materia de bonos verdes y sigue trabajando para impulsar dicho mercado.

Unión Europea

Sus compromisos de reducir las emisiones de GEI en 40% para el 2030 la han llevado a implementar el programa de Energía Limpia para Todos los Europeos , que implicarán inversiones adicionales de 177,000 millones de dólares de inversión pública y privada al 2021, de manera anual.

Para alcanzar este objetivo serán necesarios nuevos mecanismos innovadores de financiamiento e inversión, en donde el mercado de bonos verdes representa una oportunidad para movilizar los recursos.

judith.santiago@eleconomista.mx

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