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El rol de la banca ante la oportunidad del nearshoring para México

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OpiniónEl Economista

Actualmente, el comercio internacional ha estado a prueba por la guerra comercial que sostienen las dos primeras potencias mundiales, Estados Unidos y China, y las interrupciones en las cadenas de suministro a causa de la invasión de Rusia a Ucrania, así como el conflicto bélico en Medio Oriente, entre otros factores como la pandemia que se vivió recientemente.

Lo anterior lleva a reflexionar si la forma como funciona el mundo en la actualidad es sostenible odebe haber cambios sustanciales. En este nuevo escenario cobró mayor fuerza el concepto “nearshoring”, que busca acercar la producción final de un país a su destino final con el fin de reducir costos, por ejemplo: actualmente gran parte de la manufactura de Estados Unidos se realiza en China, por lo que buscaría centralizar sus operaciones en un país más cercano, para evitar que alguna disrupción global pudiera demorar o encarecer sus productos.

Más allá de aspectos políticos, el comercio entre México y Estados Unidos está muy compenetrado. En este sentido toma relevancia el concepto del nearshoring y el papel de las instituciones financieras como catalizadoras de inversiones, desde el financiamiento para los parques industriales, hasta otorgar créditos para la expansión de las empresas que están operando en México, además de apoyar a las cadenas de proveeduría que van a requerir las empresas que vendrán al país.

Lo anterior pone a México en la antesala del crecimiento de su industria por diversos factores que lo han colocado en la mira para ser el futuro centro manufacturero de grandes potencias económicas en el mundo.

En el contexto actual, subsistirán las empresas que tengan la capacidad de adaptarse y hacer crecer sus operaciones en función de los nuevos retos que enfrentan. En México, los sectores que mayormente podrían beneficiarse por el fenómeno del nearshoring están ligados a la industria de la construcción, automotriz, bienes raíces, textil y de transporte.

Justo ahí es en donde México toma un papel protagónico, al ser un aliado y socio comercial importante para su vecino del norte, además de tener mano de obra asequible y calificada, así como una gran cercanía geográfica con la primera potencia económica del orbe: Estados Unidos.

Ello posiciona al país como su principal opción, por lo que debe prepararse para reflejar que es la solución más fiable para producir y trasladar productos y servicios en mejores condiciones que otros países.

Con una visión más amplia, el nearshoring podría atraer grandes inversiones de capitales extranjeros contribuyendo al crecimiento económico del país, con la gran oportunidad no sólo de convertir a México en maquilador de otros países, sino también en generar avances tecnológicos que generen un valor agregado.

En el contexto de nearshoring las empresas tienen la oportunidad de aprovechar al máximo la capacidad intelectual mexicana y convertirla en talento que consolide sus planes de crecimiento.

Por su parte, México debe potenciar el desarrollo de estudiantes egresados de carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) debido a que las empresas que buscan invertir en el país requieren de estos perfiles para ofrecerles un trabajo de calidad en lo que parece una ecuación de ganar-ganar.

*Erika Calleja Altamirano es Discipline Senior Manager Product, Asset Management.

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