Buscar
Arte e Ideas

Lectura 5:00 min

“Nuestra narrativa sigue siendo muy convencional”

El escritor y periodista mexicano Sergio González Rodríguez propuso, en el Encuentro Telecápita, la teoría del oneirograma, un método de trans-escritura que se coloca fuera de lo convencional.

¿Cómo es posible identificar lo literario dentro del amplio espectro de posibilidades editoriales que se ofrecen en los estantes de novedades? Ante estas y otras preguntas, el escritor y periodista mexicano Sergio González Rodríguez propuso, en el Encuentro Telecápita, la teoría del oneirograma, un método de trans-escritura que se coloca fuera de lo convencional.

Es un modo de romper con los elementos tradicionales de la narrativa que suelen obstruir la creatividad, la causalidad, la explicación, la coherencia del relato convencional, la unidad tiempo y espacio. Creo que las narrativas contemporáneas de muchas partes del mundo, por la influencia del cine, están rompiendo todo esto, pero en la tradición mexicana es algo que aún no se ha hecho: seguimos teniendo una narrativa convencional , comenta.

Tenemos unas tradiciones muy formadas en la preponderancia de cierto canon que triunfó y esto ha impedido que prosperen otras formas. Somos una sociedad muy sólidamente fundada en cuanto a sus principios culturales. Esto viene del nacionalismo posrevolucionario y no se ha establecido una crítica a fondo de todas estas influencias que siguen siendo importantes , explica.

Tradicionalmente, la literatura ha tenido una participación muy directa con los sueños. Los mitos se originan en la relación de los hombres con los dioses a través del sueño, a través de la videncia, a través de la narcosis cuando se ingieren sustancias enervantes para tener visiones, pero con el tiempo esto ha derivado hacia una situación más compleja. El factor mimético que ha permitido el desarrollo de la propia literatura ha cambiado radicalmente porque ahora ya no es la realidad la que nos inspira, tampoco los sueños, sino el conjunto de ficciones que se interconectan entre sí mediante, justamente, la posibilidad cultural que se da en los tiempos ultracontemporáneos .

Sergio González explica: es fácil si prestamos atención a las aplicaciones recientes del cine relacionadas con los sueños. Tenemos muchas películas que durante los últimos años han reflexionado sobre el fenómeno de los sueños .

Mi propuesta en la teoría del oneirograma es tratar de comprender cómo se dan estos fenómenos, donde uno lo que guarda después de un sueño es la memoria del sueño. Muchos escritores han transcrito estos sueños como relato casi al pie de la letra, es el caso de Perc, Benjamin, y muchos otros , dijo.

La modernidad tiene una gran historia sobre ya no la interpretación de los sueños, que es una teoría psicológica, sino sobre la narrativa de los sueños. En mi caso, lo que trato de proponer es que esa narrativa no es una representación literal o tal como quedó en la memoria al despertar, sino que uno interviene los sueños, así como hay intervención artística o estética en un edificio o una arquitectura, tal como se propone una arquitectura interior o elaborar un nuevo producto a partir de algo ya existente. Yo lo que propongo es que los sueños personales deben ser sujetos en una intervención artística-estética a una reelaboración narrativa.

Lo que ahora queda mucho más claro es la premeditación de intervenir un sueño como una forma de darle un tratamiento adicional al que había tenido tradicionalmente, uno se configura como un interventor de sueños, en esta medida estamos transformando la relación que había anteriormente, en la que el escritor se enfrenta al sueño y el sueño es la materia que va a dominar su escritura, en este caso, el énfasis recae en la intervención. Ya no es el sueño lo que pesa, sino la responsabilidad que yo tengo frente al sueño para transformarlo en algo nuevo.

A manera de conclusión, la trans-escritura serían los tipos de escritura que están más allá de lo moderno y lo posmoderno. Es una situación donde uno ya considera con cierto conocimiento del pasado histórico, del presente, esas posiciones hacia una situación que es más prospectiva, no sé si exactamente futurística porque el futuro siempre guarda una relación con la realidad. Más bien es una escritura de tipo prospectivo, conjetural, con ciertas tendencias aproximativas, nada es definitivo, todo es elusivo, todo es conectable. Yo creo que estamos ante posibilidades de transescritura muy tangibles. Los sueños te dan muchas cuestiones que no te da de ninguna manera la realidad. Y esas dudas que hay en el sueño, esos quiebres, esos puntos de fractura, esos sinsentidos son justamente una propuesta literaria que hay que reivindicar manejándola conscientemente , detalla el escritor.

aflores@eleconomista.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas