Buscar
Tecnología

Lectura 5:00 min

Internet, demasiado grande y rápido para regularse

Internet es demasiado grande y evoluciona demasiado pronto como para ser regulado, por lo que cualquier intento por limitarlo estará destinado al fracaso, dado que toda legislación quedará desfasada ante la velocidad con la que la red se desarrolla.

Miami.- Internet es demasiado grande y evoluciona demasiado rápido para ser limitado, y cualquier intento por regularlo está destinado al fracaso, dice Andrew Lippman, cofundador y director del Media Lab en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Su pronóstico parece radical en una época donde los gobiernos como el brasileño o el mexicano han buscado establecer legislaciones para su desarrollo digital, con controles sobre Internet y la información que transita en las redes bajo argumentos como el combate a la delincuencia, el crimen organizado y hasta el espionaje electrónico internacional.

Pero uno de los investigadores más importantes a nivel mundial en el área de la evolución y el impacto de las tecnologías digitales advierte que, a diferencia de otros medios como la radio o la televisión, el Internet evoluciona mucho más rápido y las decisiones de un aparato legislativo quedarán desfasadas.

Internet es demasiado grande y demasiado rápido para ponerle un límite, porque estamos viendo cosas que están cambiando al mundo, como las revelaciones de (Edward) Snowden y los crecientes casos de regulación no lo detendrán. La regulación no va a funcionar, porque vamos a construir otra tecnología o sistemas de cifrado alrededor de la información que sortearán los controles , respondió a cuestionamientos de la prensa durante el evento Be Mobile, una conferencia organizada por Blackberry en Miami.

A sólo un par de días de que se celebre el Día Mundial de Internet y las Telecomunicaciones, Lippman hace hincapié en que las tecnologías han impactado a las sociedades y las industrias tradicionales con nuevos modelos de negocio. Pero también se han enfrentado a su resistencia.

Emprendimientos como Uber, por ejemplo, se ha ganado la enemistad de los taxistas; AirBnb, el del sector hotelero; o Kickstarter, el de la industria discográfica porque los artistas han dejado de ver a las grandes compañías productoras como aliados en el financiamiento de sus obras para conseguir recursos mediante el financiamiento colectivo.

La presión generada por los intereses económicos de los monopolios y las industrias tradicionales, sumados a los intentos de los gobiernos por controlar lo que transita por la red, ha impulsado la conformación de legislaciones que atentan contra una sociedad que ha convertido a Internet como uno de los pilares en su vida.

En México, por ejemplo, la propuesta de leyes secundarias a la reforma del sector de telecomunicaciones del gobierno federal generó repudio de la sociedad civil y de organizaciones internacionales por incluir apartados que parecieran posibles amenazas a la libertad de expresión, el derecho a la privacidad y al libre acceso a la información.

Las legislaciones siempre estarán atrasadas, porque están basadas en lo que sucedió en el pasado. Toma tiempo cambiarlas pero estas leyes tienen que adecuarse a lo que la sociedad quiere. No se pueden aprobar leyes que estén en contra de la sociedad y de la tecnología , advirtió Lippman.

Las leyes estarán desfasadas, pero ahora tenemos un entendimiento como sociedad de cómo queremos evolucionar. Tenemos una brújula de los cambios que queremos ver .

Lo cierto es que el mundo ya se encuentra en medio de una revolución digital en la que se pasó de la etapa del arranque a la madurez de las tecnologías digitales para entendimiento de los datos (big data), la gente, la percepción del mundo y de los lugares a través de los sensores. Esto, afirma, ha impulsado cambios generacionales más rápido.

Una nueva generación emerge cada cuatro años y no cada 16 años como era antes, donde los dispositivos móviles se han convertido en el centro de sus vidas. La sociedad está cambiando y las generaciones están evolucionando con mayor velocidad , dijo.

Un ejemplo es el desarrollo del carro autónomo de Google, donde está la combinación de big data, sensores y la percepción del mundo a través de las tecnologías.

El carro de Google no está basado en el descubrimiento de un nuevo algoritmo sino en Google Maps, Street View mejores a los que utilizas en tu smartphone; en sensores dentro del vehículo con radares, cámaras y mapas para entender el espacio.

Tiene que ver además con los datos el entendimiento de la gente y, de repente, ahora tenemos carros sin conductor con una maduración tecnológica en big data, sensores, gente y espacios que no habíamos visto hace seis años , explicó el experto.

Y en todos estos cambios que conjuntan movilidad, agilidad y tecnología, el enfoque -y la razón principal- debe ser la sociedad, ya que es la verdadera razón por la que estos cambios están ocurriendo .

julio.sanchez@eleconomista.mx

nlb

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas

Suscríbete