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Arte e Ideas

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Gabo vivirá para siempre entre la humanidad

Miles de personas se dieron cita en Bellas Artes para despedirlo.

Entre una lluvia de mariposas de papel y rosas amarillas, libros y vallenato, la gente, políticos y seres queridos despidieron al escritor Gabriel García Márquez ayer por la tarde en el Palacio de Bellas Artes.

La urna con las cenizas del querido Gabo fue colocada al centro rodeada de rosas amarillas, la flor favorita del escritor, quien sin duda hubiera agradecido a toda la gente que desde el medio día se formaron para despedirlo.

El sol inclemente bañó al público en su espera, algunos con rosas o mariposas en las manos, cartulinas con la leyenda Gabo vive o bajo el brazo Cien años de soledad para probar que ellos sí leían al autor.

Adentro y afuera del Palacio de Bellas Artes el Estado Mayor presidencial se hizo cargo de la seguridad para la despedida al escritor.

En el interior formaban guardias de honor su viuda Mercedes Barcha, La Gaba, como le dicen de cariño; los hijos de Gabo, Gabriel y Rodrigo; la escritora Ángeles Mastretta; políticos como Porfirio Muñoz Ledo, el periodista Jacobo Zabludowsky, Rafael Tovar y de Teresa, titular del Conaculta; el escritor Jorge F. Hernández e infinidad de amigos, quienes acariciaban con la mirada la pequeña caja que guarda las cenizas del escritor colombiano.

El vallenato y el sonido de los violines rompieron con la solemnidad en el Palacio. Un trío de músicos, el grupo Guatapurí, que hizo fila como cualquier mortal afuera de Bellas Artes para entrar, se plantó frente a las cenizas de Gabo y arrancaron la única alegría a la tristeza que se respiraba en el famoso recinto de mármol, el máximo recinto cultural de México.

La gente pasaba en bloques y a prisa, nadie podía detenerse, aunque varios intentaron tomarse una selfie con el fondo de una gran foto de Gabo, otros desplegaban la bandera de Colombia ante la marabunta de camarógrafos y fotógrafos que se instalaron en un templete, como si de una alfombra roja de celebridades se tratara.

Entre los invitados, Jorge Oseguera, cardiólogo de García Márquez, aseguró: ¿De qué murió Gabo...? De lo que nos morimos todos... de vejez , y desconoció cualquier información acerca de que el escritor sufría de cáncer.

La cantante Tania Libertad, amiga del escritor, adelantaba una lluvia de mariposas de papel amarillas traídas desde Colombia afuera de Bellas Artes. Son cientos, y sé que van a lanzarlas afuera cuando se vayan los presidentes. Lo extraño mucho, sus cumpleaños eran noches de fiesta con Gabo y La Gaba, su esposa; su canción favorita era ‘Nube viajera’ , comentó la cantante peruana-mexicana.

Todo eso sucedía en el interior, mientras que afuera la gente no dejaba de llegar y de observar el homenaje póstumo que se transmitía en pantallas.

Poco después de las ocho arribaron al Palacio de Bellas Artes el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el de Colombia, Juan Manuel Santos, lo que detuvo el flujo de la gente, que molesta comenzó a gritar en protesta contra Peña Nieto y exigía entrar al recinto gritando: Gabo, Gabo .

De pronto, una lluvia los sorprendió, era Gabo, su Gabo, un pedacito del escritor envuelto en miles de mariposas de papel que surcaron el cielo dejando una estela amarilla. Sí, el color del realismo mágico.

EL MÁS GRANDE COLOMBIANO DE TODOS LOS TIEMPOS

Como se anunció, arribaron al homenaje a Gabriel García Márquez el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el de Colombia, Juan Manuel Santos, ambos acompañados de sus esposas.

El primero en hablar fue Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta, quien mencionó que a Gabo no le gustaban los discursos y que era un hombre muy feliz.

Celebramos al escritor que tuvo siempre presente su infancia y su curiosidad voraz en el aula y en la calle. Gabo nos dejó un Jueves Santo, entre una luna roja, una granizada épica y un temblor de miedo, digno marco cósmico para el inventor y cronista de la realidad mágica de Latinoamérica .

Por su parte, ambos presidentes coincidieron en que García Márquez seguirá vivo.

Gabriel García Márquez, el más grande colombiano de todos los tiempos, sigue vivo en sus libros y textos y vivirá para siempre en las esperanzas de la humanidad , señaló Juan Manuel Santos, visiblemente triste por la muerte del más colombiano de los colombianos y amigo de todos.

Terminó su discurso diciendo: gloria eterna a quien más gloria nos ha dado .

Mientras que Enrique Peña Nieto explicó que Gabo desentrañó la esencia e identidad de América Latina y la proyectó al mundo. Sus palabras y sus libros sobrevivirán la efímera vida humana.

Los discursos fueron cortos, pero emotivos. Peña Nieto dijo que el fallecimiento de Gabo es una gran pérdida no sólo para la literatura, sino para toda la humanidad. Varias generaciones han encontrado respuestas a las preguntas de la vida a través de sus historias y relatos. Asumió que ficción y realidad son inseparables en la vida .

Finalmente, Peña Nieto concluyo al decir que ha partido un grande, un hombre verdaderamente grande, pero se queda con nosotros su obra. Descanse en paz don Gabriel García Márquez .

vgutiérrez@eleconomista.com.mx

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