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Estamos a punto del colapso vial
En el foro Colapso Vial, los expertos aseguraron que de entrada ?el trastorno vial de la megalópolis afecta la calidad de vida ?y productividad de más de 20 millones de personas.
Según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, México pertenece al club de los 15 países con mayores ventas de automóviles que en conjunto agrupan 86% de la comercialización mundial. Hoy tenemos 5.5 millones de automóviles y la tendencia explica que en el 2020 habrán 7.5 millones y para el 2030, 9.5 millones; además, entran en circulación 250,000 automóviles adicionales cada año.
¿Esto nos beneficia? o perjudica?
Durante el foro Colapso Vial: el Futuro de la Movilidad en la Zona Metropolitana del Valle de México, los expertos aseguraron que de entrada, el trastorno vial de la megalópolis afecta la calidad de vida y productividad de más de 20 millones de personas.
Los especialistas explicaron que la zona metropolitana está siendo afectada por un problema que tiene origen en el crecimiento de la población, la acelerada motorización y el uso indiscriminado de automóviles particulares, combinado con un transporte público inseguro, ineficiente y peligroso.
Según datos del gobierno del DF, más de 95% de los vehículos automotores que operan en el Valle de México capta menos de 20% del total de la demanda de transporte.
En términos de funcionalidad urbana, un automóvil con sólo una persona ocupa 50 veces más espacio que si esa persona viajara en el transporte público y es altamente contaminante, pues 84% de la contaminación atmosférica del Valle de México es producida por los autos.
Además, la velocidad promedio en la Ciudad de México ha sufrido una caída a lo largo de los años: en 1990 los autos se desplazaban a una velocidad de 40 km/hr, para el 2007 el promedio fue de 17 km/hr y actualmente es de apenas 12 km/hr.
Agregaron que el tráfico está ocasionando no sólo costos económicos y de competitividad, sino también costos de convivencia familiar, estrés y un impacto en la calidad del aire que respiramos, que generan un deterioro en la calidad de vida de los habitantes de esta megalópolis.
Gasto público, mal dirigido
Aseguraron que el enfoque del gasto público para resolver los problemas de movilidad ha impulsado un uso intensivo del automóvil en México.
En los últimos tres años, el presupuesto de movilidad en las principales áreas metropolitanas del país destinó más de 65% en infraestructura vial y menos de 35% se ha destinado al transporte público e infraestructura ciclista y peatonal.
Carlos Romero Sánchez, especialista en urbanismo y movilidad, explicó: Hay que cambiar el paradigma de la planeación urbana actual para que tenga como eje central la movilidad sustentable, específicamente el transporte masivo sustentable. Las ciudades que han apostado por aumentar la infraestructura para palear el tráfico han conseguido justo el efecto contrario. La gestión del espacio público se debe hacer del barrio a las ciudades .
Acciones propuestas
Roberto Remes, director de Ciudad Humana México, confirmó la urgencia de tres acciones para evitar el caos vial:
- Ampliar el Metro en las zonas generadoras de empleo.
- Renovar el transporte público con una estrategia de mejoras en la operación y carriles exclusivos.
- Crear nuevos estándares para la renovación de banquetas y estrategia peatonal en torno al transporte público existente.
Explicaron que la Secretaría de Medio Ambiente del DF y de Movilidad han apostado por la opción de crear un sistema de transporte público conectado, donde el Metro, trolebuses, Metrobús, taxis y otros vehículos puedan trabajar en forma articulada. Pero los avances en ese sentido han sido muy lentos y los pequeños progresos muestran rápidamente señales de deterioro, particularmente en las líneas del Metro y el sistema de Metrobús.
Es evidente que las políticas públicas deben ser canalizadas a más inversión en transporte público rápido, eficiente, cómodo y accesible, reduciendo al máximo las inversiones en infraestructura vial nueva si no está relacionada con proyectos de transporte masivo o movilidad no motorizada y así racionalizar el uso del automóvil privado , concluyeron.