Buscar
Arte e Ideas

Lectura 2:00 min

María Pistolas

Hacen falta mujeres bravías en nuestra historia. Vean este rostro en la foto que acompaña este texto: es el rostro de un héroe.

Hacen falta mujeres bravías en nuestra historia. Vean este rostro en la foto que acompaña este texto: es el rostro de un héroe.

María Arias Bernal, bravísima activista revolucionaria y profesora de profesión, seguidora de Francisco I. Madero y guardiana de su tumba, la de Madero, en los días que siguieron a la Decena Trágica,?para salvarla de denuestos. Días antes de la muerte de Madero, Arias y Eulalia Guzmán fueron a rogarle a Victoriano Huerta por las vidas de Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, por supuesto sin éxito.

Enemiga jurada de Huerta, la fuerte Arias hizo guardia durante?días frente a la tumba del mártir Madero. En 1913 fue detenida por agredir a Jorge Huerta, hijo de Victoriano, porque lo descubrió vandalizando la tumba.

Arias fue fundadora de una escuela específica para mujeres en la que enseñaba historia, matemáticas, lecto-escritura y labores manuales como el bordado y tejido.

A María le decían María Pistolas. La anécdota: al llegar Álvaro Obregón a la Ciudad de México en 1914 preguntó quién había cuidado del último lugar de reposo de Madero. Cuando le dijeron que había sido la profesora Arias, Obregón le entregó su pistola, diciéndole: Tantos hombres pudieron tomar el fusil pero no quisieron dejar comodidades, familia e hijos (...) Cedo mi arma a la señorita Arias porque es digna de llevarla .

concepcion.moreno@eleconomista.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas