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Arte e Ideas

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¿Cuáles serán los alimentos del futuro?

¿Qué se entiende por alimentación sostenible? Es una dieta que debe ser asequible, de precio moderado, culturalmente aceptable y de bajo impacto ambiental. “De hecho ciertas naciones la usan para bajar gases invernadero”, dijo la doctora Nimbe Torres en entrevista.

El nopal y el frijol deben estar más presentes en la dieta. Foto: Especial

Actualmente la alimentación enfrenta cambios y transformaciones cuyo impacto será notable en la salud de las personas y en las próximas generaciones. La alimentación del futuro se basa en consumir una dieta más accesible y que tenga un bajo impacto ambiental, eso en México es posible y la Dra. Nimbe Torres, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, nos habla de ello.

Se espera que para 2050 aumenten los gases de efecto invernadero al menos un 50%, debido a un gran consumo de productos de origen animal que necesitan áreas más grandes para crecer, además de una gran cantidad de agua y comida, con base en esto muchos países están cambiando hacia políticas de dieta sostenible. Pero hay que ser claros, dice la especialista, pues no vamos a poder seguir las tendencias mundiales, por ejemplo, voltear a ver la dieta mediterránea, que sin duda es buena y con muchos beneficios, pero los mexicanos no la consumen, por eso es importante que la dieta local se haga presente.

“Sabemos que la alimentación va a ir cambiando en los próximos años, cada día hay más investigación sobre los alimentos locales, lo cual es muy bueno, porque esto nos dirige al concepto de una dieta sostenible y saludable”.

Dijo que nuestra dieta en realidad siempre ha sido muy variada, pues en cada estado de la República vemos diferencias y maneras de preparar, eso es excelente, por ejemplo, se ha demostrado que nuestros antepasados consumían 10 veces más antioxidantes en su dieta que lo que consumimos actualmente, eso es debido a la riqueza de alimentos locales. Sin embargo, asegura que por un tiempo olvidamos todo ese potencial en los alimentos mexicanos, por ello hay que regresar a la alimentación sostenible, un modelo que Europa y Estados Unidos se toman muy en serio.

Alimentos del futuro en México

La doctora Torres señaló que México tiene graves problemas de salud por sobrepeso y obesidad, diabetes y el síndrome metabólico que forman un conjunto de parámetros anormales como hipertensión e hiperglicemia. Por ejemplo, en la Ciudad de México, una de cada dos personas de más de 20 años padece síndrome metabólico, lo que eleva cinco veces las probabilidades de desarrollo de diabetes.

Por otro lado, más del 70% de la población mexicana presenta sobrepeso u obesidad, una de cada cuatro personas tiene hipertensión y la diabetes afecta a más de 12 millones de mexicanos, es decir, el 10% de la población, según cifras de la Secretaría de Salud. Pero la buena noticia es que existen infinidad de investigaciones que demuestran que los alimentos funcionales disminuyen significativamente el desarrollo de estas enfermedades.

La especialista explica que la alimentación sostenible se basa en alimentos que, de hecho, en México siempre se han consumido como, por ejemplo, las leguminosas, que aquí se comen 10 veces más que en Estados Unidos y Europa. El país también cuenta con alimentos funcionales como el nopal, que ayuda con las concentraciones de glucosa; el huitlacoche y los hongos en general, que tienen una importante actividad antioxidante y contribuyen a una mejor sensibilidad a la insulina y regula el colesterol gracias a sus estatinas, y la miel, con su gran cantidad de antioxidantes que disminuyen la inflamación.

En nuestro territorio también se practica la entomofagia, es decir, el consumo de insectos, una proteína que no solo es de alta calidad, sino que servirá para aliviar un poco la crisis alimentaria en la que vivimos. Los insectos comestibles también tienen múltiples ventajas para el medio ambiente, por ejemplo, la cría de insectos emite considerablemente menos gases de efecto invernadero que la mayoría de las demás fuentes de proteína animal y requiere sustancialmente menos agua que la cría de ganado. Además, la cantidad de tierra necesaria para criar insectos es significativamente menor que en el caso de la producción animal, y los insectos son muy eficientes a la hora de convertir piensos en proteínas. Por ejemplo, los grillos necesitan 12 veces menos piensos que el ganado para producir la misma cantidad de proteína, según datos de la FAO.

También tenemos maíz y frijol, la dupla que ha ayudado al mexicano a vivir por siglos, gracias a que su combinación crea 10 veces más actividad antioxidante. Históricamente la dieta mexicana está basada en el consumo de leguminosas con cereales, se sabe que la combinación de cereales y leguminosas (sobre todo maíz y frijol) genera proteína de buena calidad para un buen desarrollo humano. Pero nuevas tecnologías arrojan que hay efectos adicionales y benéficos en el frijol. Esta leguminosa posee infinidad

de compuestos bioactivos, el negro, por ejemplo, en su cascarilla tiene flavonoides que ayudan al metabolismo de lípidos y glucosa.

Un extra es voltear a ver el chocolate, que tiene mucha actividad antioxidante al igual que la vainilla. Por último, las frutas y verduras son clave para poder bajar el consumo de proteína de origen animal y empezar a consumir más alimentos que sin duda tenemos al alcance en nuestro país. “Tenemos que lograr conciencia en la ciudadanía, recordarles que lo que se comía antes era lo más saludable”, pero agrega que hay que tener cuidado, porque hay alimentos que son saludables, pero que, si se comen en grandes cantidades y exceso, pierden el efecto benéfico para la salud, “tenemos que regresar a porciones más pequeñas también”, concluyó la especialista.

nelly.toche@eleconomista.mx

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