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Arte e Ideas

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Atención a los detalles y otros olvidos

Este viernes, tres ponentes en La Ciudad de las Ideas hablaron sobre la importancia de poner atención a cosas en las que normalmente no nos fijamos: los introvertidos, los detalles aparentemente intrascendentes y las microexpresiones.

Susan Cain. El poder de los introvertidos.

Para esta psicóloga experimental, nuestra sociedad ha subestimado el poder de los introvertidos.

Según los estudios son como 60% de la población, aunque el auditorio de La Ciudad de las Ideas, tras conocer las características y diferencias con los extrovertidos, la mitad de la gente concluyó que pertenecía al grupo de quienes no son tan buenos hablando y prefieren pensar y crear en soledad que en compañía.

Subestimar a los introvertidos (como hacen muchas agencias de reclutamiento y en las oficinas en general) no sólo implica no poner atención a (está demostrado) la gente más creativa porque no es tan buena para promover sus creaciones, hay otros problemas.

Por ejemplo, los introvertidos trabajand mejor mientras el nivel de ruido ambiental se acerca al silencio, mientras los extrovertidos son más productivos en ambientes ruidosos. Así, en un salón de clases o una oficina, no hay un ambiente que funcione para los dos grupos.

Pamela Meyer. Vamos a contar mentiras

Para esta sicóloga experimental, un mundo sin mentiras no podría existir. Las necesitamos para llevarnos bien y para no estar hiriéndonos unos a otros todo el tiempo.

Así que, tras una charla que es como dar un vistazo a la serie Lie to Me tras bambalinas. Pamela nos da seis pasos para mentir mejor, ya que es tan necesario hacerlo de vez en cuando. Aquí los presento abreviados y adaptados.

  1. No sobreenfatices. Decir que juras sobre la tumba de tu madre y las de todos tus antepasados que estás diciendo la verdad indica que no es cierto.
  2. Mantente en rango. Cuando blofeas no te pases. El ejemplo son los famosos mapas de Miss South Carolina que se mete a explicar algo de lo que no tiene ni idea. Si no tienes idea de lo que estás diciendo no lo admitas, si no quieres, pero no te pongas a elaborar sobre tu ignorancia.
  3. Se espontáneo. Dudar antes de mentir, o incluso buscar con los ojos la puerta para salir corriendo es una de las pruebas de mentira que hasta quienes no están entrenados ni han visto Lie to me pueden detectar.
  4. No festejes si mentiste bien. Si la mentira para justificar tu tardanza es que murió tu abuelita no sonrías y te alegres cuando creas que el otro ya te creyó.
  5. Muéstrate apropiadamente preocupado. En tu esfuerzo por aparentar naturalidad puedes acabar por diciendo como si tal cosa algunas cosas terribles.
  6. Escoge un modelo. Sigue los pasos de un buen mentiroso… Este lo dejo al último aunque, por motivos teatrales (poner a Clinton en pantalla), fue el primero que puso Pamela. No me gusta porque si sabes que alguien es un buen mentiroso entonces tal vez no es tan bueno.

Joseph T. Hallinan. Pensar fuera de la caja

Los hábitos nos ahorran esfuerzo mental, algo muy valioso si nos estamos haciendo un café pero que puede ser peligroso a la hora de, por ejemplo, conducir un auto. Llevados por el hábito dejamos de poner atención a detalles que pueden ser importantes y no estamos alertas cuando lo inesperado acontece.

Hallinan aclara que, además de los hábitos, hay otras cosas que nos desvían de poner atención a los detalles que pueden ser cruciales. Como el policía que empieza a investigar con un sospechoso en mente . Las preconcepciones no solo impiden que nos acerquemos a la verdad sino que nos llevan a profundizar en nuestros errores.

manuel.lino@elconomista.mx

mac

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