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Polución aumenta riesgo de autismo

Las mujeres embarazadas expuestas a altos niveles de contaminación del aire en Estados Unidos tienen dos veces más posibilidades de dar a luz a un niño con autismo en comparación con las que viven en áreas con menor polución.

Las mujeres embarazadas expuestas a altos niveles de contaminación del aire en Estados Unidos tienen dos veces más posibilidades de dar a luz a un niño con autismo en comparación con las que viven en áreas con menor polución, según un estudio publicado el martes.

Éste es el primer gran estudio nacional que examina la relación entre el autismo y la contaminación del aire en todo el territorio estadounidense, dijeron los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (HSPH), en Boston, Massachusetts.

Nuestra investigación es preocupante porque muestra que, según el tipo de contaminante, de 20 a 60% de las mujeres que participaron en el estudio vivía en zonas donde el riesgo de autismo era más alto , dijo Andrea Roberts, investigadora de la HSPH.

Es sabido que las partículas de diésel, plomo, manganeso, mercurio, cloruro de metileno y otros contaminantes afectan la función cerebral y el desarrollo del niño.

Dos estudios anteriores ya habían demostrado la relación entre la exposición a la contaminación del aire en las mujeres embarazadas y los niños con autismo, pero estos estudios habían analizado datos de sólo tres lugares en Estados Unidos.

Los autores de esta investigación, publicada en la edición en línea de la revista Environmental Health Perspectives, analizaron datos de un estudio a largo plazo iniciado en 1989 para el que se censaron 116.430 mujeres.

En ese grupo, los investigadores siguieron a 325 mujeres que habían tenido un hijo autista y a otras 22,000 cuyos hijos no sufren de este trastorno.

Luego examinaron los niveles de contaminantes en el aire en el momento y lugar de nacimiento, basados en datos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).

Las mujeres embarazadas que vivían en zonas donde la concentración de partículas diésel y mercurio en el aire eran mayores tenían el doble de riesgo de tener un niño con autismo que las que vivían en lugares menos contaminados por estas sustancias, concluyeron.

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