Lectura 3:00 min
Emergencia viral: la tiranía de lo urgente
De golpe y porrazo, la sabia naturaleza nos recordó, con una pequeña sacudida, nuestra alarmante vulnerabilidad.
La pandemia nos cambió, desde al ámbito estrictamente personal hasta la convivencia social y, por supuesto, nuestra relación con los gobernantes. En el 2020 asistimos a un estado viral de excepción, donde todas las reglas cambiaron, quizás aquello que cambió ya no será mutable. Comercio en línea, educación a distancia y estadios vacíos dominan la realidad pandémica.
El coronavirus ha detonado las epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías conspirativas, paranoia social y explosiones de racismo. Para algunos es infodemia, para otros simplemente autoritarismo tropical.
Tampoco podemos negar que la política usa las contingencias para sacar provecho; siempre se puede extraer ventaja de las crisis. “Como anillo al dedo”, dirían los clásicos.
Frente a la información con la que hemos sido bombardeados, se hace una pregunta pertinente: ¿dónde terminan los hechos y dónde comienza la ideología?
Pero ni la política totalitaria ni los científicos más sofisticados tienen una respuesta al asunto de cómo vivir con el virus y cómo haremos como comunidad para afrontarlo. El virus es un desafío para los gobiernos y los científicos, ambos reprobados, la ideología sin soluciones sólo es basura.
En el caso mexicano, el manejo de la pandemia ha sido un tanto errático, no es clara la información y, mucho menos, la toma de decisiones.
Éstas se tomaron inicialmente a puerta cerrada y, con mucho optimismo por parte del gobierno, siguen sin tener la preparación anticipada y adecuada para la población y el sector salud para enfrentar las situaciones derivadas de la pandemia. Parecemos hormigas desorientadas cuando se sienten amenazadas.
De golpe y porrazo, la sabia naturaleza nos recordó, con una pequeña sacudida, nuestra alarmante vulnerabilidad.
Estamos frente a una situación que va más rápido que cualquier posibilidad de acción y reflexión.
En el clima de polarización y atrofia pública que vivimos, la reflexión del filósofo español José Luis Villacañas: “De atenernos a los Estados, después de todo, ellos serán lo único que tendremos”, nos da más miedo que esperanza. ¡Maldito coronavirus!
Estimado lector, la pandemia no hizo más que profundizar la crisis que la humanidad atravesaba, por ahora el virus y los vivales políticos son los ganadores, la sociedad somos meros espectadores de las malas decisiones públicas inmovilizados por el terrorismo viral. Llegará el día en el que los políticos nos necesiten en las urnas y allí tendrán su mayor castigo. Hasta la próxima, querido lector.
Twitter: @ErosalesA