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Arte e Ideas

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Ana y Bruno es la película más cara del cine mexicano

El proyecto de esta cinta animada se estrena hoy con un presupuesto de 104 millones de pesos.

No ha sido fácil. Pero el sueño del director Carlos Carrera (El crimen del padre Amaro) se cumplió y hoy se estrena Ana y Bruno, la película más cara del cine mexicano. Ana y Bruno es un proyecto al que el director le dedicó cerca de 10 años de su vida.

El equipo de productores es un dream team: Isabel Aerenlund, Pablo Baksht, Alex García, Mónica Lozano, Fernando de Fuentes y José Carlos García de Letona, quienes participaron para levantar el proyecto que tuvo un presupuesto de 104 millones de pesos y más de 70 fuentes de financiamiento.

La productora Isabel Aerenlund habla de la película que espera convertirse en parteaguas de la animación mexicana y que ya tiene asegurada su estreno hasta en China.

¿Es la película animada más cara del cine mexicano?

Ana y Bruno tuvo un presupuesto de 104 millones de pesos y es la película más cara en la historia de México. Ahora, para poner en contexto: una película de animación en España cuesta el doble y nuestro presupuesto es una décima parte del presupuesto de películas en Estados Unidos.

Por eso, aunque sea la más cara en México, realmente es lo mínimo que necesita un proyecto así para conseguir la calidad que necesitas.

¿Por qué tardó tanto en estrenarse la película?

Fueron unos cinco años de guion, tres de producción y en medio hubo una pausa de dos años, porque se nos cayó un inversionista, pero, digo, es parte de hacer la mejor película de animación posible.

¿Cómo fue el financiamiento?

En un país donde no existe una industria del cine de animación, logramos recaudar todo el dinero que necesitábamos. Tenemos 77 fuentes de financiamiento entre marcas, gobierno y patrocinadores privados. Creemos que es el mínimo para realizar un proyecto de calidad internacional, pero además hay mucho corazón en el proyecto.

¿Con cuántas copias salen a los cines?

Vamos con más de 1,000 pantallas y casi en toda la república, que es un logro mayor. Nuestro distribuidor es Corazón Films y otra gran noticia del proyecto es que después la vamos a estrenar en distintos países, algo que no es muy común y se verá en España, Ecuador, Chile, Bolivia y Argentina. Estamos por definir fechas para Rusia, Medio Oriente y China.

¿Saldrán productos de Ana y Bruno? Ropa, juguetes, etcétera.

Sí, pero sucederá más adelante, después de que la película salga y veamos la respuesta. Ya tenemos la infraestructura lista, y sí, claro que está en nuestros planes.

¿Cuál es el sueño que tuvieron con Ana y Bruno?

Hacer una película con una historia universal, conmovedora y que logre ser un buen negocio, pero que también posicione a México como un buen lugar para hacer animación y que estudios como Pixar-Disney o Dreamworks digan: “En México hay mucho talento, hay gente que podemos contratar” y que vengan a invertir a México para hacer más animación e impulsar la industria en nuestro país y posicionarnos en el extranjero como un lugar donde se hace animación de calidad, como se ve en nuestra película.

Me dices que varios de los creativos que trabajaron en la película se fueron a trabajar a otro país.

Sí, varios de los talentos ya no viven en México, los contrataron a partir de Ana y Bruno y se fueron a trabajar fuera. Digo, ojalá que no se vayan todos (risas), sería mejor que venga la industria a producir, pero nos alegra impulsar talentos mexicanos y presentar una película que puede competir en el mundo por su gran calidad y su historia universal.

¿Qué aporta el proyecto de Ana y Bruno?

Carlos Carrera tiene una estética especial y aporta su talento al mundo de la animación, igual que lo hizo Tim Burton con su estilo; esto enriquece a la industria de la animación y lo verán en la película.

vgutierrez@eleconomista.com.mx

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