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Arte e Ideas

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Los iluminados ?de la Asamblea

Cuanto más corrupta es una sociedad, más numerosas son sus leyes: Edward Paul Abbey.

Todos sabemos que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) no es un instituto político, sino un negocio de familia y amigos que medra con el erario público gracias a leyes electorales a modo, y que entre sus propuestas ambientalistas ha destacado, por ejemplo, el intento fallido de imponer la pena de muerte en el país.

Así, pese a que los integrantes del PVEM no son ecologistas, a sus miembros les da por aparentar lo contrario y tienen iluminaciones legislativas, pues como decía Edward Paul Abbey, que, por cierto, sí era ecologista, cuanto más corrupta es una sociedad, más numerosas son sus leyes .

Tal es el caso de la reciente reforma, impulsada por el PVEM, que prohíbe los espectáculos circenses con animales en la ciudad de México, misma que fue respaldada y votada en favor por los distintos partidos en la Asamblea Legislativa del DF y que pone en riesgo el sustento de 10,000 familias del ramo, según cifra dada a conocer por la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circo.

En este punto, y con respecto a los 14 votantes prohibicionistas, Noel Clarasó i Serrat diría: Un hombre de Estado es el que se pasa la mitad de su vida haciendo leyes y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas .

¿Por qué?¿Qué diferencia hay, por ejemplo, entre los empresarios circenses y los empresarios taurinos? Que la tauromaquia está resguardada por los hombres más ricos y poderosos de México, mientras que la pobreza y miseria campea en los circos del país, lo que también lleva a pensar en aquello que dijo Pierre Joseph Proudhon acerca de la demagogia: Es la hipocresía del progreso .

Los legisladores, sean del partido que sean, tan animalistas ellos, se están comiendo a la gallina de los huevos de oro: ¿qué será de sus sueldazos y prestaciones cuando también prohíban los zoológicos, los rastros, la pesca, la experimentación médica con animales, las mascotas, las carreras de caballos, los acuarios, la avicultura, las prendas de piel, la charrería, los restaurantes de carnes, los de pescados y mariscos, las pollerías, es decir, toda actividad que denote cierta crueldad hacia las bestias, mansas o fieras, cuadrúpedas o aladas, anfibias o domesticables, etcétera, sea en lo público o en lo privado?

¿Quién, mermado su medio de sobrevivencia, tendrá dinero para pagar los lujos de la descastada clase política?

Si uno busca la palabra ley en el Diccionario de la Lengua Española, en su acepción tres, refiere: Precepto dictado por autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en consonancia para la justicia y el bien de los gobernados .

¿En verdad el PVEM y asambleístas que los secundan son autoridad competente ? ¿Tendrán la más remota idea de lo que prohíben o legislan de oídas? ¿A quién o a quiénes le hacen justicia: a los animales, a sus gobernados o a sí mismos?

Se debe regular, sí, el trato o maltrato a los animales. Y dicha regulación la tendrían que llevar a cabo profesionales en la materia que, lejos de prohibir, asesorarán a la gente que vive de las fieras del circo para que el público, en su mayoría de escasos recursos, se favorezca con un espectáculo más digno.

Además, ya es hora de que los legisladores dejen de insultar a la familia circense con estupideces como la de que sus circos se deberían parecer a los del Cirque du Soleil el único que han visto y que, seguramente, lo disfrutaron en Las Vegas , o que la autoridad diga que piensa crear un santuario para los casi 2,500 animales que se van a quedar en la sombra tanto en el DF como en los seis estados de donde se importó tan genial idea.

Por favor, señores legisladores, ya no intenten pensar, estamos muy bien sin sus marranadas.

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