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Ahora practicamos el colonialismo interno, afirma Wole Soyinka
El Premio Nobel de Literatura 1986 viajó a México para presentarse en el Hay Festival Querétaro y conversar sobre la tensión entre literatura y política, así como sobre su primera novela en 50 años: Crónicas desde el país de la gente más feliz de la Tierra.
En 1986, el dramaturgo, poeta, ensayista y narrador yoruba Wole Soyinka (Akeobuta, Nigeria, 1934) se convirtió en el primer autor africano en recibir el Premio Nobel de Literatura. El acta del jurado señaló en la obra de Soyinka “una amplia perspectiva cultural y con matices poéticos que dan forma al drama de la existencia”.
Con obras como la novela Los intérpretes (1964), la autobiografía El hombre ha muerto, notas de prisión (1972) o las piezas teatrales El león y la joya (1959) y La muerte y el caballero del rey (1976), Soyinka consolidó un estilo narrativo con el que el público occidental pudo interesarse mucho más en historias sobre los mitos, los efectos del colonialismo y los actos deleznables de las dictaduras africanas. Antes y después del premio de mayor prestigio para las letras en el mundo, Soyinka se ha mantenido como una voz crítica de las formas coercitivas de gobierno.
En 1967, durante la guerra civil en Nigeria, fue arrestado por la publicación de un texto en el que abogaba por el armisticio. Se le acusó de conspiración y se le confinó a prisión por más de un año y medio. En el 2004, con 70 años, volvió a ser arrestado durante una protesta contra la reelección fraudulenta del presidente Olusegun Obasanjo.
Los dos arrestos que ha sufrido dicen poco sobre la irrefrenable persecución política de la que ha sido víctima antes y después del Nobel. Pero el laureado no ha suavizado un ápice de su voz crítica.
La opresión, un asunto de ego
Este fin de semana, el autor reconocido por su voz voluminosa y pelo crespo se apersonó en México para sostener una conversación con el editor Diego Rabasa en el marco del Hay Festival 2022, donde, so pretexto de su novela Crónicas desde el país de la gente más feliz de la Tierra (Alfaguara, 2021), la primera ficción publicada por el Nobel después de 50 años, habló sobre los antagonismos entre política y literatura.
¿Por qué la literatura y la ficción son tan amenazantes para el poder? Con esta provocación se detonó el conversatorio en el Teatro de la Ciudad, en la capital queretana.
Argumentó que la opresión de las dictaduras, tanto políticas como religiosas, no son más que un asunto de ego. “Los gobiernos son incapaces de asimilar más de una versión de la verdad y tratan de imponer la suya (…) mientras que la literatura es un escape y una bandera cuando la realidad se convierte en algo insostenible”.
Añadió que “cuando tenemos una sociedad con sistemas de gobierno que le confieren la autoridad a un solo individuo, su sociedad se vale de mecanismos como la sátira para señalar y criticar a sus gobernantes. Creo que la sátira es un mecanismo de supervivencia social”.
Varias formas de colonialismo
Más adelante, en declaraciones para la prensa acreditada del festival, Soyinka sostuvo que el término poscolonialismo es un término meramente académico, tal y como lo han hecho con otros términos como el posmodernismo y el posexistencialismo. Expuso que en regiones históricamente sometidas persiste no sólo una sino varias formas de colonialismo.
Una de ellas, por ejemplo, es el colonialismo indirecto, aquel en el que teóricamente un país o un grupo poblacional goza de independencia ideológica y política, pero se encuentra sometido económicamente.
“Y ahora observamos una especie de colonialismo interno en el que los líderes están continuando exactamente con las mismas dinámicas de poder que ejercían los países colonizadores en su momento”.
Un título paradójico
El título de la primera novela de Soyinka en medio siglo es paradójico. El autor ha compartido que le dio este nombre después de encontrarse con un estudio que aseguraba que la población nigeriana es una de las más felices en el mundo. Paradójicamente, su libro es una sátira política sobre un sistema totalmente corrupto y el tráfico de órganos en Nigeria, así como un llamado a movilizarse contra el abuso del poder.