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La obesidad debe tratarse en la niñez, en la adolescencia podría ser tarde
“Muy pronto, uno de cada 2 jóvenes llegará a la edad adulta con esta enfermedad, esto es una tragedia epidemiológica en salud, advierte el especialista e investigador Rafael Violante, al compartir los datos del estudio revelado en el Congreso Europeo de Obesidad.
Durante el Congreso Europeo de Obesidad (ECO) 2023, en Dublín, Irlanda, se presentaron los resultados del Action Teens. Este estudio es el primero en investigar cuáles son las barreras en el tratamiento de la obesidad en los adolescentes. Se enfocó en el paciente, el cuidador y el médico que atiende, ¿cómo ven, sienten y transitan esta enfermedad?
En el proyecto dirigido por Novo Nordisk participaron 5,275 adolescentes de 12 a 17 años, 5,389 cuidadores y 2,323 profesionales del cuidado de la salud de 10 países, entre ellos México, país cuya prevalencia de sobrepeso u obesidad en adolescentes de 12 a 19 años es de 42.9% de acuerdo con el Ensanut 2021. Esto significa que, en muy poco tiempo, quizá meses, uno de cada 2 jóvenes pasará a ser adulto con sobrepeso, esto es “una tragedia epidemiológica en salud”, debido a que la obesidad genera diabetes, hipertensión, dislipidemias, infartos, embolias y cáncer, asegura el doctor Rafael Violante, maestro en ciencias médicas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas e investigador en obesidad y diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. “Si uno llega a su edad adulta plena, ya va enfermo y hay que recalcarlo una y otra vez, se trata de una enfermedad crónica que debe tratarse como tal”, dice el médico.
Destaca que el estudio plantea como un gran pendiente mejorar la atención temprana. “Un paciente que tiene obesidad y que empieza a preocuparse por sus problemas a raíz de esto, tarda seis años en llegar al médico para atenderse y, por otro lado, el médico no siempre quiere iniciar la conversación sobre el problema de obesidad con el paciente”.
Falta entrenamiento médico
Violante recordó que aunque se ha ido avanzando, seguimos con un problema de comunicación para que la obesidad sea percibida como una enfermedad crónica, “sin duda los esfuerzos de educación han ido en aumento, incluso el estudio revela que el 88% de los médicos ya considera la obesidad una enfermedad, mientras que 78% de los pacientes está consciente de ello; pero hasta hace muy poco esas cifras estaban en 50%, entonces sí hay un avance, pero el entrenamiento del médico que ve pacientes con obesidad sigue siendo muy bajo”.
Explica que en México la mayoría de los médicos tiene menos de 40 horas de entrenamiento sobre el tema, a pesar de que hay evidencia muy clara sobre la diferencia del médico entrenado, el no entrenado y el éxito de tratamiento. “Lo primero que hay que aceptar es que las escuelas de medicina cuentan con menos de dos horas para el entrenamiento, es decir, cuando un médico se gradúa, prácticamente sale sin instrucción”.
Señala que esta formación específica suele darse fuera de la escuela de medicina y para eso el médico debe tener la inquietud de inscribirse a cursos, posgrados, diplomados y una infinidad de programas de educación médica continua, asegura que es ahí cuando empieza a marcarse una diferencia sobre el médico no entrenado.
El especialista aseguró que la obesidad es una enfermedad compleja en su atención donde se involucran genética, malos hábitos alimenticios, con altas cantidades de calorías, carbohidratos, grasas y comida chatarra; también una afectación psicológica en la cual la ansiedad y depresión van empujando a un individuo a comer más y más; están involucradas fallas hormonales, el exceso de insulina, de cortisol, e incluye el dormir muy poco, que se identifica claramente en el paciente adolescente.
