Twitter y la era Musk

Mas allá de la especulación, la famosa red social está por transitar hacia una real transformación cuyo núcleo tiene que ver con la unipersonalidad en la conducción de los rumbos y el establecimiento de nuevas políticas para la operación de Twitter. De hecho, ya se siente el mando único, al haber disuelto la junta directiva y al requerir la renuncia de diversos directivos a los cuales hoy los considera innecesarios para esta nueva era. De hecho, un reciente reporte del Washington Post, estima que los despidos podrán alcanzar al 75% de la plantilla del personal directivo y operativo actual; es decir, en una estimación primaria, estaríamos hablando de poco más de 7,000 empleados que enfrentarán la desvinculación.

Y será sumamente interesante observar la evolución de la plataforma en dichas condiciones de cambio y por supuesto, en un momento de alta expectativa. Ya son sonados varios y hondos fracasos en el intento de hacer de Twitter un mundo virtual de opinión más versátil. Cómo no aludir al hundimiento de Periscope que se planteaba como una prometedora plataforma de “en vivos”, o la prácticamente inexistente gestión de contenidos que a través de Tweetdeck. Además, por supuesto está en esta complicada historia la desaparición de Vine, la plataforma de los seis segundos que hoy Elon Musk pone en la discusión para revivirla, quizá como un contrapeso al avasallante avance de TikTok.

Pero el reto para Musk es enorme y a mi parecer pasa por un primer tamiz que hoy por hoy ahuyenta a quienes pisan el territorio twittero por primera vez. Se tendrá que “pacificar” la plataforma para dejar atrás el campo minado de discusiones beligerantes que, como precisamos, no ha permitido un avance masivo en los últimos ocho años en donde Twitter ha crecido en solo cerca de 50 millones de usuarios para dicho periodo. Aunque el número pareciera considerable, nada tiene que ver con el ritmo de crecimiento que se tenía para los años anteriores, ahí, el incremento previo a 2015, rayaba en los 300 millones de usuarios. Y no es casualidad esa ralentización; la calidad de la discusión, el anonimato y la utilización de bots a mansalva, hicieron de Twitter un escenario complicado que hoy requiere sorprender para procurarse un renacimiento positivo.

Habrá que hacer una limpia profunda de los ejércitos de ataque y réplica en el mundo virtual y, el principal reto es equilibrar dicha limpia con la sana práctica de ampliar la libertad de expresión la cual, para muchos, no admite acotaciones ni limitantes. Mientras tanto, la presión financiera por el servicio de deuda que Musk enfrentará por esta compra seguramente obligará que veamos una transformación vertiginosa. El desgaste que Elon Musk enfrentará en los próximos meses, tal vez sea un escenario inédito para el millonario, no es fácil conciliar en un mundo que por años ha tendido al descontrol y la ingobernabilidad.

Twitter: @gdeldoya