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Prueba y error
Los movimientos en la tasa de referencia sin duda tienen impacto directo en los mercados cambiarios, los accionarios, de materias primas y por supuesto, en los de deuda.
Contrario a lo que se pensaría, en el sentido de que la economía es una ciencia exacta, la realidad ha demostrado que es un ente vivo, particularmente cuando se encuentra globalizada y son muchos los factores que inciden en su comportamiento, tal es el caso del control de la inflación.
Llevamos ya más de un año viendo cómo los bancos centrales han tratado de controlar las presiones inflacionarias que se originaron tras las fuertes inyecciones de liquidez que varios de ellos hicieran a fin de paliar la fuerte contracción económica derivada de la pandemia en el 2020, y que al momento de reabrir las fronteras al comercio internacional se enfrentó a una cadena de suministro desarticulada, generándose así, una espiral al alza de precios, donde había una gran demanda por productos que simplemente no se hallaban disponibles en los mercados.
Al principio, los principales bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos pensaron que dichas presiones inflacionarias serían un fenómeno pasajero, pero no es sino hasta mayo del 2022 que determinan que tienen actuar de manera rápida y vigorosa a fin de que la inflación no se les salga de control subiendo su tasa de referencia en varias ocasiones para llevarla de un rango de entre 0.00-0.25% a niveles de entre 4.50 y 4.75%, a principios de este mes, y si bien aparentemente las presiones inflacionarias han empezado a ceder, tanto en su lectura general como en la subyacente, que excluye elementos más volátiles como alimentos y energía, razón por la cual la Fed moderó su alza en esta ocasión al subir su tasa sólo en un cuarto de punto, dejaron entrever que quizá tengan que extender el periodo de alzas un poco más para llegar a nivele de entre 5.00 y 5.25%, lo que implicaría dos alzas más de un cuarto de punto.
A pesar de lo anterior, los datos de empleo publicados la primera semana de febrero en ese país, también mostraron un mercado laboral vigoroso que sigue creciendo, por lo que la Fed deberá estar muy atenta a su evolución antes de cantar victoria. Con lo anterior, el mercado paso de la discusión de buscar controlar la inflación con un aterrizaje suave de la economía, a uno de quizá se logre controlar la inflación sin que se afecte el crecimiento económico. ¿Será?
A diferencia del doble mandato que tiene la Fed, de mantener la inflación a raya y al mismo tiempo buscar mantener un crecimiento económico sano, el Banco de México sólo tiene el mandato de mantener controlada la inflación a toda costa, y así, y a pesar de que iniciara prudentemente el ciclo de alzas en tasas de interés desde el 2021 a fin de controlar la inflación, la semana pasada sorprendió a los participantes del mercado al subir su tasa de referencia en 50 puntos base en lugar de los 25 que se esperaban. La razón fue muy sencilla: esa misma mañana el Inegi publicó el dato de inflación al mes de enero, que no solamente no bajo con respecto a diciembre, sino que se incrementó tanto en el índice general como en el subyacente, al ubicarse en 7.91 y 8.45% respectivamente.
En su comunicado, Banco de México dejo entrever la posibilidad de llevar a cabo dos incrementos más de un cuarto de punto a lo largo de este año, lo que llevaría la tasa de referencia a niveles ya de 11.50% y estima que la inflación llegue a la meta establecida por el Instituto Central de 3% más menos 1.0% en el último trimestre del 2024.
Los movimientos en la tasa de referencia sin duda tienen impacto directo en los mercados cambiarios, los accionarios, de materias primas y por supuesto, en los de deuda, y así pudimos apreciar como el súper peso pierdo fuerza a lo largo de la semana para tocar mínimos de 19.29 pesos/dólar y cerrar fuerte en niveles de 18.65 pesos, tras el incremento de tasa del Banxico.
Nadie tiene la fórmula mágica que determine que tanto y con qué rapidez hay que subir la tasa de referencia a fin de controlar la inflación sin afectar el crecimiento de una economía, se hace a través de Prueba y error, y mientras los mercados no confirmen que la dosis ha sido la adecuada, seguirán volátiles.