Evitar sesgos raciales y de género, gran tarea de la inteligencia artificial

Estamos aprendiendo a comportarnos para no sentirnos intimidadas”.

Mtra. Patricia Chávez Cervantes, directora del Departamento de TI y Computación del Tec de Monterrey

“Desde hace muchos años no había habido un cambio tan importante en el incremento de nuestra productividad. Hoy gracias a la inteligencia artificial (IA) vamos a poder hacer las cosas más rápidas; no vamos a tardar en hacer un memorándum o un correo, eso lo hará la IA por nosotros. Incluso se estima que se va a generar una economía basada en la IA y aquellos países que aprovechen esta bondad van a poder ser más competitivos”, asegura la maestra en ciencias computacionales, Patricia Chávez Cervantes, directora regional del Departamento de TI y Computación del Tecnológico de Monterrey en Ciudad de México.

Durante la charla “Mujeres en STEM: Educación y futuro en las tecnologías de la información”, destacó que también se habla de un nuevo comienzo, donde a través de esta tecnología vamos a poder competir al mismo nivel, no importando que otros países tengan más avances, esto solo dependerá de contar con los datos del país para la resolución de problemas específicos. Entonces tener ingenieros e ingenieras que nos ayuden a que estemos capacitados en esta área será de suma importancia porque representará una derrama económica enorme.

Estos algoritmos o IA van a estar tomando decisiones sumamente importantes en los próximos años, por ejemplo, otorgar un crédito, la entrada o no a una universidad, si un ensayo o tesis está bien hecho, incluso jueces estarán tomando decisiones con algoritmos para ver el tiempo de encarcelamiento de una persona, por ello es fundamental estar preparados.

Por ejemplo, en el MIT, una estudiante afroamericana se dio cuenta de que las cámaras no reconocían su rostro, un robot social tampoco lo hacía y en general los sistemas digitales no la reconocían, cuando empezó a analizar el algoritmo subyacente, entendió que había un sesgo por raza y género.

“Si no estamos al pendiente de esto, los algoritmos estarán discriminando por raza y por supuesto, por género. Esto ya está sucediendo, por ello lo que se tiene que cuidar en los próximos años es generar códigos y prácticas incluyentes para eliminar esa discriminación y para ello la participación de la mujer es sumamente importante, no solamente en el desarrollo de esos códigos, sino en la prueba. Es importante eliminar la inequidad construyendo plataformas que nos permitan identificar esos sesgos”.

Diversidad y género

Chávez Cervantes explica que en el futuro cercano vamos a necesitar auditar y revisar las bases de datos de donde se alimentará la IA, para que sean incluyentes y diversas, que haya imágenes y datos de hombres y mujeres.

La UNESCO en 2021 dio recomendaciones específicas a los estados miembros para promover la diversidad de género en la investigación de la IA, tanto en la universidad como en la industria y enfatiza que en esta primera fase es importante ofrecer incentivos a niñas y mujeres para que se incorporen a este campo, estableciendo mecanismos para luchar contra los estereotipo de género y no generar miedo a la IA, además de compartir las buenas prácticas entre las instituciones de educación.

La ciberseguridad es la base que nos va a dar confianza en el uso de la tecnología, si la usamos y encontramos hackeos y que nuestra información está por todos lados, la gente dudará. La gestión de riesgos se calcula aumentará en 172 mil millones de dólares a nivel mundial, aquí hay una oportunidad muy importante porque las mujeres cubrimos muy bien diversos perfiles. El ciclo de la ciberseguridad va desde la mitigación, detección, prevención y análisis forense.

Hoy las mujeres en Latinoamérica que se desempeñan en empresas con temas de ciberseguridad son menos del 20% y en realidad nuestra capacidad analítica e intuitiva ayuda a muchos de estos ciclos para tener buenas políticas de ciberseguridad, buena implementación, utilización de sistemas y prevención de ataques cibernéticos. “Sin lugar a dudas, la inclusión de las mujeres en esta área será muy importante y tenemos oportunidad de crecimiento, relanzando nuestras carreras tomando algunos cursos, para además facilitar el equilibrio entre la vida laboral y la personal, pues muchos de estos trabajos se hacen desde casa o son muy flexibles y permiten cumplir con otras actividades de nuestro interés”.

Careras TI para mujeres

A lo largo de 30 años ha habido una evolución importante de carreras de sistemas y electrónico computacionales, actualmente se convirtieron en carreras relacionadas con tecnologías de la información (TI) y desarrollo de software, transformación digital de negocios, robótica, sistemas digitales, hardware, ingeniería en ciencia de datos y analítica, donde en general la población femenina aún está entre 20 y 30 por ciento, por ello es importante seguir promoviendo la participación de la mujer.

La maestra asegura que educar a las mujeres y equiparlas con habilidades en tecnologías de la información ofrece un claro retorno de inversión para la sociedad, con familias más fuertes, comunidades más fuertes y, por lo tanto, economías más fuertes.

Concluye que cuando tenemos un ambiente donde la mayor parte son hombres, de pronto eso intimida un poco a las mujeres, por eso la especialista recomienda seguir teniendo acercamiento con las mujeres, seguir cambiando la imagen que tienen las mujeres sobre estas carreras, desmitificando y cambiar los estereotipos que tenemos de quienes se dedican a esto, “poner imágenes reales que representen a las mujeres en estos trabajos, eso incentiva”.

Finalmente, Patricia Chávez Cervantes agrega que la violencia de género se da cuando no hay representatividad y cuando no estamos cómodas, “hoy hay asociaciones de mujeres en tecnologías de la información donde se habla de los micromachismos en estos ambientes donde las mujeres inicialmente no éramos bien vistas y se hacían bromas inadecuadas, esto está cambiando y estamos aprendiendo a comportarnos para no sentirnos intimidadas y revertir la violencia de género en estos ambientes”.

nelly.toche@eleconomista.mx