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Para que puedan ser felices para siempre
Tal vez usted, como quien esto suscribe, cree que no hay mejor forma de echar a perder una noche de romance y placer que sacar a relucir el tema económico.
Tal vez usted, como quien esto suscribe, cree que no hay mejor forma de echar a perder una noche de romance y placer que sacar a relucir el tema económico.
Pero bien pudiera ser todo lo contrario, tal vez el abordar el tema económico sea la única manera de que el famoso y vivieron felices para siempre pueda hacerse realidad... siempre y cuando tengamos bien claro que la economía no sólo se trata de dinero, sino del adecuado manejo de los bienes escasos.
Así, según Paula Szuchman y Jenny Anderson, la economía puede ayudar a los matrimonios a mucho más que llevar las cuentas de la casa.
No sólo amor, también son costos, oferta y demanda
En su libro Spousonomics, aún sin traducción al español, estas periodistas del Wall Street Journal y el New York Times aplican los principios fundamentales de la economía a todas las facetas del hogar, como la división del trabajo doméstico, los planes para el largo plazo y, hacen particular énfasis en algo que, qué duda cabe, llega a ser un bien de muy alto valor y que no es extraño que sea escaso en los matrimonios: el sexo.
Ellas definen la matrimonomía (nuestro intento de traducir spousonomics) como el arte de emplear la economía para minimizar los conflictos y maximizar las ganancias de la inversión más grande de tu vida: tu matrimonio .
Szuchman y Anderson creen que la economía es la herramienta indicada para resolver los problemas maritales (no sólo los sexuales) porque no discrimina entre sexos, entre quién tiene razón y quién no. No le importa quién ganó la última pelea o a quién le toca el control de la tele. En cambio ofrece soluciones lógicas y desapasionadas a lo que normalmente puede parecer una espinosa, ilógica y muy emocional disputa marital .
Hay que mencionar que Spousonomics no es un libro de especulaciones; no, las autoras investigaron, cuentan, casos reales e incluso hicieron experimentos con otras parejas.
En lo que, apreciado lector, compras el libro o para el caso de que decidas no hacerlo, he aquí un par de principios básicos que encontraron Szuchman y Anderson.
Baja los costos. No esperes que un encuentro sexual sea como los primeros, de toda la noche, con velas, tina, cena previa y cuanta cosa más se les pudo ocurrir. Si el tiempo, la energía y/o el dinero no abundan, más vale un encuentro más barato... en otras palabras: prefieran un rapidito (quicky) a la menor oportunidad antes que esperar tres semanas preparando la gran ocasión.
La transparencia es fundamental. La fábula de Pedro y el lobo ya nos lo debió haber enseñado... no finjas, no mientas, no engañes, no inventes dolores de cabeza ni presumas lo que no puedes hacer: di la verdad. Quieres o no, qué quieres, cuándo, cómo. Si bien puede haber algunos problemas, serán menores que los que generen las mentiras.
mlino@eleconomista.com.mx