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México y la política industrial para la re-localización
El fenómeno del nearshoring en México o re-localización de actividades industriales, en este caso provenientes de China a lugares cercanos de Estados Unidos, dados los conflictos comerciales y políticas de ambos, fue objeto de dos extensos análisis por parte de Morgan Stanley y de BBVA. Ambos coinciden que su potencial es importante, puede generar, en los próximos años, inversiones anuales de entre 200 y 300,000 millones de pesos, y exportaciones adicionales por alrededor de 20,000 millones de pesos. Eso es muy importante para una economía en la que se invierte poco y, por lo tanto, se crece poco.
El fenómeno ya se presenta en el país, el estudio de BBVA da cuenta de cómo las instalaciones industriales de lugares como Tijuana, Reynosa, las ciudades fronterizas de Coahuila y buena parte de las de Monterrey están completamente ocupadas por inversiones recientes destinadas a la exportación. Las ventajas de México para aprovechar la re-localización son evidentes, por la frontera que comparten, por los salarios competitivos de los mexicanos, pero además porque se trata de una economía ya integrada a la de Norteamérica. Estados Unidos ya exporta prácticamente los mismos montos a México que a China, además de que las exportaciones mexicanas se concentran en productos de consumo, en los que se espera el mayor incremento en Norteamérica.
El problema es que China supera a México en tecnología, capital humano, infraestructura y en otros factores que dificultan el traslado de las operaciones en ciertos sectores. En varios de ellos de hecho será imposible que suceda en el corto plazo. El punto, me parece, es que, como en otras oportunidades que se abrieron para el mayor intercambio comercial, si tenemos una política industrial con la misión de aprovechar la re-localización, podemos maximizar los montos de inversión y empleo asociados con el fenómeno, así como ganar competitividad también para otros sectores que ya exportan a Norteamérica. Eso se puede traducir en más o menos crecimiento para los próximos años. El nearshoring no será la bala de plata que garantice prosperidad a la nación mexicana en las próximas décadas, pero sí un motor de crecimiento que puede ser mucho más potente si hacemos algo al respecto.
La política industrial para acelerar el nearshoring debe iniciar con el diagnóstico claro de los sectores que naturalmente se van a beneficiar, porque ya son relevantes en nuestro comercio con Estados Unidos, como el electrónico o el automotriz tradicional, de los que requieren de mayor impulso, como el aeroespacial, el de insumos médicos, plásticos, muebles y maquinaria, y de otros que en realidad demandan la creación de nuevos ecosistemas, como el de vehículos eléctricos y los relacionados con la producción de maquinaria para los servicios tecnológicos.
Para todos se requiere generar capital humano, investigación para la absorción de tecnología, así como facilidades para la instalación de plantas y la solución a problemas que aquejan a las zonas industriales del norte del país, como los de agua y energía. El país va a necesitar también mayor inversión en infraestructura de transporte carretero, portuario, aeroportuario y de trenes enfocados a satisfacer los sofisticados requerimientos de logística de ese tipo. Eso va a requerir de la implementación de más eficaces y oportunos esquemas de inversión pública y privada, para que esas infraestructuras se concreten en el corto plazo, que es cuando se presentan las oportunidades relacionadas con el fenómeno. Se va a requerir también construir con los Estados Unidos mecanismos para resolver los retos que se van presentando con inversiones de enorme complejidad y con la necesidad de reajustar la logística de la zona a las nuevas necesidades. Se debe, además, buscar las alternativas para que la re-localización no se realice de manera exclusiva en la zona fronteriza, en donde, por el momento, incluso ya no existen espacios físicos para concretarla, sino que se expanda a otras zonas del país, ya conectadas a las cadenas de valor de Norteamérica, pero no necesariamente con las industrias que desean dejar China para acercarse a Estados Unidos. El hecho de potenciar el nearshoring, deberá convertirse en parte central de los debates de quienes aspiran a dirigir el país en los próximos años.
Twitter: @vidallerenas