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La volatilidad aérea
Extraño pero cierto. Que el aeropuerto AIFA tiene capacidad para ser de talla internacional, pero esto tendría que ser en un largo plazo, y bajo esquemas que no parecen hoy ser prioridad, y es que se requiere; replantearse su estructura, tener alianza con el sector empresarial y voluntad política para que de verdad se haga la planeación de movilidad.
La receta parece sencilla, pero, la realidad no la vemos. Los ajustes que se realizan van encaminados a que se le dé operabilidad al AIFA, mismo que hoy día simplemente está lejos de ser atractivo para aerolíneas y usuarios. Ni las tarifas más económicas, ni la puntualidad de los vuelos, son suficientes para liderar con horas de tráfico en la salida de la CDMX, las casetas que hay que pagar, y, además, el tiempo de espera sin tener distracción o servicio alguno.
No obstante, las presiones al interior de la terminal 1 de la Ciudad de México son grandes. Es una realidad que desde hace 15 años había quedado superada su capacidad de servicio. El mantenimiento era prioritario, así que la falta de éste, así como los servicios tardíos, el alza de costos de combustible, la saturación de vuelos, son ya una realidad que hacen más complejo este aeropuerto.
Y no parecen dar salida a un mejor orden y mejora de la terminal de la Ciudad de México ¿cómo presión para acelerar la movilidad al AIFA?
La realidad es que el estudio que realiza la IATA. Un árbitro que hasta ahora se ha mantenido parcial, entregará el primer trimestre del 2023, un estudio sobre la capacidad, movilidad y fluencia convenible en el aeropuerto de la CDMX, definir si se mantienen las más de 40 rutas o se pueden elevar a más de 60, como hasta octubre de este año se venía manejando.
Dado que el programa firmado entre las aerolíneas y las autoridades para reducir dichas frecuencias no tiene fecha de retorno. Y ya lo hemos visto en el pasado, que los programas sin fecha para concluir se quedan para siempre, ejemplo, es la tenencia, que se instaló en 1968, impuesto que sería temporal, y hasta ahora, simplemente no ha sido un tema para diluir.
Qué pasa con las aerolíneas, tanto Aeroméxico, al mando de Andrés Conesa, como Volaris que preside Enrique Beltranena y VivaAerobus, que dirige Juan Carlos Zuazua tienen problemas financieros y una gran deuda.
Pero, la estabilidad no es la misma. Aeroméxico, ya hace refinanciamiento e incluso, en estos días saldrá de la Bolsa Mexicana de Valores, bajo la dirección de José Oriol Bosch, a fin de ir al mercado accionario de Nueva York, donde las condiciones son más estrictas que en territorio nacional, así que ello, hace más atractiva a esta empresa que seguro busca una mayor estabilidad financiera.
Por lo que hace a Volaris y a VivaAerobus el tema es delicado, las deudas no fueron la excepción, dado que la situación pandémica fue letal para todas las empresas, no hay que olvidar que un avión detenido, o con retraso cuesta 40% más que estar en orden y sobrevolando.
Por lo que hace a la aerolínea del Bienestar no parece haber fecha de inicio, y ni que hablar del avión presidencial, el cual so bien es cierto, ya se puede vender, no es atractivo para ninguna empresa comercial, que debería de desmantelarlo y rehacerlo para que le sea útil, además de que su costo no representaría ni una cuarta parte de lo que se pagó en el sexenio anterior. Así que lo más factible con este tema, sería que fuera usado, porque su mantenimiento y tenerlo en piso, sale más caro al erario que no hacerlo. Mucho por hacer en el mundo de la aviación. Les deseo una feliz Navidad y un excelente 2023, lleno de salud, dinero y amor. Regresaremos a esta editorial el martes 3 de enero. Hasta entonces.