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En Emiratos Árabes se pone énfasis en la literatura infantil
¿Los adultos realmente estamos capacitados para hablarle a las personas que construirán el futuro? Es el planteamiento de escritoras y editoras en el encuentro editorial más importante de la región que todos los días está inundada por pequeños estudiantes
Son las ocho de la mañana, el sol apenas se asoma entre las espaldas de los altos edificios que flanquean la costa del emirato de Sharjah. Los estacionamientos del Expo Centre Sharjah se tiñen de amarillo. Son las decenas de autobuses escolares que hacen largas filas en la espera para el descenso de los pequeños escuelantes que visitan la Feria Internacional del Libro de Sharjah (SIBF), que este año celebra su edición 40 como uno de los proyectos fundamentales para que este emirato haya sido considerado por la Unesco como Capital cultural del mundo árabe desde 1998.
La feria apuesta en serio por el fomento de la lectura en las niñas, niños y jóvenes. Todos los días la oferta infantil es de las más amplias del programa. Más de 350 actividades, entre 40 y 50% de las programadas en total, corresponden a talleres prácticos sobre arte, ciencia y tecnología, así como conversatorios enfocados en la creación literaria o en torno a la industria editorial que permiten a niños y jóvenes familiarizarse con las sutilezas del sector. Diariamente, expertos de nueve países, imparten 40 talleres.
Los niños son la gran apuesta de un proyecto de nación que busca posicionarse como líder científico, tecnológico, cultural y turístico. Tanta es la importancia que el país árabe pone en la educación de su población más pequeña que desde temprana edad sabe comunicarse en árabe e inglés.
Asisten a talleres especializados
En el taller “Historia de la tipografía”, jóvenes a partir de los cinco años aprenden las raíces de la forma de las letras y exploran sus técnicas de elaboración. En el taller “Hacks de fotografía” hacen inmersión al mundo de la imagen a través de las distintas técnicas fotográficas con el uso de materiales poco tradicionales de impresión y revelado.
En la actividad “Yo leo, yo diseño (nueva ingeniería)”, pequeños de entre siete y diez años mezclan la literatura y los conocimientos exactos: escuchan la narración de una historia el planteamiento de un problema de camino al clímax de la misma y proponen soluciones a esta problemática con base en sus conocimientos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Imaginar el futuro tecnológico, aprender referencias esenciales sobre aerodinámica y pilotaje de drones y capacitarse en el uso de las redes sociales para la educación, la investigación y las relaciones profesionales son algunas de las actividades adicionales para los pequeños visitantes de la feria.
Muhammad, un joven de unos nueve años, hurga con detalle en la oferta editorial de un stand de libros sobre ciencia y tecnología. “Es el tipo de libros en los que estoy interesado junto con los de biología. No me gustan los libros por el puro entretenimiento sino los libros informativos, y es que cuando vaya a la universidad quiero estudiar medicina o biología”, comparte.
Normalizar la diversidad
Este jueves, en el marco de la SIBF, se llevó a cabo la mesa de conversación “Necesidades de la literatura infantil”, con la participación de Swaady Martin-Leke, reconocida líder empresariales africana y fundadora de la casa editorial LovingKindness Boma, enfocada en el público infantil, y la doctora Fatima Al Buraiki, escritora emiratí y fundadora del sello para niños Sama Publishing. Ambas fueron moderadas por la escritora y traductora Lamya Tawfik.
“La pregunta central aquí es a partir de qué punto estamos seguros de que somos las personas correctas para escribir literatura infantil. Todo el tiempo me pregunto si los adultos tenemos las habilidades para escribir libros para los niños que van a construir el futuro", declaró la doctora Al Buraiki.
Swaady Martin-Leke respondió: “siempre es una responsabilidad escribir para ellos, sobre todo ahora que la sociedad está tan polarizada y es tan opresiva, sobre todo con las emociones de la infancia. Los adultos escribimos libros para niños, pero al mismo tiempo somos los adultos quienes construimos esta sociedad. La polarización y las adversidades que experimentamos también son producto de lo que hacemos los adultos. Por eso siempre me pregunto si realmente nuestra capacidad como adultos es la correcta para hablarle a los niños que construirán el futuro. Es lo mismo que preguntarse si somos nosotros los adultos que el futuro necesita”.
“Los niños tienen que estar expuestos a la diversidad, no viven en aislamiento, son parte de esta factoría social. Solo así podrán empatizar con los otros e interactuarán mejor una vez que comprendan otras culturas”, añadió Martin-Leke.
La autora emiratí añadió que aquellas sociedades adultas en las que hay oposición a la pluralidad cultural son producto de una deficiente asimilación desde la infancia.
Por su parte, la moderadora Lamya Tawfik comentó: “otra razón trascendental para alentar a los niños a leer libros de distintas partes del mundo es que cuando esos niños crezcan, tendrán acceso a entretenimiento de todas las procedencias. Y es imprescindible hacerlos capaces de decidir sobre todos esos estímulos. Hay que crear criterios de consumo en ellos y no solo hacerlos consumidores pasivos de contenido”.
ricardo.quiroga@eleconomista.mx
rrg