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Fed: ¿señal de compromiso o de pánico?
Hacia delante, el FOMC mantendrá su ciclo de restricción monetaria, el verdadero desafío será adelantarse a las magnitudes de dichos aumentos
Para sorpresa de varios miembros del mercado, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal (Fed) tomó la decisión de aumentar la tasa de fondos federales en 75 pb para ubicarla en un rango de 1.50-1.75%. Incremento de cuya magnitud no se observaba desde 1994.
Al interior del comunicado, como tradicionalmente se hace, se mencionó que los principales indicadores de la actividad económica y empleo han continuado fortaleciéndose. No obstante, la inflación continúa en niveles elevados, y dicha tendencia podría mantenerse como resultado de múltiples desequilibrios de oferta y demanda relacionados con la pandemia, altos precios de energéticos y recientes cierres en China.
El FOMC decidió realizar un incremento mayor al estimado derivado, principalmente, por la reciente contaminación tanto en los datos inflacionarios como en sus correspondientes expectativas.
A saber, que el pasado 10 de junio de 2022 el índice de precios al consumidor de mayo incrementó en +8.6% de manera anual, variación que se posicionó por encima de las estimaciones del mercado y que representó el dato más alto registrado desde la década de los ochenta.
Con la dirección y magnitud instrumentada, la Reserva Federal busca alcanzar sus objetivos de máximo empleo y una tasa de inflación de largo plazo alrededor del 2 por ciento. Además, esta acción representa una fuerte señal que manda el Fed con su compromiso de estabilidad de precios, adicionalmente, Jerome Powell, en conferencia de prensa, mencionó que un siguiente aumento de 50 o 75 pb sería apropiado si los datos y las condiciones lo ameritan.
Por otro lado, es importante mencionar que, dentro de la actualización de las proyecciones económicas, destaca un sustancial recorte en el crecimiento esperado para 2022 en el PIB y niveles de inflación mayores para 2022 y 2023.
Lo anterior, inevitablemente trascenderá al ritmo de la actividad económica mexicana, provocando una ralentización en el crecimiento más severa de la que se esperaba.
En cuanto a la trayectoria esperada de la tasa de fondos federales, aún continúa existiendo incertidumbre, ya que la mayoría de los miembros vislumbran un nivel de 3.25%-3.50% para el cierre del año, sin embargo, uno de los miembros pronostica que la tasa cerraría dicho periodo en un rango de 3.75-4%.
Es importante señalar que estas proyecciones difieren fuertemente de las proyecciones de marzo de 2022, en la cual la mayoría de los miembros observaban, para finales de 2022, un rango de la tasa de fondos federales en un nivel de 1.75-2 por ciento. Lo anterior confirma, paradójicamente, que inclusive dentro del órgano central la incertidumbre es la única constante.
Hacia delante, el FOMC mantendrá su ciclo de restricción monetaria, el verdadero desafío será adelantarse a las magnitudes de dichos aumentos. Dadas las actuales condiciones, vislumbramos aumentos de, por lo menos, 50 pb en próximas reuniones, con cambios de magnitud que se darían conforme se van conociendo los datos de empleo e inflación. Así, estimamos que el rango de la tasa de fondos federales se ubicaría hacia finales del 2022 en un nivel de 3.50-3.75 por ciento.
La anterior decisión, si bien es una señal contundente hacia el mercado de compromiso con su mandato de estabilidad de precios, también representa una presión adicional para sus pares monetarios alrededor del mundo.
En ese contexto, el Banco de México, que llevará a cabo su decisión de política monetaria el próximo jueves 23 de junio se enfrenta, además del reto mayúsculo que supone la inflación, a responder en el mismo sentido que el FOMC, no solo para anclar las expectativas de inflación de mediano y largo plazos, sino para evitar que el peso mexicano pierda competitividad ante el dólar, que se reduzcan en mayor magnitud los flujos hacia México y, en la medida de lo posible, que la reestructuración de portafolios no sea tan abrupta.
Dado lo anterior, el aumento de 75 pb que algunos miembros del conceso estimaban antes de conocer la decisión del FED —entre los que nos incluimos— es un suceso con alta probabilidad de ocurrir. El debate que se ha desencadenado después de conocer dicha acción monetaria es si el aumento por parte de Banxico debería ser de 100 pb.
Particularmente, consideramos que el potencial aumento de 75 pb sería suficiente para seguir mostrando fortaleza institucional, recordando que Banxico se adelantó en este ciclo de expansión monetaria. Sin embargo, la verdadera presión no se daría en esta decisión sino en las próximas, las cuales podrían tornarse más restrictivas de lo anticipado.