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El Nobel de Física para tres especialistas del movimiento ultrarrápido de los electrones
Los físicos atómicos Anne L'Huillier, Pierre Agostini y Ferenc Krausz fueron distinguidos por métodos experimentales que generan pulsos de luz de attosegundos para el estudio del universo microscópico; L’Huillier se convierte en la quinta mujer en la historia en ganar el galardón en la disciplina.
El francés Pierre Agostini, el austriaco-húngaro Ferenc Krausz y la franco-sueca Anne L’Huillier fueron anunciados este martes como ganadores del Premio Nobel de Física por la creación de herramientas para estudiar el desplazamiento ultrarrápido de los electrones dentro de átomos y moléculas.
Los físicos atómicos fueron distinguidos "por métodos experimentales que generan pulsos de luz de attosegundos para el estudio de las dinámicas del electrón en la materia", explicó el jurado.
Los científicos lograron crear estos pulsos de luz ultrabreves. "Un attosegundo es tan corto que hay tantos en un segundo como segundos ha habido desde el nacimiento del universo", ejemplificó la Real Academia Sueca de Ciencias.
El jurado elogió a los ganadores por "crear pulsos extremadamente cortos de luz que pueden ser usados para medir los procesos rápidos en los que los electrones se desplazan o cambian de energía".
"Las contribuciones de los laureados han permitido la investigación de procesos que son tan rápidos que previamente eran imposibles de seguir" y la identificación de "distintas moléculas, por ejemplo, en diagnósticos médicos", agregó.
Estos hallazgos "abren la puerta al mundo de los electrones", esas partículas elementales muy ligeras con carga eléctrica negativa que gravitan alrededor del núcleo atómico.
L’Huillier, la quinta Nobel de Física
Profesora en la Universidad Lund de Suecia, Anne L’Huillier, de 65 años, se ha convertido en la quinta mujer en ganar en esta categoría desde la creación de los premios en 1901.
Por su parte sus colegas, premiados ex aequo, son poseedores de brillantes trayectorias; Ferenc Krausz, como director del Instituto Max Planck en Alemania y Pierre Agostini, como profesor de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos.
La doctora L’Huillier explicó que recibió la llamada del jurado en medio de una clase y que después "fue difícil" terminarla.
"Estoy muy emocionada (...) No hay muchas mujeres que consigan este premio, con lo que es muy, muy especial", dijo.
"No estaba seguro si estaba soñando o era realidad", reaccionó Krausz al conocer la noticia.
L’Huillier se une a Marie Curie (1903), Maria Goeppert Mayer (1963), Donna Strickland (2018) y Andrea Ghez (2020) en el selecto grupo de mujeres ganadoras del Nobel de Física.
La investigadora explicó que sus estudios, además de analizar los electrones, tenían aplicaciones concretas en la industria de los semiconductores y las técnicas de imagen.
Respecto al estudio de estas partículas, dijo que "en este tipo de procesos, los electrones se parecen más a olas, a olas de agua, y lo que intentamos medir con nuestra técnica es la posición de la cresta de la ola".
En una rueda de prensa más tarde, la física animó a las jóvenes mujeres a lanzarse en la carrera científica. "¡Adelante!", exclamó. Casada y con dos hijos, insistió en que es posible combinar la investigación con una "vida normal, con familia e hijos".
Un avance gigante en óptica cuántica, dicen físicos mexicanos
El doctor José Franco, físico mexicano, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, explica que lo que se reconoce con este Premio Nobel no es propiamente un descubrimiento sino un desarrollo que inició la doctora L’Huillier en 1987.
“Lo que ella hizo con su equipo de trabajo fue excitar un gas con un láser y lograron que el material generara pulsos ultrarrápidos de fotones de luz con energías mucho mayores a las del láser que habían aplicado. Esto incentivó a que los otros investigadores desarrollaran métodos novedosos para generar pulsos ultrarrápidos con otros láseres.
Para explicar en términos analógicos el experimento premiado con el Nobel, Franco ejemplifica con la cinta de celuloide que se usa en cinematografía. “Cuando vas al cine tienes una serie de cuadros fotográficos pasando a cierta velocidad, si disminuyes el número de cuadros y los ves a una velocidad menor no apreciarías la historia”.
Esta técnica de pulsos ultrarrápidos nos permitirá ver en tiempo real la actividad de los electrones al interior de átomos y moléculas; y esto tendrá aplicaciones para la medicina y las telecomunicaciones”, entre otras, señala Franco.
Por su parte, el doctor Alejandro Frank, miembro de El Colegio Nacional, en conversación telefónica desde Houston, a donde asiste a un congreso científico, celebra que el Nobel se haya otorgado no a un trabajo teórico sino a un desarrollo técnico experimental.
Así es la física –dice– una cosa es lo que podemos pensar y otra lo que podemos observar, y esta técnica representa un avance gigante en el campo de la óptica cuántica, en la manera de observar a la naturaleza y de estudiar el mundo microscópico con una precisión inusitada”, afirma.
Explica que un attosegundo es una micropartícula de segundo (de 10 a menos 18), “es la millonésima, de la millonésima, de la millonésima de un segundo; hay más attosegundos en un segundo que todos los segundos que ha habido en la historia del universo”.
Y concluye: “Nuestra escala de tiempo es lentísima, por lo que haber desarrollado esta técnica capaz de lanzar pulsos con esta micropartícula de tiempo que es el attosegundo es muy audaz e innovador, ya que los electrones se mueven a velocidad astronómica”.