Buscar
Opinión

Lectura 6:00 min

La Cultura de la Paz, Mediocridad como Elemento de Conflicto

Los grandes espíritus siempre han encontrado una oposición violenta de mentes mediocres. 

Albert Einstein

A pesar de que en la actualidad la clave del éxito reside en ser competitivo tanto a nivel global, como nacional, gubernamental, empresarial, profesional e individual, las condiciones creadas por el gobierno nos han venido haciendo menos competitivos en todas las escalas mencionadas, de tal suerte que el bienestar que se anhela está cada vez más lejano y la mediocridad se apodera del país de forma peligrosa y acelerada. Baste ver los liderazgos perdidos y las posiciones en las que México va en descenso en prácticamente todos los renglones de desarrollo a nivel mundial.

Tristemente el Mandatario aspira a imponer cambios de paradigma para que las organizaciones productivas ciudadanas y sociales se adapten a las acciones de transformación que impulsa, casi todas para obstaculizar, desalentar y deteriorar la economía, que han ocurrido en su gestión, para bajar o eliminar su competitividad y acercarlas a la mediocridad.

El gobierno viola la Constitución, la legislación y los tratados internacionales; desalienta la inversión y desaprovecha oportunidades; propicia el cierre de fuentes de empleo y obstaculiza la educación, investigación y formación de profesionales de calidad. Parece ignorarse nuestro déficit de personas calificadas con proyección hacia la calidad en todos los ámbitos de la actividad humana. 

La excelencia no debe ni puede ser negociable. El Presidente pretende convencer a la población de que hay que conformarse con menos y practicar la pobreza franciscana. Para ello difunde una serie de expresiones cotidianamente para criticar a quienes aspiran a progresar con el propósito de evitar la búsqueda de la excelencia, como si el deseo de mejorar las condiciones de vida personales y familiares fuera pecado, así mismo impulsa medidas y acciones tendentes a una mediocridad generalizada.

Contra la clase media ha declarado en varias ocasiones que sus integrantes son personas egoístas, clasistas, racistas, hipócritas, ladinas y con actitudes “aspiracionistas”, que quieren triunfar a toda costa. Evidentemente desprecia que la clase media sea la que ha creado empresas familiares, negocios y servicios profesionales y por tanto fuentes de empleo.

La aportación de la clase media al desarrollo nacional es indiscutible en todos los ámbitos. 

Otro sector en el que se impulsa la mediocridad es el público pues entre los funcionarios de la actual administración abundan personas carentes del perfil requerido, sin la experiencia ni la formación mínimas necesarias para atender las responsabilidades que se les asignan. Al Presidente le basta una lealtad ciega. No acepta la lealtad reflexiva. De tal suerte que ahora se tienen cuadros de burócratas mediocres que atienden de manera deficiente posiciones clave del servicio público. 

Otro tema de la mayor relevancia es el educativo. En reportes recientes de la UNESCO y del Banco Mundial, México aparece entre los países con mayor retroceso a nivel global, particularmente en lectura y matemáticas. Por eso se insiste en lo indispensable que es atender los cuatro pilares que sustentan la educación del siglo XXI que son: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. Sorprendentemente, contrario a lo recién expuesto, el gobierno impulsa un nuevo marco curricular educativo que pervertirá los objetivos que debe perseguir la educación pública. Es inaceptable la modificación a los programas de educación básica que pretenden transformar a las escuelas en centros de adoctrinamiento, en perjuicio de la educación que exige y necesita el país, tomando al alumnado como rehén del partido oficialista a partir de los modelos de las escuelas soviética y cubana que -por cierto-, fracasaron. Se añora y estimula el pase automático como fórmula de éxito, así como la cancelación de evaluaciones. ¡Nada más falaz! 

De prosperar semejante aberración, la escuela pública se transformará en una fábrica de analfabetas condenados a la mediocridad.

Estamos obligados a evitar esas y otras medidas similares ya que, de concretarse, todos saldremos perdiendo porque estaríamos estableciendo lo mediocre como parámetro de medida.

En todo tejido social existen quienes no esperan ni aspiran a la excelencia por diversas circunstancias sociales y económicas que les han hecho creer que no la merecen. Ese efecto también se debe, actualmente, a los programas de bienestar del régimen, ya que esas acciones han convertido a millones de trabajadores en dependientes del gobierno con un ingreso miserable derivado de dádivas. Más que regalar recursos fiscales, debemos impulsar la capacitación para el trabajo y para la vida, pensar en el futuro y no sólo en las elecciones. Adoptemos una estrategia económica en favor de los más vulnerables para que puedan disfrutar de la dignidad a través del trabajo, no de la limosna que envilece y degrada como un supuesto acto de bondad.

No debe soslayarse que la mediocridad genera frustración en quien la padece y la frustración es un detonante de conflictos y controversias sociales en la familia, en la escuela y en la comunidad.

Si se espera mediocridad de las personas, justamente eso es lo que se conseguirá; pero si se espera lo mejor de cada uno, se verá con frecuencia que las personas se esfuerzan por alcanzar mejores estándares. 

A lo largo de la historia de la humanidad se puede apreciar que el desarrollo personal o individual es la vía para el bienestar general que suele ser un eficiente factor para consolidar la armonía y, por lo tanto, el tejido social.

En la historia universal y de México, aparecen gobernantes que destacaron como constructores de instituciones. Así mismo, aparecen quienes se empeñaron y empeñan en demoler las instituciones de su nación, como ocurre actualmente en varios países del orbe, el nuestro incluido.

Entre más unidos estemos, seremos más fuertes, entre más divididos, más débiles.

*El autor es abogado, negociador y mediador profesional.

phmergoldd@anmediacion.com.mx

Twitter: @Phmergoldd

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete