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Netflix, el gran pionero de la TV por Internet
La firma de entretenimiento tiene ingresos similares a los de Grupo Carso, Grupo Santander o Grupo Modelo en México.
Netflix Inc fue creada en 1997 por Reed Hastings y March Randolph, como un videoclub que brinda servicio ilimitado de películas a través del correo tradicional o por Internet, a cambio de una cuota fija mensual. Sin embargo, la verdadera revolución Netflix se dio a partir del crecimiento y fortalecimiento del streaming. Para darle una idea de lo que hablo, en el 2012 Netflix pasó de ser el cliente más grande del servicio postal de Estados Unidos a ser la mayor fuente de descargas de tráfico en red.
Hoy Netflix tiene más de 57 millones de suscriptores y se puede disfrutar en 50 países. Su número de usuarios se ha duplicado en dos años. Su inmenso catálogo de películas, series y documentales suma cerca de 2,000 millones de horas de contenido y su ingreso anual en el 2014 fue de 4,740 millones de dólares.
Increíble pensar que una empresa que tiene menos de dos décadas de existencia, tenga ingresos similares a los de Grupo Carso, Grupo Santander o Grupo Modelo en México. En las últimas 52 semanas, su acción tuvo un crecimiento de 61 por ciento.
Desde luego, su crecimiento a futuro no será gratuito. En el 2015, Netflix tiene contemplado invertir 600 millones de dólares en mercadotecnia, 500 millones de dólares en tecnología y 3,000 millones de dólares en la adquisición o creación de contenido. Por cierto, la creación de contenido propio es un rubro en el cual la empresa está apostando con gran confianza después del espectacular éxito de House of Cards. Esta confianza se basa en una enorme ventaja; la íntima relación que la empresa tiene con sus suscriptores y la cual le permite saber lo que ellos quieren ver de manera rápida y clara.
Netflix no sólo debe su éxito actual, sino que ha apostado su modelo de negocio, al crecimiento de la televisión vía Internet y a su crecimiento internacional. La empresa confía en que día a día el número de pantallas por hogar seguirá creciendo y que este crecimiento irá de la mano de Internet y no de la televisión abierta o de paga.
De alguna manera, lo que ofrece Netflix es un clara y abierta respuesta a lo que a la sociedad actual nos gusta: una relación sin mayores compromisos y una total libertad para que el usuario maneje su entretenimiento. A continuación, una lista que lo explica:
- Entretenimiento a través de películas, documentales o series ilimitado al mes por una tarifa fija sumamente accesible.
- La ausencia absoluta de patrocinadores o comerciales.
- El control absoluto de su pantalla. Es decir, uno decide cuándo, dónde y a qué hora quiere ver sus películas.
- La posibilidad de cancelar y volver a suscribirse sin compromisos, multas o preguntas.
- La posibilidad de personalizar su cuenta con base en sus gustos, preferencias, edad, idioma, territorio y tipo de familia.
Si bien Netflix ha sido el causante de importantes dolores de cabeza para las grandes empresas de televisión abierta y televisión por cable, todo indica que los tres formatos podrán coexistir en el universo del entretenimiento y tendrán su lugar en el hogar de los consumidores. Al final del día, cada formato se orientará a brindar lo que le es más endémico y migrará de lo que otros pueden hacer mejor.
Desde la perspectiva de la empresa, sus competidores por la atención de las audiencias no son únicamente las televisoras o las cableras, sino cualquier actividad de entretenimiento a la cual los consumidores decidan dedicar su tiempo libre, desde leer una revista o jugar un videojuego hasta comprar una película pirata. Sin embargo, su competidor más cercano y probablemente por muchos años es HBO. Con esta empresa no sólo compite por audiencia, sino por talento, contenido y posicionamiento en el mercado internacional.
Finalmente, las causas y consecuencias de la revolución Netflix son un claro ejemplo de la eficiencia de las leyes de un mercado libre, en donde además de los inversionistas, los consumidores también son grandes beneficiarios.