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Opacos y arbitrarios cambios en el SNI afectan a científicos
La forma en que se modifica el reglamento llevará a muchos investigadores a someter sus expedientes a una reconsideración o al amparo, asegura el doctor Antonio Lazcano.
El 11 de enero de 2022 a través de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se dieron a conocer los resultados de la Convocatoria 2021 para el Ingreso, Promoción y Permanencia del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). En números fríos, el total de solicitudes recibidas fue de 15, 520 de las cuales 5,810 fueron miembros vigentes que lograron mantener su membresía y 3,649 de nuevo ingreso que se integraron al total de 36,714 investigadores que conforman el SNI.
Por áreas de conocimiento el porcentaje de aprobación quedó de la siguiente manera:
- Área I. Físico Matemáticas y Ciencias de la Tierra, 71.7 por ciento.
- Área II. Biología y Química, 61.25 por ciento.
- Área III. Medicina y Ciencias de la Salud, 66.49 por ciento.
- Área IV. Ciencias de la Conducta y la Educación, 58.58 por ciento.
- Área V. Humanidades, 75.94 por ciento.
- Área VI. Ciencias Sociales, 59.53 por ciento.
- Área VII. Ciencias de Agricultura, Agropecuarias, Forestales y de Ecosistemas, 63.23 por ciento.
- Área VIII. Ingenierías y Desarrollo Tecnológico, 55.73 por ciento.
- Área IX. Interdisciplinaria, 47.35 por ciento.
Aunque como cada año las comisiones generaron una discusión colegiada y la evaluación de las currículas, para el doctor Antonio Lazcano, quien este año concluyó su participación en una de las comisiones dictaminadoras, en el proceso ha habido una “discrecionalidad absoluta y una incapacidad administrativa (emisión de convocatoria, recepción de documentos y una imposición de reglamentos no aprobados)”, que implica violentar la evaluación de pares.
Un ejemplo en las inconsistencias administrativas es que el 17 de junio hubo una convocatoria a la que no fue convocado el doctor Lazcano a pesar de ser parte de una comisión evaluadora, esto era para votar a los nuevos integrantes antes de que las comisiones entraran en funciones. “Lo que se hizo es violar el reglamento actual del SNI porque no se pudieron aprobar los nombramientos”.
Lazcano asegura que la forma tan trivial y a la ligera en que se modificó el reglamento llevará a muchos investigadores a someter sus expedientes a una reconsideración, incluso a una serie de amparos que seguramente se van a ganar.
Para entender a detalle el por qué muchos de los investigadores no alcanzaron un resultado favorable una clave está en la aplicación retroactiva. El 18 de junio de 2021 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo por el que se derogó el artículo 34 del Reglamento del SNI, dicho artículo señalaba que los nuevos criterios del Reglamento publicado en abril de 2021 no podrían ser aplicados sino hasta la convocatoria 2022.
Así, la derogación de este artículo perjudicó a los investigadores que hicieron su solicitud en la convocatoria 2021, pero que sus expedientes se basaron en los criterios del reglamento de septiembre de 2020, que dicho sea de paso, ha sido eliminado del sitio web de Conacyt para su consulta y comparativa. Esta modificación viola el principio fundamental de la no retroactividad, contenido en el Artículo 14 Constitucional.
Nuevos criterios contradicen ley vigente
Por otro lado, este nuevo reglamento se promovió antes de que fuera promulgada la nueva Ley de Ciencia y Tecnología (aún sin promulgar), lo cual quiere decir que el reglamento que se impuso no está acorde con la ley actual, por lo tanto “la aprobación e integración de los nuevos criterios para entrar o seguir en el SNI están en contradicción con la ley vigente”, dice Lazcano.
