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Arte e Ideas

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Qué propone el nuevo gobierno en ciencia y tecnología

La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, ha reiterado que uno de sus principales compromisos es hacer de México “una potencia mundial en ciencia” y por ello la decisión de crear una nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación; sin embargo, hay dudas de cómo será eso posible si ha dicho también que conservará presupuestos actuales e incluso buscará una política de mayor austeridad.

El actual Conahcyt se elevará a rango de secretaría de Estado y se denominará Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnologías e Innovación. Foto EE: Hugo Salazar

Una vez que la virtual presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunciara que Rosaura Ruiz Gutiérrez será la titular de la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, que sustituirá al actual Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), toca revisar el documento eje que dará rumbo al proyecto de la mandataria, que se titula 100 pasos para la Transformación, e incluye un apartado referente a Educación, Ciencia y Cultura.

En este documento se establece como prioridad en cuanto a ciencia, evaluar y enriquecer la agenda de proyectos estratégicos, así como perseverar la convocatoria para proyectos específicos. Se menciona que será importante “la participación del sector académico, público y los sectores social y privado para desarrollar investigación y aplicación de conocimientos en las áreas estratégicas acordadas”, por ello se señala como prioridad reforzar la estrategia de los Proyectos Nacionales de Investigación e Incidencia.

Dentro de las propuestas que se enumeran, se habla de dar continuidad al desarrollo científico, tecnológico y la innovación en ciencias básicas, naturales, sociales y humanidades, a través de la vinculación con áreas prioritarias y sectores estratégicos de nuestro país, tal como lo planteó en su agenda el actual gobierno. En el actual periodo sexenal se modificó la forma de distribuir las becas y apoyos a investigaciones, por lo que muchos proyectos no alineados a las áreas prioritarias del gobierno quedaron sin presupuesto, algo que fue criticado por científicos. Una parte sensible para el sector fue también haber eliminado becas a proyectos de investigación a través de instituciones de educación privadas, por lo que el nuevo abordaje de estos puntos será fundamental para la comunidad científica.

Aumentar el presupuesto

Un punto relevante será el presupuesto, ya que en los últimos seis años el presupuesto para CTI a través del Conahcyt ha estado en mínimos históricos. Por ejemplo, para el ejercicio fiscal 2024, el Consejo recibió un monto de 33,170 millones 745,272 pesos, el cual, en números brutos, es menor al presupuesto asignado en el 2015, que fue de poco más de 33,706 millones de pesos. Con el monto actual, el Conahcyt opera con la proporción más baja de las últimas décadas en comparación con el total del Presupuesto de Egresos de la Federación, con solamente el 0.37% del presupuesto nacional.

A pesar de que el planteamiento del nuevo gobierno habla de aumentar el presupuesto destinado a la ciencia y al desarrollo tecnológico, e impulsar la investigación interdisciplinaria vinculada a proyectos que atiendan el desarrollo nacional, apenas la semana pasada Sheinbaum Pardo especificó que no habrá incremento presupuestal para impulsar la conformación de la nueva secretaría, incluso dijo: “Vamos a darle todavía un apretón más a los gastos de operación en algunos lugares (dependencias), con más austeridad republicana, sin afectar, obviamente, los proyectos prioritarios y la operación de gobierno”.

Hasta ahora tampoco se ha mencionado si se retomará la meta de asignar a CTI el 1% del Producto Interno Bruto que mandataba la modificada ley correspondiente, y que exime de esa responsabilidad al Estado; retomarla sería importante para cumplir las recomendaciones de la OCDE para ser competitivos.

Programa de apoyo y transferencia

Un punto que se distancia del actual gobierno es hablar de la creación de un Programa de apoyo y transferencia de conocimiento a nivel nacional para el aprovechamiento de la relocalización de industrias tecnológicas internacionales en aeronáutica, automotriz, marítima, semiconductores y tecnologías para la seguridad. Con ello se busca impulsar y consolidar polos de desarrollo basados en conocimiento científico, desarrollo tecnológico e innovación, que promueva la creación de empresas de base tecnológica y la generación de empleos con un enfoque, regional y nacional.

