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De lo mejor de la música mexicana para guitarra
Rodolfo Pérez hace un disco con magníficas interpretaciones de piezas clásicas y populares.
La música mexicana para guitarra clásica, por llamarla de algún modo, está en peligro de extinción en buena parte del país, pero no en Sinaloa, especialmente en Culiacán, donde hay un importante grupo de intérpretes que han mantenido espacios y una fuerte tradición; incluso realizan un festival internacional del instrumento con la presencia de solistas de talla mundial.
De esa escuela sinaloense proviene el disco Fantasia Mexicana: Mexican Guitar Music de Rodolfo Pérez, mismo que se presentó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Estar en la Sala Ponce no podría ser más adecuado, pues Rodolfo toca en el disco la Sonata Mexicana; Tres Canciones Populares: La Pajarera , Por ti mi Corazón y La Valentina , y Estrellita, de este compositor zacatecano de principios del siglo XX.
Las interpretaciones de éstas, ahora sí verdaderas clásicas de la guitarra mexicana, permiten a Rodolfo dejar constancia de que se trata de un guitarrista de primer orden, con una técnica limpia y privilegiada que le permite hacer gala de su gran musicalidad con melodías que fluyen. Así entrega algunas de las mejores interpretaciones de estas piezas de Ponce y deja claro que, de las piezas menos conocidas, difícilmente encontraremos mejores interpretaciones que las suyas.
Pero no sólo hay música de Manuel María Ponce, también hay de Julio César Oliva (1947), quien es probablemente el compositor mexicano vivo para guitarra más notable, y de los sinaloenses Heriberto Soberanes y José Ángel Ramírez.
De Oliva podemos escuchar los magníficos y evocativos Tres instantes de éxtasis: Ensoñación , Una Tarde de Verano y Encantamiento , que se escapan un tanto de la etiqueta de música mexicana y son simplemente música.
Soberanes no tiene en el disco crédito como compositor sino como arreglista, pero aquí sus elegantes, expresivas y estilizadas versiones para guitarra de las canciones populares: La India Bonita , El Quelite y ¿Por qué Lloras? deben su expresividad más al arreglo que a la melodía original y no tienen menos mérito que las Tres Canciones Populares de las cuales Ponce sólo es autor de una y en las demás es arreglista.
La Fantasía Sinaloense de José Ángel Ramírez (1969) es para guitarra y quinteto de cuerdas (dos violines, viola, chelo y contrabajo), y es también un magnífico tributo al cancionero popular con el soporte de la música clásica que da canciones como El Sinaloense o Mi Gusto Es , una insospechada profundidad y belleza.
Un magnífico disco para la fonoteca personal, sin duda, pero también un magnífico regalo para que amigos extranjeros puedan tener un pedacito de este país sin las incomodidades de llevar un sombrero de charro por el aeropuerto (si hasta el CD le resulta incómodo, ya está disponible en formatos electrónicos).