Culiacán en llamas…

Frente a un despliegue operativo impresionante par proteger el traslado de quien se afirma por los medios y las autoridades es Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón” al penal del Altiplano, esta noche lo que nos deja perplejos, lo que más nos aterra  es ver el infierno que están viviendo  cientos de civiles, quienes sin poder defenderse y tener quien los proteja, a esta hora, están viviendo la furia de los grupos criminales que en lo que va del día, han tenido la capacidad de paralizar una ciudad, atacar un avión civil , cerrar el aeropuerto y matar militares, perpetrando constantes ataques contra la población, suspendiendo toda vida cotidiana de los culiacanenses, de la mano de bloqueos en las carreteras en varios puntos de la ciudad y otros municipios del estado, y habilitando una fuga masiva de reos del penal de Aguaruto…Esta, sólo es una muestra de lo que estos grupos criminales en nuestros días pueden hacer en cuestión de horas.

En efecto, nadie niega que la detención de Ovidio sea un éxito por parte del gobierno federal, “El Ratón” era un objetivo prioritario, que después de su postergada detención hace 3 años y 3 meses en el fallido culiacanazo, en donde se optó por decisión del presidente liberarlo para evitar una masacre en la ciudad, que fue entonces uno de los momentos más cuestionables que pusieron en duda la estrategia de seguridad y la perspectiva del manejo de la contención y detención de la criminalidad por parte del gobierno. 

El día de hoy, el horizonte es otro, ya que con la detención de Ovidio Guzmán, más allá de las especulaciones y coincidencias sobre la supuesta presión del gobierno americano a México, de la mano  de la llegada del presidente Biden  el día lunes, y los acuerdos entre ambos países para llevar a cabo acuerdos conjuntos para detener el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, o cualquier otra razón que pueda ponerse sobre la mesa,  hace que después de varios años, donde incluso el gobierno americano ofrecía  5 millones de dólares por información que llevara a  la detención de Ovidio, hoy sea un logro positivo para el gobierno. Pero haciendo un análisis en perspectiva, la detención de Ovidio Guzmán ¿implica que la disminución de la criminalidad, violencia o tráfico de drogas y armas disminuya? ¿Qué se lograrán pacificar algunas zonas en conflicto por disputas criminales? ¿Qué el tráfico de drogas y armas se contendrá hacia los Estados Unidos? No.

La detención de este personaje pudiera leerse más en clave política que de seguridad y en este sentido los costos y consecuencias de su detención son las que muchas veces tendrían que estar en los cálculos de una estrategia de seguridad. Lo que viven hoy los culiacanenses es una muestra de lo que nos falta pensar antes de una incursión de este calado. ¿Se pudo haber hecho distinto? Si. Incursionar en localidades donde la capacidad de gestión criminal para apoderarse del control de la vida de los ciudadanos es palpable, amerita que las incursiones puedan medirse ante todo en las posibles consecuencias que pueda ocasionar en los espacios, donde los ciudadanos serían los que terminen pagando dichas operaciones e incursiones. Nadie discute que la detención de objetivos prioritarios es necesaria, pero más allá de los agentes específicos, los recursos legales para debilitaros y acorralarlos también pudieran ser considerados como parte de una estrategia de seguridad, menos espectacular, invasiva y más efectiva.

La detención de Ovidio Guzmán es positiva políticamente estratégica para ambos gobiernos, de conformidad a los intereses de cada uno, pero de ahí a que esto signifique un cambio radical en las lógicas delictivas y violentas en ambas realidades, eso es lo que pongo en duda…. Entre otras cosas, el 17 de enero iniciará en Estados Unidos el juicio de García Luna, detenido en 2019.