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Ciudadanos defienden democracia en México
La ciudadanía salió ayer a las calles de la Ciudad de México y de otras entidades de la República Mexicana, a defender al Instituto Nacional Electoral como órgano autónomo –independiente del gobierno federal– y en rechazo a la reforma electoral que propone el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“El INE no se toca” y “A eso vine, a defender al INE”, entre otras fueron las consignas que se escucharon.
Los ciudadanos expresaron su convencimiento de mantener la independencia del INE respecto del gobierno –cualquiera que sea– y, hoy, frente a la intención del gobierno en funciones, de modificarlo.
Fue una jornada de defensa de la democracia. Una jornada de defensa de las instituciones ciudadanas que permiten la libre competencia electoral y el voto libre. Una jornada en la que miles de mexicanos se manifestaron en contra del regreso a un sistema autoritario.
En las redes sociales se difundieron una gran cantidad de videos y fotografías que dejaron ver claramente que hay una enorme preocupación por lo que implica la reforma electoral que quiere aprobar el gobierno lopezobradorista.
El mensaje quedó claro: miles de mexicanos, que salieron a las calles en 26 ciudades del país, y más de 50 organizaciones civiles, desean mantener viva la democracia.
Desde el ámbito oficial, se trató de minimizar la participación ciudadana. Pero las imágenes contrastan con los dichos. ¿Qué importan las palabras, cuando las imágenes dicen más?
Mostraron a miles de mexicanos en muchas plazas del país, que están en contra de la contrarreforma electoral.
La ciudadanía no cree que la reforma electoral que propone el gobierno sea para ampliar la democracia. Por el contrario, considera que representa una reforma regresiva y autoritaria.
La expresión ciudadana fue de rechazo a la propuesta presidencial de reforma electoral.
Pero también fue un mensaje directo a los partidos de oposición, a los que la ciudadanía castigará con su voto, si es que acceden a apoyar la reforma electoral gubernamental.
La manifestación ciudadana complica la aprobación de la reforma constitucional. Presiona al Jefe del Ejecutivo y presiona a los partidos de oposición en el legislativo.
Es público y reconocido por el propio Presidente de la República su carácter obstinado, lo que hace probable que no retroceda en su intención reformista.
Lo que sí es probable es que le resultará no sólo más difícil, sino más caro en términos políticos.
Ojalá que le de una lectura apropiada al numeroso movimiento social, que sin acarreos ni organización partidista, alcanzó una dimensión impresionante.
De lo que no hay duda es que el gobierno buscará caminos alternativos para lograr sus propósitos y en consecuencia, la defensa ciudadana del INE, todavía tiene muchos retos por delante para mantener al INE en operación, tal y como hasta ahora, lo hace.
El organismo electoral, además del descrédito público cotidiano, ya sufrió con la aprobación del PEF-2023 un dramático recorte a su presupuesto por 4 mil 500 millones de pesos.
En su discurso, al final de la marcha, el primer consejero presidente del Instituto Federal Electoral, ahora INE, José Woldenberg, repitió lo que ha venido advirtiendo: la reforma electoral, la primera propuesta por López Obrador, busca alinear al INE a la voluntad del gobierno.
Busca destruir lo que ha costado muchos años y generaciones construir. El reconocido y respetado ex funcionario electoral –el único orador en la marcha– recordó que todas las reformas electorales, las ocho que se han hecho desde 1977 hasta 2014, fueron impulsadas desde la oposición; esta iniciativa sería la primera que surja desde Presidencia.
De aprobarse, México retornaría a la época de los 70s y 80s, cuando todos sabíamos que la Comisión Federal Electoral no podía dar garantías de imparcialidad porque estaba habitada por los partidos políticos de manera desequilibrada.
El rostro ciudadano se hizo presente y mostró lo que quiere. Todo indica que es apenas una reacción inicial de la lucha ciudadana por la alternancia pacífica; por la democracia.
Atisbos
Con su insistencia declarativa, el presidente de la República adelantó lo que venía. Sin embargo, no dejó de caer de sorpresa el anuncio de que su gobierno decidió que México abra su mercado, a la carne procedente de Argentina.
Independientemente del riesgo a la inocuidad sanitaria que ésta medida representa, parecería que se hizo a cambio de nada, en términos comerciales.
Veremos.
