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Rescatando a la soldada Claudia
Los problemas y retos que ha afrontado la 4T y su gobierno parecen no haberle causado mayor daño, pero, como lo pueden atestiguar otros gobiernos, hay un efecto acumulativo que puede sorprendernos. Hay muchos ejemplos de esta aparente inmunidad. El manejo del tema migratorio se ha subordinado a los intereses de Estados Unidos y ha resultado una infamia para los migrantes que llegan a nuestro país buscando cruzar hacia nuestro vecino del norte. ¿Le ha afectado en su popularidad a López Obrador? Al parecer no, pero hay puntos conflictivos en las fronteras norte y sur de México: municipios rebasados por la cantidad de personas que han llegado ahí. Cuando se le cuestiona por esto, el presidente López miente descaradamente asegurando que se cuida y protege a los migrantes. ¿Volverían a votar por MORENA en Baja California, Chihuahua y Tamaulipas? Es probable que muchas menos personas estén dispuestas a ello.
En otro caso, la solidaridad mostrada con el Chapo Guzmán que sufre por las condiciones de encierro en una cárcel de máxima seguridad está mal enfocada y peor explicada. El mandatario debía solicitar que a todos los connacionales encerrados en Estados Unidos les sean respetados sus derechos humanos, no sólo al exjefe del Cártel de Sinaloa. Estudiar la posibilidad de traerlo a México ya es un exceso. La empatía (palabra que el presidente confunde con simpatía y no está enterado que pertenece al idioma español) con las víctimas de los criminales, incluyendo a las buscadoras y su sufrimiento, no aparece por ninguna parte. Tampoco la idea de que también en México se respeten los derechos humanos de los presos.
El plagio de la ministra Jazmín Esquivel le ha afectado más al rector Graue que a la propia tramposa y al presidente López. Sea cierto o no, se percibe que la UNAM debía ser más dura con alguien que ha vivido y escalado posiciones sobre la base de una mentira. El silencio de la Corte es todavía peor, pero se le impugna poco. El argumento de que no hay precedentes y marco legal para quitarle el título no es creíble. Al menos, nuestra máxima casa de estudios debía opinar sobre el hecho de que ocupe un puesto en la Corte. Para muchos profesionistas que tuvieron que esforzarse para sacar adelante sus carreras seguro el asunto les deja un mal sabor de boca.
Entre los temas que más le preocupan a AMLO están la seguridad, la inflación y el peligro de una recesión. Insiste en que el número de homicidios dolosos va a la baja, pero, de ser ciertos los datos, el descenso va a un ritmo lento y se abre paso la idea de que bajan las estadísticas debido a que ya hay amplias zonas controladas por los grupos criminales que se dedica a sus negocios sucios sin mayor problema. Sobre la inflación asegura que está controlada, algo que es mentira, y de la recesión mejor ni habla. Mientras, la población tiene que ser resiliente (otra palabra que el presidente no sabe que es parte del idioma español y que ha sido usada desde hace mucho).
El asunto de Metro es otra cosa. De acuerdo a algunas encuestas, las excusas del gobierno capitalino no han sido creíbles. La presencia de la Guardia Nacional en las estaciones puede ser bien vista o no, pero en todos los casos se sabe que el problema es el del mantenimiento. La sugerencia de sabotaje que deslizan las autoridades se estrella contra la realidad del desastre que se ve a diario.
Si analizamos el tiempo que le dedica López Obrador a estos asuntos, llegamos a la conclusión que el efecto negativo sobre Claudia Sheinbaum de los “incidentes” en el sistema de transporte subterráneo es algo que lo tiene inquieto. Tanto así que este viernes 20 de enero irá a la sede del poder capitalino para darle el respaldo a su favorita. No estás sola, Claudia.
Resulta significativo que teniendo enfrente tantos problemas le preocupe la suerte de una gobernante que, en los hechos, perdió para su partido la Ciudad de México. Una gobernante que no ha sabido encarar con éxito problemas como el de la movilidad, la gentrificación o el empleo. La CDMX vive de su inercia. Alguna vez fue el mejor lugar para vivir y trabajar de la república, pero esos tiempos ya pasaron.
El presidente parece obsesionado con el tiempo que le queda como mandatario. Varias veces a la semana lo repite y siempre agrega que la transformación continuará después de 2024. ¿Quién mejor que Claudia Sheinbaum para continuar con su “legado”? Hay que rescatarla pese a ella misma.