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¿Qué es el mansplaining y por qué los hombres deben reaprender y resignificar su masculinidad?
Este comportamiento, arraigado en los aprendizajes de género, menosprecia la autoridad de las mujeres y refuerza las desigualdades entre géneros.
El término "mansplaining" ha cobrado relevancia en los últimos años para describir una situación común pero perjudicial: cuando un hombre asume, de manera condescendiente o paternalista, que sabe más que una mujer sobre un tema específico y decide explicárselo, incluso cuando ella ya lo domina.
Según la psicóloga y doctora en Sociología Alejandra Salguero Velázquez, de la UNAM, este comportamiento se observa a menudo en entornos laborales, donde hombres con el mismo nivel académico que sus compañeras las menosprecian, y en el ámbito familiar, donde los hombres suelen adoptar roles de liderazgo que los llevan a interrumpir o corregir constantemente a sus parejas e hijas.
La raíz del "mansplaining"
La raíz del "mansplaining" se encuentra en los estereotipos de género profundamente arraigados en nuestra sociedad. Los hombres, desde temprana edad, aprenden a asociar su género con atributos como la fuerza, la inteligencia y la capacidad de liderazgo. Estos estereotipos los llevan a creer que poseen un conocimiento innato superior, independientemente de su experiencia o formación académica.
Salguero Velázquez explica que estos patrones culturales hacen que los hombres se sientan incómodos cuando una mujer demuestra un conocimiento o habilidad que desafía las expectativas de género. Para reafirmar su masculinidad, recurren al "mansplaining", buscando demostrar su superioridad intelectual.
No se nace, se aprende
Además, señala que para aspirar a la igualdad de género y lograr condiciones menos inequitativas entre hombres, mujeres y grupos minoritarios, es necesario estudiar más a los varones, quienes desde niños han aprendido a desarrollar ciertos patrones de conducta que construyen su masculinidad.
Advirtió que mientras en los estudios de género se ha profundizado desde hace muchos años en la problemática de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+, los análisis sobre hombres datan de la década de 1990, es decir, son muy recientes, además de que no se ha logrado una amplia participación de ellos.
La especialista destacó que los varones, por el hecho de serlo, generalmente asumen y se consideran “superiores” no sólo con las mujeres, sino también con otras masculinidades jerárquicamente diferentes.
Mencionó que no se nace, sino que se aprende a ser hombre a partir de múltiples maneras, a partir de procesos de socialización y aprendizaje en las familias (la propia y con las que se convive desde la infancia), la escuela, las amistades, el trabajo, el tiempo libre y las instituciones de salud o religiosas.
También aprenden a violentar a otros, mediante insultos y riñas callejeras, y a sí mismos, a través del alcohol, las drogas e incluso el suicidio, que es más frecuente en las mujeres, pero en los hombres es la mayoría de las veces definitivo, añadió.
Para resignificar estas conductas masculinas, y aprender a vivir con equidad de género, la especialista consideró que el primer paso es reconocerlas e intentar modificarlas, dando paso a expresiones propias de cualquier persona, como la vulnerabilidad y la exteriorización de las emociones.
Se tiene que identificar el problema o actitud, frenarla y actuar en consecuencia, sin minimizar y corrigiendo comportamientos, finalizó Salguero Velázquez.