Día Mundial de la Lucha contra el SIDA: datos y retos en México

En septiembre del 2020 —en medio del confinamiento por Covid-19— Alberto N dio positivo a VIH, con cuatro pruebas en distintas instituciones, aceptó el diagnóstico. "Miedo. Tuve miedo, en un primer momento a no poder acceder al tratamiento, y posteriormente, miedo al rechazo social", dijo a El Economista.

Alberto no tenía IMSS ni seguro médico privado; acudió a Clínica Condesa, ubicada en la Ciudad de México, donde inició y continúa recibiendo su trataminto antirretroviral (TAR). En la misma institución recibió algunas opciones de tratamientos psicológicos para cuidar la salud mental. 

Actualmente, Alberto es "indetectable": esto signficia que el la carga del VIH en los fluidos es tan baja que una prueba no puede detectar el virus y, por tanto, esa concentración de virus no tiene capacidad de transmitirse.

"Aún sabiendo que soy indetectable, he decidido no compartir mi diagnóstico con personas, incluso cercanas, porque sigo teniendo miedo a que la gente me vea de manera negativa por el estigma tan grande que sigue existiendo", dijo en entrevista telefónica.

Para Alberto, el VIH no lo define, de hecho considera que es una de sus más grandes lecciones de vida, sobre lo importante que es tomar decisiones desde la información y la empatía y no desde los prejuicios. 

"Creo que es importante el activismo en este día, y en todos los días, porque es  necesario que la gente se informe, se haga chequeos, sepa sobre el riesgo de vivir con VIH sin saberlo o sin tratarlo. Y cambiar el pensamiento de que vivir con VIH es una sentencia de muerte".

Cada 1 de diciembre desde 1988 se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. En este día se busca realizar actividades que contribuyan a eliminar el estigma, para proteger los derechos de las personas que viven con VIH+, para prevenir la transmisión del virus y evitar las muertes relacionadas con esta condición. 

Cifras sobre VIH en México

En México, como en América Latina, los retos son grandes. En la década reciente, se observa una tendencia de repunte en el total de contagios, una caída en la detección oportuna, y todavía mucha desinformación y prejuicios alrededor del VIH y el SIDA.

Durante 2012, en México, se diagnosticaron 12,219 casos nuevos de VIH y para el 2022 esta cifra escaló a 17,858 casos, de acuerdo con cifras del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH a cargo de la Secretaría de Salud. Esto implicó un crecimiento de poco más de 50% en 10 años.

Las cifras muestran que, en 2020 cuando llegó la Covid-19 a México y se levantaron las restricciones sociales hubo una caída importante en el número de casos nuevos detectados. Esta baja no refleja un menor nivel de contagios, sino una detección tardía debido a que los recursos de salud pública estaban destinados a atender la emergencia sanitaria. 

Al corte del 16 de octubre del 2023 —y contando desde 1983— se registra un total de 365,916 personas que han sido diagnosticadas con VIH. En este periodo de 40 años, cerca del 31% de este total corresponde a personas que ya han muerto, no necesariamente por causas relacionadas con el VIH. 

El registro histórico muestra también que, la relación entre diagnósticos/muertes también se ha reducido conforme el pasar de los años y los avances en la ciencias de la salud. 

En términos de género, se observó que 8 de cada 10 personas (82%) que han sido diagnosticadas con VIH en México son hombres; el 18% restante son mujeres. 

Actualmente, gran parte de los casos notificados de VIH se concentran en adultos jóvenes: cerca del 64% del total de positivos está en el rango de 20 a 44 años.

Estigma, discriminación y desinformación, los retos

Pese a todos los avances que se han logrado en términos de salud, todavía existen muchas carencias en el acceso efectivo a la información sobre la transmisión, detección y tratamiento. 

De acuerdo con la ONU SIDA, los estigmas que existen alrededor del VIH siguen impidendo que muchas personas tengan relaciones sexuales seguras, accedan a métodos de prevención previos o posteriores a relaciones de riesgo e incluso impiden que las personas se realicen chequeos periódicos fundamentales para la detección oportuna.

No sólo la prevención y tratamiento se ven impedidos por estos prejuicios, también las vidas de las personas que viven con VIH son impactadas negativamente. 

En México, todavía el 40% de las personas que viven con VIH fueron discriminadas en el ámbito laboral y 33% en el ámbito de salud, de acuerdo con cifras de la Conapred (Comisión Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación).

 Un 57% de la población mexicana no estaría de acuerdo con que sus hijos se casaran con una persona que vive con VIH y 35% dijo que no le rentaría un cuarto de su vivienda, de acuerdo con cifras de la ENADIS (Encuesta Nacional sobre Discriminación).

Este 2023, el activismo —liderado por la ONU SIDA— estará enfocado en el liderazgo de las personas que viven con VIH o los grupos con mayor riesgo de contraerlo, en su presencia y protagonismo en la política pública y la iniciativa privada. 

"El fin del sida es posible, está a nuestro alcance. Para seguir el camino que pone fin al sida, el mundo debe dejar que las comunidades asuman el liderazgo", dijo Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONU SIDA.