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Arte e Ideas

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Ampliar conectividad a bajo costo, la misión de OXIO

Nuestra tecnología pone todas las redes digitales disponibles en un sólo chip, y a un precio más accesible porque no absorbemos el costo de la infraestructura, dice Abraham González Pont, director de la firma en México.

“Todo mundo merece tener data de bajo costo en su bolsillo”. Así resume OXIO su razón de ser. La primera plataforma proveedora de servicio móvil light (Telecom-as-a-service) para las empresas está creciendo exponencialmente en México y su propósito es ampliar la conectividad hacia las zonas más apartadas de los centros urbanos, al precio más accesible posible, abatiendo el costo de la infraestructura.

¿Que cómo lo hará? Poniendo todas las redes digitales disponibles en un solo chip. Aplicando una tecnología denominada B2B SaaS, “nos conectamos directamente a las torres de los proveedores de internet y telefonía móvil y podemos hacer la suma de todas las redes, y ofrecer mayor conectividad en todo México, incluso mayor a Telcel, y eso para OXIO es clave porque queremos liderar esta transformación para mejorar la vida de las personas”, afirma Abraham González Pont, vicepresidente de Operaciones de OXIO y, desde el pasado mes de abril, director general para México.

En charla con El Economista, González Pont asegura que están en el mejor momento y que el capital levantado en dos series con inversionistas, que asciende a 65 millones de dólares, permitirá aprovechar la oportunidad que hoy presentan México, Estados Unidos y Brasil para su expansión.

“México nos presenta hoy una gran oportunidad con el reto de la red compartida que se puso el gobierno para poder acercar a la gente de las comunidades rurales a los beneficios de la información, la comunicación y a que puedan mantener los lazos con sus familiares que habitan en zonas urbanas; eso representará un mayor desarrollo para el país”, apunta.

Hace tres semanas se publicó la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2021, del Inegi, y reveló que en 2021 se contabilizaron 88.6 millones de usuarios de internet, cifra que equivale a 76.5% de la población mayor de seis años, sin embargo la mayor cifra de usuarios de internet  se concentra en la población urbana, 81.6%, contra 56.5% de la población rural.

La presidenta del Inegi, Graciela Márquez Colín, reconoció que “queda mucho por avanzar para lograr una conectividad igualitaria”, de allí la importancia de invertir en tecnología para cerrar las brechas.

La red compartida

A partir del impulso a la red compartida, OXIO se plantea el objetivo de extender la conectividad a las regiones más apartadas del territorio mexicano en el mediano plazo, dice el director de la firma en México.

“El reto de la red compartida, que hoy se ha extendido a los acuerdos de roaming que se tienen con Telcel, Movistar y Altán, representa una oportunidad para OXIO porque a través de nuestra tecnología podemos hacer la suma de toda las redes y ofrecer mayor conectividad”.

“El gobierno se ha impuesto el reto de acercar torres donde no hay, a través de Altán, nosotros al estar conectados a sus torres acercamos nuestra huella de conectividad, que incluye las torres de Altán y las torres de roaming de Telcel y de Movistar. Nuestra tecnología lo que hace es que suma estas redes y las pone en una SIM, hoy en día nosotros podemos hacer eso, de tal manera que el usuario tiene en un mismo SIM la posibilidad de conectarse a la red que mejor le funcione”, asegura el directivo.

“Hay un entendimiento global muy claro de que mientras más acerques a las poblaciones rurales a una zona urbana, para tener acceso a la información, para poderse comunicar, y entablar lazos con sus familiares, mayor beneficio va a tener el país, mayor desarrollo”, afirma.

“El soporte de conectividad que ofrece OXIO hará mucho más sencillo y eficiente la comunicación de Estados Unidos a México para potenciar, por ejemplo, la transferencia de remesas, dice Abraham, por eso viene muy de la mano la incursión que haremos en el mercado estadounidense”.

Brasil en el radar

“Para  OXIO, México es como el primer amor, -confiesa Abraham-, es el primer país en el que estamos invirtiendo, y es una gran oportunidad por la apertura que hay para seguir ampliando la red y la conectividad a través de aparatos mucho más económicos, y eso nos reduce mucho los problemas que antes teníamos”. Pero Brasil es el siguiente país en el radar de OXIO, donde gracias a los 40 millones de dólares que recabaron en mayo de este año en la ronda B, liderada por ParaFi Capital, podrán invertir y extender su tecnología en el gigante sudamericano, que tiene  más de 250 millones de líneas de teléfono móvil.

