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Bollywood tiene sus estrellas y también enloquecen al público
El éxito de la meca del cine Indio en el mundo árabe es tal que este viernes la visita de una de las más grandes estrellas vivas de esta industria, Shah Rukh Khan, volvió loco al público asistente a la Feria Internacional del Libro de Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos. Esta es la crónica.
Dejemos la visión occidental del entretenimiento a un lado por un momento.
Vaya que Bollywood mueve masas. No es una coincidencia que se trate de la industria fílmica más prolífica y una de las cinco más rentables del mundo, con una capacidad de producción anual de más mil películas que capitalizan alrededor de 2 mil millones de dólares, muchos de los cuales provienen de los públicos de Asia y el Medio Oriente.
Bollywood es una máquina de hacer estrellas de la gran pantalla. Y de esta pléyade el público por supuesto que tiene a sus favoritos. Si uno busca en internet cuáles son los mejores actores masculinos de Bollywood, los más populares, los más talentosos o los más influyentes, como denominador común, generalmente en el primer lugar, aparecerá el nombre Shahrukh Khan o Shah Rukh Khan.
Con más de 80 largometrajes en su carrera, la mayoría en la meca del cine indio, al tal Shah Rukh Khan le apodan el “badshah de Bollywood” (más o menos equivalente a ‘gran rey de Bollywood’) o directamente le llaman “King Khan”.
Sobre las sillas
Este viernes fue un día especial en la Feria Internacional del Libro de Sharjah, el principal encuentro editorial del mundo árabe. Si bien el Expo Centre Sharjah, un recinto para los magnos eventos en el emirato, es visitado por miles de personas al día durante los días de una feria que este año celebra su edición número 41, este viernes estaba especialmente desbordado. La razón, ya lo advierte usted, fue la presencia de Shah Rukh Khan en la feria como una de las conversaciones estelares del programa de la feria.
La capacidad de más o menos dos mil personas en el foro más grande dispuesto para la feria no fueron suficientes para solventar la demanda del público que abarrotaba los pasillos como no se había visto en la edición. Los fans, sobre todo indios y árabes, trataban de asegurar un lugar al interior, para obtener una foto, un video, estar cerca de la superestrella, de capturar el momento en que este encumbrado pisaba el suelo emiratí para saludar a su vasta corte de admiradoras y admiradores, cuya gran mayoría no rebasaba los 17 años (aunque había también mucha gente adulta, de todas las edades, igual de enloquecida) y gritaba su nombre o sus sobrenombres sin temor a desgarrarse las cuerdas vocales. La compostura no estaba invitada a la conferencia.
Al interior de Ball Room (donde se presentan los grandes invitados a la feria) se dispusieron filas con sillas para dar cabida a un público limitado a la conversación con el protagonista de exitazos como “Algo sucede en mi corazón” (1998), “Chak de India” (2007) y “Mi nombre es Khan” (2010). Pero no pasó mucho tiempo para que el público desordenara las filas, las hiciera a un lado tratando de hallar un espacio más adelante o se subiera en ellas para capturar en video el momento en que la estrella entraría al Ball Room. Varias, al menos cinco, fueron las falsas alarmas que dejaron a todo el mundo gritando por nada. Pero ni la quinta falsa alarma mermó los ánimos para ver de una vez a la estrella de la meca del cine de la India y también ídolo de masas en el país árabe.
“¿Perdona, vas a tomar fotos? ¿Te puedo encargar que me compartas algunas? Es que mi celular no toma bien las fotos. ¿Sí? ¿Te doy mi número para que me las compartas?”, le solicitó un señor de la India a otra persona de una fila delante de él. Y una vez que la estrella se presentó en el recinto, entre el griterío y toda la gente, la india y la árabe, subida sobre las sillas y gritando a todo pulmón, el que solicitaba que le compartieran las fotos le decía al de adelante… bueno, más bien ya le ordenaba: “¡mira toma ese momento, tómalo allá, está sentado en esa fila de adelante”. “¡Tómale en esa postura!”, ya le vociferaba sin aspavientos.
Vamos, es explicable lo que sucedió. El hombre es tan famoso de este lado del mundo que cada 2 de noviembre, el día de su cumpleaños, ya se hizo tradición que en el Burj Khalifa, el edificio más alto del orbe, se muestra una felicitación al actor con los más de un millón de luces led que revisten el rascacielos. El onomástico número 57 de Shah Rukh Khan, hace un par de semanas, no fue la excepción. “We love you”, se podía leer a los cuatro vientos en el edificio más emblemático de Dubái, hace un par de semanas. Y este viernes el público montado sobre las sillas se lo reiteró: “¡We love you, Shahru!”.
Premiado por la feria
De manos de la máxima autoridad del libro en Sharjah, Ahmed bin Rakkad Al Ameri, el actor recibió el primerísimo Premio Icono Global del Cine y la Narrativa Cultural que entrega el encuentro editorial.
Para quienes esperaban escuchar sus palabras, el “Shahru” habló sobre la humildad, el valor de equivocarse como la herramienta más poderosa para el crecimiento y el peso fundamental de la honestidad.
“Con mi experiencia en la vida y en la industria del entretenimiento, el único consejo que le puedo dar a los jóvenes es que en todas las complejidades de la vida, persistan honestos y gentiles. Algunas veces tendrán que mentir, incluso le tendrán que mentir a la gente que les rodea, pero incluso en esos momentos es posible mantenerse honestos consigo mismos: traten de llevar la vida de la mejor manera posible (…) en un mundo donde invariablemente tendremos altos y bajos, donde seguramente habrá reveses, no hay nada como vivir la vida con la mayor plenitud posible, que es mantener la paz en su corazón”.
“King Khan” cerró la tan esperada presentación recitando los diálogos de varios de los personajes más exitosos en su haber, entre el griterío del público, por supuesto. Algunos incluso repetían las líneas de memoria.
Al tiempo, un par jovencitas indias apostadas en una de las salidas de emergencia del Ball Room, apostaba todas sus fuerzas a que quizá el actor podría salir por ese lado. Llevaban instaladas en este sitio cinco horas, y a quienes salían del interior lo interrogaban: “¿él sigue ahí dentro? ¿Sabes por dónde va a salir? ¿Ves posible que podamos llegar a él?”.
Todo el mundo se mostraba y presumía los videos y las fotos de su cercanía al escenario donde la estrella se presentó minutos antes. Los que estuvieron en la zona VIP, en el sillerío del Ball Room, salía victorioso del auditorio, blandiendo su celular, mostrando los video y fotografías que tomaron muy de cerca del actor y productor. Este día, la feria cerró prácticamente a las 11 de la noche, hora en la que apenas dejaba de fluir la gente entre los pasillos del Expo Centre Sharjah. Y la gente continuaba presumiendo las fotos que daban constancia de que pudieron estar a unos metros de la estrella.