Con esto en la mesa, un ejemplo de afectaciones a algunos investigadores se dio al tener que cumplir con la cláusula de comunicación social de la ciencia y de compartir los resultados que incluía actividades de divulgación. En este sentido, el doctor Lazcano explica que muchos científicos lo hacen y otros no, pero con una cláusula que obligaba a evaluar resultados de los tres a cinco años pasados y en función de eso ser juzgados, muchos investigadores quedaron sin la posibilidad de comprobar actividades de esa naturaleza. Agrega que además había cierta confusión para evaluar, pues no se le daba el peso correspondiente, por un lado a la divulgación y por el otro a la difusión.
Un caso similar se dio con los investigadores que trabajan en universidades privadas. En 2020 el Conacyt reformó el reglamento para que ya no recibieran el estímulo económico; sin embargo, muchos investigadores tienen nombramientos por tres años. Aunque esto se quiso desconocer, diversos jueces administrativos otorgaron la suspensión definitiva ante cientos de amparos que fueron interpuestos toda vez que para su ingreso al sistema provenir de una institución privada no era una limitante y los investigadores tuvieron que someterse al mismo proceso de evaluación para ser admitidos. Hoy para el nuevo proceso, ya no fueron tomados en cuenta.
Otro ejemplo es que en el nuevo reglamento se pide dar una evaluación más favorable a los investigadores que se ajustan a los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces), que también es algo que la misma dirección del Conacyt definió sin un consenso de la comunidad académica, lo que deja fuera a un gran número de investigaciones en curso que no necesariamente responden a las prioridades gubernamentales.
Posdoctorados se unen a las bajas del SNI
Por su parte, los investigadores en estancias posdoctorales que no están contratados por una institución, sino por el Conacyt, también perdieron a partir de enero de 2022 el estímulo SNI. Se trata de alrededor de 130 investigadores, quienes la mayoría contaban con un nombramiento en el SNI.
La doctora Gladys Valencia Castañeda realiza su estancia posdoctoral desde noviembre del 2020, durante el primer año no hubo ningún problema y recibió su pago, el año pasado se sometió a la beca de continuidad y le fue renovada, por lo que recibió el monto de noviembre y diciembre de 2021 sin ningún problema, pero a partir de enero, ya no se vio reflejado el pago y lo mismo le pasó a la mayoría de los investigadores que laboran bajo esta figura.
Algunos de los afectados han buscado a las autoridades de Conacyt para saber las razones, la contestación aunque con respuestas variadas, es que les están aplicando el artículo 62 del nuevo reglamento, donde estipula que la persona o el investigador puede recibir el apoyo siempre y cuando sea una persona vigente, activa y que reciba remuneración donde labora.
Esto además de que se está aplicando de manera retroactiva, pues su nombramiento fue con las reglas anteriores, es ambiguo y confuso para los investigadores pues en su caso no les paga la institución donde laboran, por ejemplo la doctora Gladys lo hace desde el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, pero el pago llega a través de Conacyt. La respuesta ha sido que no es compatible el pago porque están recibiendo una beca posdoctoral (que es un sueldo) y el estímulo SNI, ahora llamado apoyo.
Valencia Castañeda explica que una estancia posdoctoral no tiene estabilidad laboral, es una forma de subsistir como investigador y hacer ciencia. “El trabajo que implica es similar al de un investigador que está en una universidad o un centro de investigación; damos clases, asesorías, participamos como directores de tesis y hacemos investigación en un centro específico. Pero el contrato es por beca que paga Conacyt por un año con la oportunidad de un segundo año siempre y cuando se cumpla con los requisitos de la convocatoria. Todas las actividades que realizamos las reportamos directamente al Conacyt”. Pero hoy esta interpretación del Consejo también los tiene fuera del Sistema Nacional de Investigadores
¿Qué es el SNI?
El Sistema Nacional de Investigadores fue creado por acuerdo presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de julio de 1984, para reconocer la labor de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnología. El reconocimiento se otorga a través de la evaluación por pares y consiste en otorgar el nombramiento de investigador nacional. Esta distinción simboliza la calidad y prestigio de las contribuciones científicas, en paralelo al nombramiento se otorgan estímulos económicos cuyo monto varía con el nivel asignado.
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