Lectura 4:00 min
El paso a paso para empezar a invertir XXV
En esta serie hemos hablado de muchas cosas. En las últimas semanas nos hemos enfocado en analizar algunos portafolios de inversión que cualquier persona en México puede replicar de manera sencilla. Recordemos que los ETFs que cotizan en el Sistema Internacional de Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores pueden ser adquiridos por cualquier persona en cualquier Casa de Bolsa regulada en México. Gracias a la tecnología, varias que ofrecen servicios en línea no asesorados, permiten abrir una cuenta prácticamente sin un monto mínimo. Así que no hay pretextos para empezar.
Es cierto que algunos de los ETFs tienen precios arriba de 1,000 pesos. El VTI por ejemplo, que ha sido parte casi de todos los portafolios de los que hemos hablado, se cotiza hoy a poco más de 4,000 pesos por título. El AGG cuesta poco más de 2,100 pesos por unidad. El VEA o el VWO arriba de 800 pesos cada uno.
Eso hace que para poder armar un portafolio completo (sobre todo aquellos que tienen más de dos o tres ETFs), sí se necesita tener un monto mayor.
Sin embargo, esto no es pretexto y reitero lo que he dicho antes: cualquier persona puede empezar hoy con sólo 100 pesos. Lo más importante en inversiones, para construir un patrimonio de largo plazo, es la constancia y la disciplina. Ahorrar un monto fijo cada mes, hacerlo siempre y si se puede, de manera automática. No importa si los mercados están subiendo o si hay una amenaza de recesión. Pueden ser 100 pesos, pueden ser 1,000 pesos o puede ser más. Todo depende de nuestras posibilidades.
Si no nos alcanza al principio para comprar ninguno de los ETFs que componen el portafolio que hemos elegido, no importa. Simplemente seguimos ahorrando hasta que nos alcance para comprar un título del primer ETF. Luego para comprar el segundo ETF y así sucesivamente. Mientras tanto, muchas casas de bolsa invierten el efectivo que ingresamos ya sea en reportos o en un fondo de inversión de liquidez diaria, para que no se quede ocioso.
Ahora bien, también es importante que trabajemos para ahorrar e invertir al menos 10% de nuestros ingresos si empezamos a la edad ideal (desde nuestro primer trabajo, alrededor de nuestros 20 años). Si empezamos más tarde, el porcentaje tendrá que ser mayor. De todas maneras, si no podemos con eso tampoco pasa nada: iniciemos aunque sea con 1% de nuestros ingresos. Pero empezar hoy. Poco a poco nos podremos administrar mejor, resolver otros compromisos e ir incrementando el porcentaje. Es fundamental no posponerlo, ni encontrar pretextos que nos impiden empezar. Porque entonces no lo haremos nunca.
Los portafolios que hemos presentado y analizado en este espacio no son los únicos y además atienden a distintos perfiles de riesgo. No es necesario replicar exactamente esos, pero pueden servirnos de inspiración para construir uno que se adapte a nuestras necesidades. Podemos usar la herramienta de porfoliovisualizer.com para analizarlo y compararlo con otros. También podemos buscar en línea. En lazyportfolioetf.com podemos encontrar una buena variedad de portafolios bien construidos y analizados. También en portfolioeinstein.com (dan seguimiento a más de 800 portafolios diferentes, la mayoría gratis, pero algunos en un reporte “premium” que a mi juicio no vale la pena).
Si aún no estamos seguros de qué portafolio queremos, tampoco es razón para no empezar. Iniciemos nuestro ahorro, vayamos acumulando dinero en nuestra cuenta de inversión mientras definimos exactamente el portafolio que queremos. Recordemos, lo más importante es empezar hoy (ese es el “mejor momento”) y separar un monto fijo cada mes con constancia y disciplina. Este monto lo podemos ir actualizando hasta que podamos ahorrar un porcentaje razonable de nuestros ingresos. Independientemente de eso, una vez al año deberíamos actualizar el monto que estamos ahorrando con la inflación (para mantener el poder adquisitivo).
Luego, elegir o construir un portafolio que sea consistente con nuestro objetivo (en este caso construir patrimonio a largo plazo) y con nuestra tolerancia al riesgo. Este aspecto es crucial, porque si asumimos más riesgo del que podemos tolerar, nos sentiremos nerviosos, preocupados y no se trata de eso. Pero además, esto podría hacernos malas decisiones, con la emoción y no con la razón. Recordemos: primero el riesgo, luego el rendimiento. Uno de los más graves errores de la gente es perseguir rendimientos sin preocuparse por el riesgo.
Finalmente, hacer un rebalanceo anual, precisamente para mantener el portafolio como debe ser, con las mismas proporciones originalmente definidas y por lo tanto, el mismo nivel de riesgo.