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"Checarse es tenerlos bien puestos”, un llamado a la salud masculina
El 29 de noviembre es el Día Nacional de la lucha contra el cáncer de próstata. En México, cada año se detectan más de 25 mil casos y se reporta que más de 7500 personas pierden la vida por este padecimiento. Este año, la campaña de busca promover el cuidado de la salud masculina creando conciencia sobre la importancia de asistir regularmente al urólogo, dejando de lado miedos, inseguridades, tabúes e información falsa, afirma el especialista Diego Preciado Estrella.
El cáncer de próstata es una de las enfermedades más comunes en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1 de cada 6 hombres tendrá este padecimiento en algún momento de su vida. Actualmente, este tipo de cáncer es el segundo más frecuente en hombres y también ocupa la segunda posición por su elevada tasa de mortalidad. En México, el problema es mayor, pues cada año se detectan más de 25 mil casos y se reporta que más de 7,500 personas pierden la vida, por lo que es uno de los tumores más letales, incluso por encima del cáncer de mama.
Históricamente no se habla mucho del cáncer de próstata, por cuestiones culturales los hombres incluso son reticentes a su atención, por eso la campaña "Checarse es tenerlos bien puestos", busca difundir información relacionada con la naturaleza de la enfermedad y dejar muy claro que todos los hombres son susceptibles de desarrollarlo, “por eso convencer a tu papá, tu abuelo y a ti mismo de un chequeo basal para conocer el estado de salud en que te encuentras, es fundamental”, dijo el doctor Diego Antonio Preciado Estrella, especialista en Urología Oncológica.
En México, la vergüenza y el machismo son las principales causas por las que los hombres no se hacen revisiones y ponen en riesgo su vida, desafortunadamente la cultura de la prevención y atención oportuna no existe en los varones, “constantemente los vemos acudiendo a consulta con el especialista en promedio después de los 55 años, esto cuando en muchas ocasiones ya viene avanzada la enfermedad. Otra cosa en contra es que normalmente en las primeras etapas esta enfermedad es asintomática”, explica el especialista.
Si uno se da cuenta de que se está parando mucho a orinar en las noches, si cuando uno va al baño, no vacía del todo, si el chorro es delgado, si hay ardor, disfunción eréctil o incluso si se orina sangre, es un llamado de atención. “Culturalmente los hombres tienden a menospreciar o echar de menos estos síntomas, a pesar de ser el aviso de enfermedades que comprometen la vida”.
El especialista es enfático: “no está mal acudir al urólogo”, la masculinidad y el orgullo comienzan con cuidar y procurar la salud propia. Mientras las mujeres acuden al ginecólogo, desde la adolescencia, por temas de menstruación, anticonceptivos, por embarazo, parto, mamografía, papanicolau, entre otros controles, los hombres acuden mucho más tarde; “la idea es que la gente comprenda que no está mal acudir al urólogo. Hacer un tacto rectal es una revisión que lleva alrededor de 15 segundos en la cual introduciendo un dedo con lubricante y un guante a través del ano se conoce el tamaño de la próstata y su consistencia, con eso en 10 segundos podemos saber si hay un riesgo de desarrollar una enfermedad que nos podría matar en los próximos diez años”, así de contundente. Además esto se acompaña de un examen de antígeno prostático, que consiste en una prueba de sangre.
Con esta campaña también se pretende que el mensaje por una atención más temprana genere aliadas, es decir, que las mujeres, quienes tienen mayor conciencia de acudir al médico, acompañen a los hombres a las consultas y que los animen a revisarse. Entre mujeres también se puede colaborar al tema, aunque la responsabilidad principal está en las manos de cada hombre. Esta iniciativa además busca informar sobre algunos mecanismos de salud para hombres como el Programa Integral de Atención al Cáncer de la Próstata, un proyecto impulsado con recursos federales para combatir los efectos de esta enfermedad en México.
Lo recomendable es el chequeo sistemático
Aunque no existe una edad precisa para que como hombre se pueda acudir a chequeos, es importante estar atentos a los síntomas, pero si no hay dolor o síntomas, el especialista comparte que a los 40 años siempre es recomendable tener una evaluación del estado de salud del hombre, revisar su manera de orinar, hacer la prueba del antígeno prostático, pues la próstata es uno de los órganos que prácticamente a todos los hombres se les va a enfermar en algún punto de la vida y en algunos adultos jóvenes se presenta el cáncer de testículo, donde la autoexploración es fundamental, porque es un tumor más común en hombres en estas edades.
Preciado Estrella dijo a El Economista que casi todos los cánceres son silenciosos en las etapas iniciales, es decir, no nos dan algún tipo de síntomas hasta que ya se vuelven avanzados. Por ejemplo, “cáncer de próstata es como una manzana que por fuera se ve completamente normal, pero al momento de partirla podemos ver que empieza a echarse a perder, eso sería un cáncer. Ese es el momento ideal de atención, antes de que se manifieste por fuera. Esta sería como la primera etapa y en la que idealmente los médicos deben intervenir pues aquí hay muchas probabilidades de curar. La segunda etapa es cuando, en esta metáfora, lo que ya se está echando a perder comienza a llegar a la cáscara de la manzana y la tercera etapa es cuando ya está por fuera contagiando a otras manzanas”.
La conciencia hoy día va enfocada en evitar el cáncer de próstata, se trata del más común en México y el que más mata, recordó que en México se diagnostican cada año alrededor de 25 mil casos y la posibilidad de padecer cáncer de próstata a lo largo de la vida es uno de cada siete hombres. Al parecer es inherente al envejecimiento pues estudios en autopsias que se han practicado en hombres de 80 años, se encuentra que el 80% de ellos tiene algún tipo de cáncer de próstata, aunque no todos necesariamente son agresivos. También el 15% de estos cánceres se encuentran en población relativamente joven (antes de los 55 años). “La idea es que si se sospecha, hay que diagnosticar para poder tratarlo oportunamente, pues si se presenta de una forma agresiva, puede matar al paciente”.