Lectura 4:00 min
Autorretrato: recorrido ?por la historia del arte
Lupina Lara Elizondo reúne la obra de 154 artistas, entre pintores, fotógrafos, escultores? o diseñadores populares o no desde el Renacimiento hasta la ola de la selfie.
Cuando escuchas el nombre de Van Gogh, Goya, Siqueiros o Tamayo te vienen a la mente sus obras más significativas o alguna que nos guste particularmente, pero muy pocas veces sus autorretratos. Incluso, muchas personas jamás han visto sus rostros, porque su labor es silenciosa y están siempre detrás del caballete.
El autorretrato puede ser la obra más cercana al artista, a su interior.
Lupina Lara Elizondo, autora del libro Autorretrato en la Historia Universal, dice en entrevista que en el momento en el que ves un autorretrato te sientes más cercano al artista. De alguna manera, entiendes su fuerza, su poder , dice. Entonces, este libro sería un recorrido por la historia del arte a través de este género, para entender y conocer un poco la personalidad de cada pintor o artista y cómo explica su entorno social o político o cómo se transformaron con los siglos las técnicas de los pintores.
Lo que hice fue intercalar artistas no tan conocidos o populares con los que sí lo son, con el objetivo de acercar a la gente a este género, que se fue transformando con los conceptos y valores a lo largo de la historia. Permite estudiar a los artistas y su época; encuentras elementos pictóricos pero también de interés personal , explica Lara Elizondo.
Entre los 154 pintores o artistas que integran esta colección, están Gustave Courbet, el Greco, Francisco Goitia, Juan OGorman, Tamara de Lempicka, Gerardo Murillo, José Clemente Orozco, Pablo Picasso, Leonardo da Vinci, Olga Acosta, Leonora Carrington o Andy Warhol.
La directora de Promoción del Arte Mexicano y autora de más de 19 títulos sobre arte mexicano explica que antes del siglo XIII no hay tantos registros de autorretratos porque el papel del artista era el de un artesano, pero con la aparición del espejo y el cambio ideológico del Renacimiento, los artistas comenzaron a tener un rol más independiente y la sociedad les da un lugar a los artistas como personajes que usan su intelecto para crear. Esta atribución les permite hacer de su imagen una obra artística, no sólo de vanidad .
Para expertos y amateurs
Autorretrato en la Historia Universal, que puede ser disfrutado por todo público y que incluso puede verse como una enciclopedia de historia del arte, está dividido por etapas: Renacimiento, Edad Moderna (1500-1700), Edad Contemporánea (1800), Siglo XX (1900) y Siglo XXI (2000). Pero va más allá de mostrar los autorretratos de cada uno de los 154 pintores, fotógrafos o artistas plásticos, al tener un contexto histórico resultado de una profunda investigación por parte de la historiadora.
Con los grandes maestros de la pintura, en las primeras etapas, como Leonardo Da Vinci, Sandro Botticelli, Rogier van der Weyden, Alberto Durero, Peter Paul Rubens, Johannes Vermeer van Delft, las piezas están más relacionadas con la fotografía y muchos están acompañados de la aristocracia, pero conforme uno sigue hojeando va observando que en los autorretratos las pinceladas se integran al cuadro y comunican.
Los artistas, cada uno en su estilo y técnica, reflejan su origen, su entorno, los movimientos sociales por los que atraviesan, pero también frivolidades o los conflictos que los aquejan. La imagen se va transformando con las propuestas de la vanguardia, el artista muestra no sólo lo que sí ve, sino lo que no se ve. La forma puede interpretarse de mil maneras; puede ser un retrato psicológico, simbólico o social , agrega Lara.
Algunos ejemplos son el autorretrato de Gustave Courbet (1819-1877), el máximo representante del realismo del siglo XIX, y que tiene una expresión de confusión; Lempicka (1898-1980), retratándose en su Bugatti verde, mostrando su posición, o Jesús Guerrero Galván (1910-1973), con ropa de campesino rasgada y con sangre.
El recorrido termina con las obras hechas en el siglo XXI, de artistas como Betsabeé Romero, Amador Montes, Trini, Guillermo Montesinos, Yuri Zatarain y Vladimir Cora, que están intervenidas con telas o herramientas tecnológicas. Y, sobre todo, con la llamada selfie.
Lara Elizondo explica que para que una selfie sea tomada como una obra de arte tiene que tener una idea enlazada con la imagen. Tener un objetivo, demostrar inquietudes, intelecto, reflexiones o personalidad, no sólo una imagen social.