Ante este escenario, las habilidades del médico se deben centrar en “comunicación y mucha empatía”, porque está frente a un enfermo que trae mucha afección emocional. Específicamente el estudio Action Teen demostró que cuando un paciente va a ver a un médico, lleva al menos cuatro intentos formales por bajar de peso, “no va nuevo, en su espalda lleva inseguridades, temores, y el médico debe tener una gran empatía, habilidades de comunicación, comprensión y de conocimiento sobre nutrición, técnicas psicológicas y farmacología de la obesidad”.
Atención temprana para revertir
El doctor Violante señala que el problema de que esta enfermedad se presente en la adolescencia es que muchos aún no tienen la capacidad de entender que están metidos en un problema de salud que debe tratarse crónicamente, “esa es otra de las habilidades que debe tener el médico para hacerle ver a un adolescente que tiene un problema serio, que debe enfocarlo y tratarlo ahora, no cuando las complicaciones de la obesidad estén presentes”.
De acuerdo con el especialista hay estudios que demuestran que, si se empieza a tratar a un niño con obesidad antes de los diez años, la posibilidad de que lo revierta es de 50% o más, si los dejamos llegar a los 18 años con obesidad, prácticamente 4 de 5 seguirán siendo obesos en su edad adulta. Es decir “la adolescencia incluso parece ya una etapa tardía para atacar el problema”, por lo que el tratamiento y la prevención debería ser en la infancia.
“Cuando el niño es un bebé y se ve claramente con sobrepeso y obesidad, es responsabilidad de los pediatras llevar una curva de talla y de peso y actuar. Es cuando se puede hablar de prevención, en la adolescencia ya hablamos de tratamiento”.
Ausencia de políticas públicas
Explica que hasta ahora ha habido intentos y bosquejos sobre declaraciones de una lucha contra la obesidad en el país, pero la realidad es que “no han establecido las reglas desde donde debería”, en este caso la Secretaría de Salud o de la Secretaría de Educación Pública. Dijo que se trata de educación. “los niños en las guarderías, sus padres, deberían estar en clases de nutrición, a la par un estricto control de las cooperativas escolares (tienditas), esa sería una política pública sencilla de implementar y no se ha llevado a cabo”.
Agrega que los impuestos a refrescos o comida chatarra también ha abonado, pero no ha sido la solución; reitera que se trata de educación en masa sobre nutrición para lograr un resultado diferente, esto incluye al médico de primer contacto, para empoderarlo y que sea él quien inicie la conversación sobre el peso, con comunicación efectiva para que el paciente no se sienta atacado. “Yo siempre que veo a un paciente le digo: ‘¿me permites hablar de tu peso? Estoy preocupado porque has ganado kilos’. Se necesitan conversaciones claras y respetuosas”.
Finalmente, estos resultados llegan en un momento muy “doloroso y sensible para los médicos”, pues acaban de desaparecer “las guías de prácticamente todo en el país, en una decisión inentendible por parte de las autoridades”, por lo que resultados del Action Teens se vuelve una herramienta de consulta, ahí están todos los datos que cualquier médico debería saber, cómo piensa el médico y el paciente. Es un material que debe ser distribuido de manera masiva en escuelas de medicina, sociedades médicas, con nutriólogos, psicólogos, centros de salud, la información es muy valiosa”, concluye.
Dónde poner mayor atención
Hacer conciencia
Insistir en que la obesidad es una enfermedad crónica que debe tratarse como tal y saberlo comunicar.
Atención temprana
Un tratamiento a los 10 diez años puede revertir el problema en 50% de los casos o más.
Prevención para la adolescencia
No dejar que la enfermedad llegue a la adolescencia: 4 de cada 5 adolescentes que llegan a esa etapa con obesidad o sobrepeso serán obesos en la vida adulta.
Entrenamiento médico
En México, los egresados de una escuela de medicina tienen menos de 40 horas de formación para tratar la obesidad y el sobrepeso.
Política pública
Falta establecer reglas desde la SEP y la Secretaría de Salud para prevenir la obesidad y el sobrepeso en las guarderías y en las escuelas.
LA CIFRA
42.9% de niños y adolescentes de entre 12 y 19 años padece sobrepeso u obesidad en México