Por ejemplo en "En Brasil hay grandes empresas, como el banco digital  Nubank, que logran acercar al sistema financiero a quienes más lo necesitan y creemos que nosotros podemos sumar todavía más al acercar una red de telecomunicaciones más accesible”, señala González Pont.

De empresa a empresa

El director de OXIO en México aclara que su tecnología es de empresa a empresa. “Nosotros proveemos de esa tecnología a las empresas, no llegamos al usuario directo, tú no va a ver en la calle una red de telefonía llamada OXIO, sino que trabajamos con empresas mexicanas que estén buscando desarrollarse en el ámbito de las telecomunicaciones o desarrollar su oferta y llevarla a donde aún no han podido llegar".

De empresas tecnológicas, González Pont sí que sabe. Estudió la carrera de Comercio Internacional en el ITESO de Guadalajara, y para costear sus estudios trabajó como analista financiero en Hewlett-Packard, y ahí encontró el gusto por las empresas de tecnología; luego viajó a Australia donde trabajó cuatro años en el área de ventas de Vodafone, y al regreso a México fue invitado a trabajar con Uber.  Ahora, como director de OXIO en México, asegura que es una oportunidad que le reta y que admira a sus líderes, Nicolás Girard y Jason Evans, CEO y CTO de la firma, ya que son el tipo de liderazgos que le han ayudado a crecer: asertivos y confrontativos.

En México, OXIO ha duplicado en lo que va del año las cuentas empresariales con las que inició, hasta concretar diez actualmente, entre las que destacan Grupo Bimbo, Coppel y Rappi, y espera concluir 2022 con 25 empresas.  “Por fortuna hemos visto un crecimiento bastante acelerado, y vamos a cerrar el año con un crecimiento 40 veces mayor de cuando iniciamos.  Ese es el objetivo que hoy tenemos”, dice con satisfacción.

Le pregunto que tipo de soluciones brinda OXIO a las empresas, y responde: “A Rappi, por ejemplo, les ofrecemos conectividad mucho más económica, con información detallada de su flotilla, de cómo se mueven sus repartidores, y además logramos que no se les cobre el uso de datos sobre la app de Rappi, eso permite que el costo de su trabajo no les impacte en su día a día a los rappitenderos, y finalmente, les ofrecemos estabilidad en su conexión de tal manera que no pierdan la señal aunque estén dentro de un estacionamiento”.

En suma, OXIO aspira a ofrecer conectividad personalizada, a partir de las necesidades de las empresas y sus clientes y de la administración de data. “La manera como tú utilizas tus datos o tú teléfono es muy diferente a como yo lo utilizo. En el futuro, el objetivo es que tengas al proveedor que te dé lo que tú necesitas”, ello abre la posibilidad de tener proveedores locales o regionales de telefonía o servicios de internet que crearían sus planes a la medida de sus usuarios. Esta tecnología de marca blanca hace posible que cualquier compañía lance un servicio de telefonía móvil personalizado", asegura.

Nadar con tiburones en la pecera

El esquema de OXIO es una sana competencia con los grandes proveedores de telefonía e internet pero sin dejar de lado la colaboración, ya que por cada usuario de la tecnología de OXIO los gigantes de las telecomunicaciones siguen generando consumo y ganancias. “Al final del día, el enfoque no es competir, de lo que se trata es de extender la conectividad y acercarse más al usuario. La ventaja con nuestra tecnología es que nos conectamos con los grandes proveedores y los concentramos en una torre ficticia, que es la nube, y desde allí, podemos ofrecer el megabyte a un precio más bajo, porque no absorbemos el costo de la infraestructura”, señala.

“La realidad es que es un ganar–ganar, porque con OXIO los grandes proveedores podrán tener a un usuario que antes no tenían y que no podían tener por falta de conectividad, OXIO crecerá en la medida que un mayor número de empresas usen su tecnología, y los usuarios que ahora están en la periferia del ecosistema tendrán acceso a la red, a su medida, y con un precio más accesible”, concluye Abraham, y asegura que, hoy por hoy, OXIO ofrece el megabyte más barato del mercado.

francisco.deanda@eleconomista.mx

Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

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