En los últimos años se percibió más que cercanía, una separación con el sector empresarial y de desarrollo científico, por ejemplo, la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (ADIAT), el principal organismo empresarial que se encarga de la construcción de puentes entre la industria y el sector de ciencia, tecnología e innovación (CTI), se opuso a la aprobación de la Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, en su momento el doctor Guillermo Aguirre Esponda, presidente de la ADIAT, revelaba que, a pesar de que hubo una consulta organizada por el entonces Conacyt, en el documento final no se consideró ninguna de las sugerencias emitidas por la asociación y por expertos de las principales instituciones académicas, científicas y tecnológicas del país.

Consideraron que la nueva Ley podría desmantelar todos los órganos y mecanismos de gobernanza de nuestro Sistema de Ciencia Tecnología e Innovación (CTI), al ser sometidos a un nuevo ente sin contrapesos, en el cual todas las opiniones contrarias a la ideología de la actual administración serían desvirtuadas, silenciadas o no tomadas en cuenta. Aun así el documento de la nueva ley fue aprobado.

Otro organismo importante en este sentido también desapareció. El Foro Consultivo Científico y Tecnológico, como una asociación civil, fue desmantelado a pesar de que desde el 2002 de acuerdo con la Ley de Ciencia y Tecnología en ese momento vigente, nombraba a esta institución como un órgano autónomo de consulta permanente del Poder Ejecutivo federal, del Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación (CGICDTI) y de la Junta de Gobierno del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). En remplazo el Foro se convirtió en un órgano interno del propio Conahcyt, eliminando las opiniones externas y de diferentes sectores. Este será un foco importante de atención para la comunidad.

Programas de becas

En este sexenio fue un área que sufrió muchos cambios, retrasos y fallas administrativas. Como último punto, el documento propone renovar los programas de becas de posgrado, tanto nacionales como al extranjero “que permitan fortalecer las capacidades del país en CTI y disminuir la dependencia tecnológica”.

Se agrega la idea de crear mapas de ruta en temas tecnológicos estratégicos nacionales para el periodo 2024– 2030, en seguridad hídrica, sistema de aguas y acuíferos, salud, farmacéutica y biotecnología, tecnologías agropecuarias, eficiencia energética, fuentes limpias de energía y disminución de los efectos, cambio climático, manejo de residuos y economía circular, Infraestructura, protección civil y manufacturas.

El foco será entender la distribución de las becas, pues en este sexenio fue un área que sufrió muchos cambios, retrasos y fallas administrativas. ¡Posgrados en lucha, Conahcyt no escucha! En reiteradas ocasiones estudiantes de posgrado se manifestaron asegurando cambios arbitrarios, recategorizaciones, falta de transparencia y nulo criterio de legalidad. Hubo marchas, pliegos petitorios, mesas de diálogo, e incluso se formaron grupos como el Frente Nacional de Estudiantes de Posgrado, todo ello para tratar de rescatar sus becas en las diferentes áreas académicas que quedaron fuera de la agenda pública propuesta por el gobierno federal.

Conclusiones del documento

De acuerdo con la propuesta de Sheinbaum Pardo la mayor parte de los avances científicos y tecnológicos susceptibles de ser transferidos para su aprovechamiento en la sociedad provienen de los entornos universitarios y de investigación, por lo que asegura, es cada vez más necesaria la interacción de otros actores en el ecosistema de desarrollo tecnológico e innovación para potenciar sus capacidades.

“Ninguno de los actores (gobierno, academia, empresa capital de riesgo y emprendedores) es capaz por sí solo de desarrollar todo el proceso que se requiere y que va desde una investigación científica hasta la comercialización de un producto asociado”. Para lograr estas interacciones de manera eficaz dijo que se requieren estrategias en 3 vertientes: Estrategias para fomentar la Transferencia Tecnológica en México; estrategias para fomentar el Emprendimiento de Base Tecnológica en México; y estrategias para fomentar la vinculación academia – industria”. Con este contexto se espera ver cambios en el procedimiento y la forma de accionar mecanismos de colaboración.

Reformas constitucionales

Durante este gobierno, se reformaron los artículos 3°, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dejando al Congreso de la Unión el mandato de legislar en materia de educación superior, ciencia, tecnología e innovación. La Ley General de Educación Superior (LGES) se expidió el 19 de abril de 2021 y la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (LGHCTI) el 8 de mayo de 2023. Con este piso es con el que el siguiente gobierno tendrá que trabajar su agenda pública científica para los próximos seis años.

nelly.toche@eleconomista.mx

Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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