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Arte e Ideas

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“Manto de gemas”, la herida que todos llevamos dentro

No vamos a encontrar la panacea sobre la violencia que nos atraviesa, pero el arte y la cultura son vitales para mostrar el piso en el que estamos parados, comparte la realizadora que finalmente hará debutar su cinta ante su público natural.

Natalia López Gallardo, cineasta. Foto EE: Ricardo Quiroga

"Las películas se van construyendo y las ideas van naciendo, y si finalmente uno es coherente a lo largo del camino con ese corazón que es el impulso primordial de la película, todo corresponde, todas las decisiones que uno va tomando, van alimentando ese mismo corazón. Así una película construye ideas potentes. Pienso que mientras que la literatura construye más imágenes que el cine, este construye más ideas”,

Natalia López Gallardo, directora de cine

Natalia López Gallardo se levanta de una de las mesitas de la cafetería instalada en la sombra del patio secundario del Centro Cultural Clavijero. Es casi mediodía. Natalia ofrece entrevistas previas a la presentación de “Manto de gemas”, su ópera prima, aunque no su debut en el cine. Desde hace más de 15 años ha trabajado sobre todo como editora en cintas como “Heli” (Amat Escalante, 2013), “Luz silenciosa” o “Post tenebras lux” (Carlos Reygadas, 2007 y 2012).

Natalia se levanta de la silla de la mesita donde toma el café para observar al centro del patio a un grupo de pequeñitos, seguramente de kínder, en su rato de juego después de una visita guiada por el centro cultural. “Mira, qué hermosos se ven, y son muy pequeñitos”. Sonríe.

Este jueves, después de una gira por festivales en todo el mundo y de haberse llevado el Oso de plata, Premio del Jurado, en febrero, en la Berlinale, “Manto de gemas” finalmente se exhibe ante el público mexicano, su público natural.

“Manto de gemas” es una historia de historias, es la dimensión emocional de quienes pierden a alguien, o lo ven desvanecerse, pero no cesan su búsqueda dentro de los círculos más profundos del crimen organizado, una cinta que libra la línea muy fina, tan delgada que corta, entre la apología del crimen y el retrato tan necesario de ese monstruo de la violencia que no se nos apareció como una invasión inadvertida del desasosiego, sino que se nos ha ido gestando, se nos encarna y del que sería iluso pensar que nos sobrepondremos en un destello de la nada, por un mensaje voluntarioso.

La incomprendida realidad mexicana

“El conflicto del que habla la película, que es más bien una tragedia que llevamos muchos años entretejiendo y tiene raíces en lo social, en lo político, en lo económico y lo antropológico, es complejo de definir, de acercarse y de significar, porque esa tragedia se viene a sumar a la realidad mexicana que ya de por sí tiene un toque contradictorio, multicolor y surrealista”, comparte López Gallardo sobre lo importante que es que “Manto de gemas” se exhiba frente a personas que comprenden el mismo código cultural, de un urdimbre denso.

Es difícil para una mente netamente occidental aceptar una realidad como la nuestra. Vivimos en pleno occidente, pero tenemos una veta de pensamiento no occidental y eso nos enriquece completamente”.

Las imágenes de cuerpos desmembrados, los mapas de fosas, los nombres, las caras, las historias de las personas que nos arrebatan…. llevamos conviviendo con eso por mucho tiempo, apunta la realizadora. Y estamos sedados pese al dolor a flor de piel. “Pero no solo es el tiempo el que nos ha sedado, sino el sistema en el que vivimos. El capitalismo consumista envuelve y normaliza las tragedias como la nuestra. Es algo que nos está pasando desde hace mucho tiempo y se ha insertado en todas las capas de la sociedad”.

Sin embargo, precisa, “Mango de gemas” no se inserta en la violencia ni en sus manifestaciones, sino en la herida que cargamos.

“Vi muchos documentales y leí libros sobre la evolución del crimen organizado en México, las manifestaciones sociales, las respuestas a nivel económico, pero no fue sino hasta que hablé con la gente que encontré mi película. La gente me contó lo que sentía, lo que soñaba, lo que había vivido y los miedos que tenía. Pero fue especialmente cuando hablé con las madres de personas desaparecidas que me di cuenta de la magnitud del asunto, del dolor que hay. Y entonces me di cuenta que esa es una herida que va a durar generaciones en nuestro país”.

“Todos cargamos con esa herida”

Mostrar una herida de tal magnitud en nuestro cine, en nuestras artes, coincide la realizadora, no es ninguna necedad, no es encasillamiento de nuestros relatos, no es un cliché ni una apología, en la mayoría de los casos. “Me di cuenta que todos cargamos con esa herida de diferentes formas. Cuando hablaba con la gente empecé a ver esa herida en todo el mundo y en mí misma. Esta película es sobre esa herida”.

La directora voltea a ver a esos pequeños jugando en el centro del patio. Juegan a perseguirse por turnos alrededor del círculo. Al que pierda le hacen una pregunta sobre la visita a las exposiciones temporales. Y Natalia sonríe, quizás porque en ellos ve esperanza y sobre ellos toma cuerpo el valor del cuidado interpersonal y de las emociones. Y continúa:

“Pero si hay algún modo de echar luz sobre el asunto es a través de lo colectivo. Se trata de darnos cuenta que somos un tejido y poder reflejarnos en los demás y cultivar la empatía nos va a hacer poder vislumbrar, quizás no la salida, pero el piso en el que estamos parados. Por eso creo que todas las manifestaciones culturales son vitales, son un bien inmenso, pero difícil de cuantificar”.

“Manto de gemas”

  • Dirige: Natalia Pérez Gallardo
  • Coproducción México-Argentina-Estados Unidos
  • Año: 2022
  • Duración: 118 minutos
  • Fotografía: Adrián Durazo
  • Reparto: Nailea Norvind, Antonia Olivares, Aida Roa, Juan Daniel García Treviño, Sherlyn Zavala Díaz, Balam Toledo.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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