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Arte e Ideas

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Agnósticos, cristianos, hindúes, candomblés...

El autor presenta, para el público en general, las múltiples, diversas y fascinantes facetas del fenómeno religioso; tiene la vocación de divulgar, pero sin sacrificar un cierto rigor.

Shitala es una diosa a la que, en la India, le rinden culto tres grupos religiosos: los hindús, lo adoradores del panteón sánscrito e incluso los musulmanes, sobre todo los de Bangladesh . Sus devotos son quienes se dan cuenta de que este mundo y ellos mismos son soñados por la diosa...

El sueño de Shitala es el nombre que escogió el antropólogo y experto en hinduismo, Agustín Pániker, para el libro que por subtítulo tiene el de Viaje al mundo de las religiones.

A Pániker le gusta Shitala porque es una sola diosa adorada en tres religiones distintas, lo cual no deja de sonar extraño para quienes crecimos en sociedades católicas, y ése es apenas el principio de lo que nos sorprenderá y maravillará de este libro.

Eres un experto, pero éste no es un libro para expertos...

Ésa es la idea, presentar el fenómeno religioso para el público en general, no para los académicos o los expertos; tal vez sí soy uno de ellos, pero como soy un poco heterodoxo... Éste es un libro que tiene la vocación de divulgar, pero sin sacrificar un cierto rigor, una seriedad.

Tras leer tu libro creo al menos tener una idea de qué no es el hinduismo...

Qué no es, exactamente. Utilizo el caso del hinduismo un poco para poner, como decimos en España, la cosas patas pa’ arriba, para problematizar el concepto de religión.

Las personas que han crecido en un medio cristiano, monoteísta o incluso agnóstico pero en contacto con estas religiones, tienen la idea de que la religión debe tener fundador, libro sagrado, iglesia, unos dogmas muy determinados, yo sostengo que esto es una proyección del cristianismo y un poco del Islam y que muchas religiones no tienen fundador, iglesia ni dogmas, algunas no tienen ni siquiera dios, es un mundo tan rico...

El hinduismo (que puede ser mono o politeísta, que está repleto de corrientes filosóficas, fraternidades espirituales, tradiciones locales, cada uno con sus propias mitologías, cosmogonías, ritos, algunos compartidos, donde nadie ha osado imponer sus normas a los demás [p. 46]) me sirve para hacer aflorar los lastres que tienen nuestros conceptos e ideas.

¿Cómo ves la religiosidad al ?nivel urbano actual?

Tengo mucho interés en destacar eso también, la religiosidad hoy toca distintas tendencias en las modernas ciudades del mundo, no hay muchas diferencias entre Madrid, Tokio o el DF. Hay elementos en común, como el pluralismo religioso, puede que la mayoría sea cristiana, pero habrá musulmanes, chiítas, evangélicos, protestantes y candomblistas, y cada grupo tiene sus rituales y calendarios.

Otro aspecto notable es que la religión, a diferencia de lo que se pensaba hace 20 o 30 años, no decrece, quizá en Europa occidental, pero eso es local, la gente sigue siendo religiosa, puede que diferentemente religiosa. Y el lugar de la nueva religiosidad es la ciudad y no el campo, tampoco son más religiosos los ancianos que los jóvenes, ni los menos preparados son más creyentes que los más preparados.

Hoy en día la gente es más religiosa o espiritual. Pero la religiosidad sigue otros caminos. La nueva espiritualidad femenina, por ejemplo, el taichi, el reiki, el yoga, cosas que tienen más que ver con el cuerpo, con las emociones, no tan ascético ni monástico, es todo un movimiento que en gran medida está liderado por mujeres, que encuentran un vehículo que las religiones tradicionales, que son bastante misóginas en general, no les dan.

Y sobre lo que dicen los neurocientíficos y la genética del misticismo...

Siempre me ha interesado. He leído de todo: historiadores, filósofos, biólogos, pero estos últimos tienen un afán muy reduccionista y con esto de la religión no se pude. Pero no hay que desatender esos aspectos, lo incluyo en los orígenes de la espiritualidad, hablo de símbolos muy comunes en varios lados, espirales, cruces en culturas que no han tenido relación alguna.

Yo estoy más bien por lo contrario al reduccionismo, me interesa la multidisciplinaridad, es verdad que eso lo hace más complicado todo, pero estoy en contra de lo superficial. Hay que saber qué dice la Neurociencia, la Antropología y la Economía sobre el fenómeno religioso y entonces podemos acercarnos a lo que ha de ser...

Tú no eres religioso...

Soy algo como un místico laico ateísta pero que está abierto al fenómeno espiritual; algunos lo encontramos en la música, en la acción social, en el contacto con la naturaleza, ahí uno puede canalizar esa sensibilidad.

La espiritualidad es connatural al ser humano, forma parte de nosotros. Es lo que nos hace humanos, lo que nos distingue de bonobos y chimpancés... No es un mero añadido tardío.

Incluso quienes se sienten alejados, si indagan un poco, podrán encontrar el fenómeno espiritual en los aspectos más insospechados. Puede ser hasta en la ideología política, que tiene más componentes religiosos de lo que parece. O hasta en el futbol, en lugares como España, Argentina o México; el beisbol en EU, en la India el cricket. Vale, tiene circo y espectáculo, pero es una liturgia colectiva y hay gente que hace peregrinaciones y cosecha reliquias. Existen las mitologías y las epopeyas: Aquel gol que se marcó en el año 87, en el último minuto... . Tiene sus cánticos y sus símbolos. El sentimiento está ahí y lo impregna todo...

manuel.lino@eleconomista.mx

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