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Applacovid detecta zonas de riesgo y contacto con casos de Covid-19

Los investigadores del Cinvestav coinciden al señalar que el éxito de estas aplicaciones depende de la participación de la comunidad, y con la información adecuada la desconfianza se reduce porque se les hace partícipes.

Foto EE: Cortesía

El departamento de computación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), desarrolló un sistema informático denominado Applacovid, se trata de una aplicación móvil y una red de tecnología bluetooth que identifica zonas de riesgo dentro de una comunidad cerrada y alerta al usuario de un posible contacto con una persona diagnosticada positiva a Covid-19. 

“En la nueva normalidad es inevitable la interacción con pacientes asintomáticos portadores de Covid-19, ya sea en el centro de trabajo, escuela, campus universitarios u hospitales; por lo tanto, es necesario contar con herramientas tecnológicas que permitan notificar a los usuarios de la app y autoridades de la comunidad de posibles contactos con portadores de la infección”, platica Cuauhtémoc Mancillas López, participante de la iniciativa.  

En México, el Informe Técnico de la Secretaría de Salud registra aumento de 186% en el número de casos estimados de Covid-19. En los últimos 14 días, 157,385 personas presentaron signos y síntomas, por lo que se consideran casos activos. Incluso, este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció vía Twitter que se contagió de Covid-19. "Informo a ustedes que estoy contagiado de Covid-19 y aunque los síntomas son leves, permaneceré en aislamiento y sólo realizaré trabajo de oficina y me comunicaré de manera virtual hasta salir adelante", escribió el mandatario en la red social.

Ante este escenario donde los especialistas sugieren comenzar a adaptarnos, pues probablemente el Covid-19 tome un comportamiento estacionario, buscar herramientas que eficienticen su detección se hace indispensable, es por ello que el grupo de investigación de criptografía y seguridad informática del Cinvestav se enfocó en ofrecer una solución práctica y eficiente para realizar el rastreo de contactos de manera automática, con el objetivo de romper la cadena de contagios y contener la propagación de la infección, detectar zonas de riesgo y acercamiento con personas diagnosticadas positivas para Covid-19, en un espacio delimitado. 

¿Cómo funciona el proyecto? 

Un objetivo adicional fue llevar este tipo de aplicaciones al mundo real, buscando un beneficio social, para no quedarse solo en reportes o artículos académicos; además, se pretende mostrar que la tecnología cotidiana se puede usar más allá del entretenimiento, porque también puede ayudar a encontrar soluciones a los problemas de las personas. 

De acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en México existen 86.5 millones de teléfonos celulares, tomando en cuenta ese dato, se pensó en un proyecto donde la comunidad y el uso de su celular fuera parte fundamental para el éxito de la aplicación.  

El equipo donde también participa Brisbane Ovilla Martínez explica que la colectividad en la que se dispone Applacovid puede colaborar con el sistema instalando la aplicación y llevando el teléfono en todo momento; Applacovid detecta la presencia de otros teléfonos móviles cercanos que también la instalaron e intercambian mensajes anónimos para realizar un registro de los encuentros que podrían representar un riesgo de contagio, en caso de que la persona encontrada sea diagnosticada con Covid-19. 

De entrada se construye el mapa de riesgo mediante el empleo de una red de pequeños dispositivos conocidos como balizas bluetooth o beacons, es decir, pequeños dispositivos basados en tecnología Bluetooth de bajo consumo, que emiten una señal que identifica de forma única a cada dispositivo, la señal puede ser recibida e interpretada por otros dispositivos (normalmente, un Smartphone), conociendo además la distancia a la que se encuentran. 

Con ello es posible estimar la proximidad de otros dispositivos conectados y la duración del encuentro; con esa información se identifican las zonas geográficas con mayor riesgo de contagio al interior de un lugar, como un campus universitario, centro de trabajo u hospital, preservando el anonimato y la privacidad de los usuarios. 

Las beacons son instalados estratégicamente dentro de un área específica de una comunidad cerrada, que se comunican con la app para identificar las zonas de mayor flujo, a fin de determinar si hubo riesgo de contacto con personas diagnosticadas positivas a Covid-19, al caminar por el lugar. 

Cuando dos personas se encuentran, el riesgo de contacto depende de la cercanía espacial entre ellas y la duración del encuentro, al identificar un caso positivo de covid-19 la información se sube a la app, de lo contrario se queda en los teléfonos. “No se guardan datos de los usuarios o la ubicación de los dispositivos; los detalles de las trayectorias se guardan cuando las personas positivas a Covid-19, de manera voluntaria, se registran en el sistema y se mandan a los servidores”, explicó Ovilla Martínez. 

Si una persona con la que se tuvo contacto en días recientes es diagnosticada positiva a Covid-19 y se reporta, la app manda una alerta al teléfono, sin revelar la identidad de ambos usuarios, con lo cual el usuario puede extremar precauciones sanitarias, reducir la interacción con otras personas y vigilar cuidadosamente su estado de salud para identificar posibles síntomas de manera temprana. 

Proyecto piloto ya funcionando  

El proyecto es impulsado por la Asociación Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, y ya se encuentra instalado en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca, con el plan de incorporarse en cinco nosocomios más: 20 de Noviembre, del ISSSTE; Juárez de México, Civil de Guadalajara, uno de Monterrey y otro de Mérida; además forma parte de una iniciativa interdisciplinaria más amplia que busca desarrollar tecnología útil en la identificación de nuevas estrategias para la contención de la pandemia 

La entrada en operación de la aplicación que inicia en Ixtapaluca fue analizada por su comité de ética, mismo que aprobó el protocolo de investigación correspondiente, ahora ya se trabaja en los específicos para los otros nosocomios, que tienen lineamientos particulares.

nelly.toche@eleconomista.mx

kg

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