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Francia condecoró a la bióloga Dalila Aldana, luchadora por el planeta

La investigadora, académica y activista llama a un urgente cambio de hábitos para frenar el avance del cambio climático. El sector científico, señala en entrevista, “no ha sido atendido con responsabilidad a pesar de la gran contribución social”.

El gobierno se ha desatendido de la responsabilidad que tiene, se le olvida que no está ayudando a individuos sino a un conjunto jóvenes que se forman con ellos”.

Dalila Aldana Aranda, investigadora y académica

El pasado 17 de julio, en una ceremonia realizada en la Embajada de Francia en México, la bióloga mexicana Dalila Aldana Aranda recibió de manos del embajador francés, Jean-Pierre Asvazadourian, las insignias de la caballería de la Orden de la Legión de Honor a modo de reconocimiento por su destacada trayectoria científica y académica a favor de la preservación de los océanos, de la biodiversidad marina y como una agente trascendental de la cooperación franco-mexicana. Se trata de la máxima distinción que el gobierno francés otorga a sus ciudadanos y a personas extranjeras por sus aportaciones en áreas diversas.

A unos días de pasada la ceremonia, la doctora Aldana Aranda comparte con El Economista: “es un camino el que se reconoce, un mosaico de trabajo, de contribuciones, y ese camino es como un tejido (...) me llena de orgullo haberlo recibido, pues estoy muy consciente de que a veces, aunque tengas ese tejido perfecto, la vida no te pone en el sitio que necesitas estar para ser reconocida, eso ya lo tengo muy claro”.

Ella además utiliza el dicho: nadie es profeta en su tierra. “Pocas veces eres reconocida en tu tierra, en tu sitio, en tu institución (...) cuando uno es observado de manera neutra y objetiva, se reconoce el trabajo y eso está bien”.

Aprovechar los tiempos para hablar por el planeta

“Recibo este premio con mucha alegría, con mucha claridad de lo que representa, pero también con compromiso”, dice y agrega que este tipo de reconocimientos te ponen “por algunos momentos en los reflectores” y eso se debe aprovechar para bien.

Por ello, con esa visibilidad asegura que es tiempo de “hablar por el planeta”. Primero por los océanos: “estamos en la década de los océanos, ya vamos casi a la mitad y me gustaría colocar acciones en el marco de la cooperación franco-mexicana, que tengamos nuestro propio programa y calendario, aunque sea de tres cosas, pero visibles de aquí al 2030. Que en todas las páginas de la ONU esté presente nuestro calendario”.

Asegura que su meta está además en impulsar una agenda de ciencia ciudadana. “Leyes ambientales o legislaciones hay varias, pero eso hasta ahora no se ha traducido en acciones cotidianas”. Dice que los ciudadanos pocas veces visualizamos que el cambio climático está ligado a nuestro consumo cotidiano, como apagar una hora las luces de casa para bajar el CO2 y la temperatura, el uso excesivo de agua o la compra de ropa por moda y no por necesidad.

“Los modelos de consumo tienen que cambiar, por ejemplo, México es uno de los países de mayor consumo de agua embotellada, el precio de la botella es 200 veces más el costo del agua que contiene; las frutas y verduras que consumimos tienen circuitos de distribución muy largos. En el supermercado, por ejemplo, se encuentra el salmón que viaja desde Chile 7,000 kilómetros y genera una huella impresionante de CO2. La idea sería favorecer una economía local y solidaria y eso no es difícil, pero se requiere un trabajo estrecho entre científicos, legisladores, empresarios y ciudadanía”.

Además, piensa impulsar una exposición para abordar temas urgentes como  la contaminación por microplásticos y situarla en el contexto del Mar Caribe, que involucre a 37 países, culturas muy diversas y su rica biodiversidad. Por otro lado, buscará tener acciones científicas en donde estén involucradas varias instituciones mexicanas sobre temas muy apremiantes como la contaminación, la erosión y el manejo de los recursos pesqueros.

El gobierno le ha fallado a la ciencia

Por último, la doctora Aldana Aranda alza la voz sobre la crisis en la política científica.

“Los científicos mexicanos somos sumamente creativos, porque los presupuestos para nuestras investigaciones son muy limitados, no corresponden a la capacidad ya instaurada, es un sector que no ha sido atendido con responsabilidad a pesar de la gran contribución social”, señala la investigadora.

Para ella, los gobiernos, todos en su momento, asimilan a la comunidad científica de manera aislada, sin embargo “por cada uno de nosotros, estamos formando groso modo cinco personas por individuo, son nuestros estudiantes y contribuimos a que los cursos sean mejores, que exista mejor contenido. Recorremos primarias, secundarias, preparatorias, para impulsar talleres, pláticas y visitas. Nuestra contribución social es alta porque el científico no va solo por el mundo sino que atiende a un conjunto de personas, la mayoría es gente joven. Entonces, ¿a quién impacta la reducción de presupuestos?, a la juventud, no sólo al científico senior”.

Finalmente, asegura que todo puede ser mejorado cuando hay una responsabilidad del Estado, de la obligación que tienen de contribuir a que los científicos hagan su trabajo. “El gobierno se ha desatendido de la responsabilidad que tiene, se le olvida que no está ayudando a individuos sino a un conjunto jóvenes que se forman con ellos”.

Mentes mexicanas condecoradas

  • Luis Miguel Gutiérrez Robledo – Geriatra – 2022
  • Leonardo Curzio – Periodista - 2021
  • Anabel Hernández – Periodista – 2017
  • Soledad Loaeza Tovar – Politóloga – 2016
  • Mario Molina – Químico - 2014
  • Carmen Aristegui – Periodista - 2013
  • Octavio Paredes López – Bioquímico – 2013
  • Salma Hayek – Actriz y productora – 2012
  • Juan Soriano – Pintor – 2004
  • Elena Poniatowska – Escritora - 2003
  • Carlos Fuentes – Escritor – 2003
  • Jesús Kumate Rodríguez – Médico – 1988
  • Alfonso Reyes – Escritor – 1978

Más sobre la premiada

Dalila Aldana Aranda es investigadora del Departamento de Recursos del Mar del Cinvestav Mérida desde hace 35 años, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias y del Sistema Nacional de Investigadores, ha publicado más de 70 artículos científicos y fue reconocida en 2009 con el Premio Nacional al Mérito Ecológico, entre otras distinciones. Desde 1988 ha trabajado por la conservación de la biodiversidad del Mar Caribe. Su trabajo se ha enfocado en los efectos del cambio climático y la acidificación en los organismos marinos, haciendo proyecciones de muerte y disminución de desarrollo con impacto en la biomasa, es decir, la cantidad de alimentos de los que vamos a disponer por parte de esta zona del país.

nelly.toche@eleconomista.mx

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