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Coral Bracho, Premio FIL 2023, condena la guerra y la violencia
¿Cómo es posible que la violencia se haya vuelto una expresión cotidiana en países como el nuestro, donde los homicidios son ya incontables?, cuestionó la poeta en la ceremonia de apertura de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
“La poesía comparte la inaplazable necesidad de preguntarse cómo es posible que el género humano siga luchando con toda la violencia imaginable contra sí mismo, cómo es posible que se sigan aceptando y fomentando las guerras, que se siga lucrando con ellas y que se rechace y desprecie a aquellos que han sido expulsados a causa de ellas de sus territorios”.
De esta manera, la poeta y traductora mexicana Coral Bracho habló a los invitados especiales en la ceremonia de inauguración de la edición 37 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL Guadalajara), como parte de su discurso al convertirse en la autora número 33 en recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.
“¿Cómo es posible que, a lo largo de siglos, se siga agrediendo y rebajando a otros seres humanos por su raza, por sus costumbres, su situación de pobreza?”, cuestionó la poeta. “¿Cómo puede ser que en el mundo persista una desigualdad económica abismal y una desigualdad y violencia persistentes contra las mujeres y las diversas identidades raciales y sexuales? ¿Y cómo se siguen imponiendo y se siguen aceptando gobiernos que atentan contra la libertad y la vida de aquellos a quienes gobiernan y de aquellos a los que quisieran gobernar? ¿Cómo es posible, en fin, y ha sido posible, que la violencia se haya vuelto una expresión cotidiana en países como el nuestro, donde los homicidios son ya incontables?”.
La autora de poemarios fundamentales como “El ser que va a morir” (1982), “Ese espacio, ese jardín” (2003) y “Debe ser un malentendido” (2018) urgió para la humanidad “una nueva manera de ver, una capacidad analítica y crítica que nos permita encontrar soluciones que beneficien a todos los seres humanos y una conciencia ética que ponga el bienestar de todos y la conservación de la vida en nuestro planeta por encima de las posibles desmedidas ganancias económicas que casi todos los gobiernos permiten, aprovechan y apoyan”.
Asimismo, señaló que si el lenguaje verbal ha sido el modo más completo de comunicación que ha acompañado a la humanidad a lo largo de siglos, “la poesía es una de las formas más penetrantes sugerentes y generativas en que éste se manifiesta (…) la poesía vuelve perceptible, de una manera directa, lo que la costumbre, los estereotipos y los prejuicios nos impiden ver y sentir”.
Finalmente, la reconocida con el Premio FIL en la primera edición de este encuentro editorial sin la presencia de su fundador, Raúl Padilla López, comentó: “nada más hermoso y conmovedor que ver esta feria del libro llena de niños en compañía de adultos hojeando y disfrutando libros y de jóvenes y adultos interesados en la impresionante variedad de opciones que se ofrecen en ella, desde que Raúl Padilla la inauguró, año con año. Si el mundo va a cambiar va a ser sin duda de esta manera”.
“Un archivo de experiencias vitales”
El académico, investigador y ensayista Javier Guerrero, como portavoz del jurado de esta edición del Premio FIL, destacó los criterios del jurado para conferir la distinción a Coral Bracho:
“Por su continuada indagación en la politicidad de la poesía y el peso de la palabra escrita. La poesía de Coral Bracho se pregunta por las maneras en que el mundo se descubre y nombra, provocando una inteligencia sensible por parte de la instancia lectora. Su trabajo se vuelve entonces un archivo de experiencias vitales donde se piensa el olvido, la enfermedad, el dolor y la muerte”.
El jurado reconoce a Coral Bracho, añadió Guerrero, “como destacada figura de una genealogía poética neobarroca, esencial para la lengua del continente y para la literatura mundial”.
Por su parte, la escritora Verónica Murguía, amiga de la premiada y encargada de presentar su semblanza, señaló:
“Mi esposo, David Huerta, muerto el 3 de octubre de 2022, sentía por Coral un amor fraternal enorme y la admiración literaria más pura. ‘Léela’, me decía, ‘tiene algo de adivina, tiene algo de maga, es como un hada que vive sin supersticiones’. Le hice caso y cuando me adentré en la poesía de Coral quedé al mismo tiempo avasallada y conmovida. Cuando la conocí en persona, me hizo feliz comprobar que esa maga, esa sibila, es una mujer de una calidad y una frescura inesperadas, y de una modestia y sencillez que contrasta con la complejidad de su mirada. En el centro de esta mujer frágil hay una semilla de fuerza vital que se traduce completa en su poesía y que alimenta el espíritu de nosotros, sus lectores”.
La poesía de Bracho, expresó Murguía para cerrar, “ha visto en las manifestaciones más modestas del mundo los signos del tiempo, en las hierbas, en los insectos, en las moscas, las libélulas, la gota de agua, que busca por medio de los sentidos la esencia de lo más sutil y que no se arredra nunca ante la tarea de nombrar lo más terrible”.
Palmarés de la premiada de este año
Además del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, por su trabajo literario, Coral Bracho ha recibido el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1981 por “El ser que va a morir”; la Beca Guggenheim en el 2000, el Premio Xavier Villaurrutia 2003, por “Ese espacio, ese jardín”; el Premio Internacional de Poesía Zacatecas 2011, el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe 2011, el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval 2016, por su trayectoria; el Premio Nacional de Letras de Sinaloa 2017 y el Premio Coatlicue 2018.
Durante su discurso, Bracho destacó que su editorial, Ediciones Era, ha publicado a nueve de los 11 mexicanos o mexicanos por adopción, como Augusto Monterroso, Juan Gelman y Tomás Segovia, que han recibido el Premio FIL.
“Ediciones Era se ha dedicado, además, a lo largo del tiempo, a difundir la literatura en nuestro país y fuera de él, a apoyar la edición independiente y a las cada vez más escasas librerías en México”, señaló.