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Arte e Ideas

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Jorge Ballina, ilusionista multidimensional

Hizo la escenografía de la ópera Fidelio, con la que se reabrió la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Está por estrenar Cock, obra en la que colaboró.

Es un ilusionista. Jorge Ballina se ha convertido en los últimos años en todo un referente de la escenografía teatral en nuestro país. Las propuestas escénicas más innovadoras, los montajes monumentales y más singulares que hemos visto en la ciudad de México: desde óperas como la máxima apuesta del pasado Festival de México, Rusalka, o Muerte en Venecia, dirigida por el mismo, hasta obras de teatro comerciales como Juegos siniestros o Todo sobre mi madre, pero también proyectos escolares como el montaje de La ilusión, surgieron en la imaginación de este arquitecto. El año apenas comienza y en la perspectiva del arquitecto se aproximan el estreno de las obras de teatro Cock, en el teatro Insurgentes, producida y actuada por Diego Luna, y el próximo gran musical y estreno de Ocesa Teatro: Si nos dejan, original de José Manuel López Velarde, cuya escenografía será un homenaje al cine de oro mexicano.

No es casualidad que actualmente todo mundo lo busca. Sin embargo, la calidad de su trabajo no es resultado de una escuela sino de tenacidad, curiosidad y mucha talacha. Ballina se formó solo (en sus inicios bajo la tutela de Alejandro Luna). Para él, ésa es su gran ventaja.

¿Por qué estás en todos lados? Le preguntamos al arquitecto en el interior de su hogar.

Pues porque me llaman. Algo he de estar haciendo bien.

Pensando más a fondo en la respuesta, prosigue: No soy solo yo, hay más escenógrafos como Philippe Amand, Gabriel Pascal o Mónica Raya. Pero hace falta escuela en México. No hay realmente un buen lugar para estudiar escenografía aquí: está la del INBA ( Escuela de Escenografía de la Escuela Nacional de Arte Teatral), pero sí tiene muchas deficiencias. Están acostumbrados a diseñar de una manera que ya no se usa. Por eso hay pocos egresados de esa escuela que hacen cosas fuera. Hay algunos bastante buenos, pero son pocos.

Los mejores escenógrafos, vestuaristas e iluminadores de México, son personas que se han formado de muy diversas maneras: o han estudiado en el extranjero o son arquitectos o artistas plásticos, o algo que se relacione, y todos hemos aprendido en el camino.

Esto tiene sus cosas malas y sus cosas buenas. Las malas son que nadie te enseñó y tienes que descubrir por ti mismo. Pero por el lado bueno nos ha hecho tener una diversidad muy importante que en otros países no existe porque tiene el mismo estilo. No obstante, nos hemos ganado muchos premios internacionales porque sin proponérnoslo hacemos cosas muy diferentes a lo que hacen en otros países y esto es porque nadie nos explicó cómo , comentó Jorge Ballina.

La gente no va a reconocer el Insurgentes

En el interior del departamento de Jorge Ballina hay mucho verde. Las paredes del edificio en el que vive y los filos de las paredes en las que habita, incluso su ropa tiene esa tonalidad; monitos de peluche de la rana René se cuelan entre las maquetas y DVDs de teleseries que lo esperan pacientemente en su estudio de trabajo.

Aquí hay mucho material. Sobrantes de cartulinas. Tubitos de pegamento UHU a medio uso. Sobre una repisa de madera una red hecha a base de listones verdes y azules con los que modeló la escenografía de Rusalka, En el centro, una maqueta del interior del teatro Insurgentes: escenario y butacas y entre éstos una larga plataforma: es la maqueta del montaje Cock.

¿Cómo es la escenografía de este montaje?

Es una plataforma abstracta que une al escenario con las butacas y modifica la disposición de aquellas ubicadas en las primeras filas. La intención es acercar a los actores al público y así hacer algo muy diferente a lo que se suele hacer en el teatro Insurgentes.

El libreto de Mike Bartlett pide que sea algo muy abstracto, sin muebles ni objetos realistas. Nosotros sí usamos algunos objetos. Pero el público va a entender donde están los personajes por lo que se haga con los espacios, será un juego abstracto porque básicamente lo que importa es el conflicto entre los personajes.

Lo que quisieron los productores Diego Luna y Claudio Carrera, y el director Antonio Serrano, era transformar el teatro: que la gente cuando entrara no reconociera el Insurgentes.

Entonces propuse una plataforma que se sale del escenario hacia donde está el público. Parte del público está girado en otras plataformas especiales y ven hacia una pasarela de 18 metros de largo que está al centro. Algunas partes de esta plataforma giran para hacer diferentes conformaciones espaciales de la escena. El escenario termina donde por lo general es la mitad de las tablas. El público tendrá a los actores mucho más cerca de lo que nunca los ha tenido. Otra razón de hacer esto es que ellos se pusieron la consigna de no usar micrófonos ni amplificar la voz , dice el escenógrafo mundialmente conocido, premiado en diversas bienales y festivales, como la Cuadrienal de Praga, a la que este año acudirá para exponer su obra, y cuyo trabajo está a la altura de un referente de la escenografía en el mundo: Robert Lapage.

Bellas Artes lo reabrieron antes de tiempo

Ballina hizo la escenografía de la ópera Fidelio (con Maurio García Lozano en la dirección artística), con la que se reabrió la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Y en enero del 2012 montará Muerte en Venecia, ópera basada en la novela homónima de Thomas Mann, y que ya montó con mucho éxito en el 2009 en el Teatro Julio Castillo.

De acuerdo con la polémica que surgió en torno de la remodelación del Teatro de las Artes, el escenógrafo es puntual:

La realidad es que lo reabrieron antes de tiempo, antes de que terminaran todo. Los problemas que se han dado (atrasos en los entreactos, dislocación del sistema de luces) han sido realmente por eso, porque no hubo un periodo de pruebas de los equipos ni una capacitación suficientemente profunda de los técnicos para usarlos.

Otro problema grave es la sobre programación del Palacio: hay tantos eventos que no te dan chance de hacer ninguno bien. Muchos de los problemas son por falta de tiempo, por no tener ensayos para afinar los detalles. No es que los equipos estén mal. Nosotros nunca hicimos un ensayo corrido de Rusalka hasta el ensayo general. La concha acústica de la orquesta tarda muchísimo en montarse y desmontarse cuando la vieja se desmontaba en 15 minutos.

aflores@eleconomista.com.mx

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