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Austriaco pospone salto desde estratósfera por clima

Félix Baumgartner que busca romper la barrera del sonido con un salto, no ha podido realizar su ascenso al espacio exterior por mal tiempo.

El austriaco que busca romper la barrera del sonido, y batir además el récord de salto en caída libre, lanzándose desde el límite de la estratosfera sobre el estado de Nuevo México, en el suroeste de Estados Unidos, debió posponer su hazaña este martes debido al mal tiempo.

Félix Baumgartner tiene previsto ascender unos 120,000 pies (36,576 metros) en una cápsula izada por un globo de helio gigante, para luego lanzarse en caída libre hacia el suelo vistiendo un traje presurizado.

El salto, previsto inicialmente para el lunes por la mañana, ya se retrasó 24 horas debido a temperaturas muy bajas y vientos muy fuertes en la región de Roswell, Nuevo México, donde se realizará la experiencia, y ahora volvió a posponerse por la misma razón.

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Los organizadores estiman que el globo de helio no partirá hasta las 17H30 GMT de este martes como muy temprano.

Baumgartner, de 43 años, se entrenó durante cinco años para este salto, que supondrá un descenso en caída libre durante unos cinco minutos antes de la apertura de un paracaídas, a 1,500 metros de altura, que lo depositará en el suelo.

El mayor riesgo que enfrenta es la posibilidad de girar fuera de control, lo que podría hacerle perder el conocimiento. Por eso es esencial que controle el salto desde la cápsula, para lo cual se deberá colocar en una posición con la cabeza hacia abajo para aumentar la velocidad.

"En una misión como esta, uno tiene que estar mentalmente en forma y tener un control total de lo que hace, y me estoy preparando muy a fondo", dijo Baumgartner, quien usará un traje espacial presurizado y llevará tanques de oxígeno para poder respirar mejor.

Baumgartner espera batir una serie de récords: convertirse en el primer hombre en romper la barrera del sonido, a 1,227.6 kilómetros por hora; dar el salto más alto de la historia (a más de tres veces de la altura media de crucero de un avión de línea) y registrar la mayor velocidad en caída libre.

Superar la marca de 1960

La misión, denominada Red Bull Stratos y respaldada por un equipo de 100 expertos, espera que la hazaña contribuya también a la investigación médica y aeronáutica.

"Vamos a establecer nuevos estándares para la aviación. Nunca antes una persona llegó a la velocidad del sonido sin estar en un avión", dijo el director médico Jonathan Clark, doctor de la tripulación de seis vuelos del transbordador espacial.

La misión pondrá a prueba "nuevos equipos y el desarrollo de procedimientos para habitar en altitudes elevadas y soportar una aceleración tan extrema", de manera de mejorar la seguridad de los astronautas, pero también de potenciales turistas espaciales, agregó.

La cápsula espacial que transportará a Baumgartner hasta los confines de la estratosfera será llevada por un gigantesco globo de helio, más alto que la Torre Eiffel cuando esté completamente inflado.

Según lo previsto, el ascenso tomará entre dos y tres horas. El descenso, si todo va bien, durará entre 15 y 20 minutos: unos cinco minutos en caída libre y otros 10 o 15 en el paracaídas. Se espera que el aterrizaje sea suave.

El salto será transmitido en vivo en el sitio web de la misión -www.redbullstratos.com- con más de 35 cámaras en el suelo y en el aire, incluyendo algunas colocadas en el traje de Baumgartner.

Para prepararse para esta experiencia, este oriundo de Salzburgo ya se ha lanzado con éxito dos veces en marzo y julio desde una altitud de 21,600 metros y 29,456 metros.

Antes del proyecto "Stratos", Baumgartner se tiró desde el World Financial Center T101 en Taipei (Taiwán) y desde la estatua del Cristo Redentor en Rio de Janeiro.

En el equipo de la misión está el coronel retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Joseph Kittinger, quien detenta tres de los récords que Baumgartner intentará romper, entre ellos el actual salto récord desde 102,800 pies (31,333 metros), establecido hace más de 50 años, en 1960.

En ese momento nadie sabía si un ser humano podría sobrevivir a un salto así. "El ser humano es siempre muy curioso, siempre quiere ir más rápido, más alto, más bajo, más profundo, eso es parte del desafío del ser humano".

"Siempre nos gusta superar nuestros límites", dijo Kittinger, de 83 años, antes del salto del austriaco.

RDS

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