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Arte e Ideas

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Retratos del cabaret y su vida nocturna

Eugenia Arenas muestra la agonía de aquella vida nocturna en centros de esparcimiento como el Bombay, Barba Azul, Run Run y Perla.

Amor de Cabaret es el nombre de que lleva la exposición fotográfica de la fotoreportera mexicana Eugenia Arena, en donde muestra la agonía de estos centros sociales que surgieron en la década de los 50.

La realización de dicho trabajo le llevó un periodo de dos años y estará en la Galería DRT hasta el próximo 23 de octubre.

Bombay, Barba Azul, Run Run, y el Perla fueron los últimos cabarets en el DF y los lugares donde la fotógrafa logró un sinnúmero de imágenes, pero se concentró principalmente en las mujeres y sus historias de vida.

Blanco y Negro

La exposición se compone de 50 imágenes blanco y negro que comencé a captar en el 2004. De estos lugares que eran para ir a bailar, donde había ficheras, se les decía así porque se compraban fichas y se las daban a la mujer para que bailara con el señor, con música de orquesta y grupos. Era muy divertido y fue lo que quise mostrar , comentó.

Entrar a los cabarets -aseveró Eugenia Arias- fue muy difícil, pero logró convencer a los hijos de los dueños, a quienes les explicó que debía haber un testimonio de la vida nocturna de esos lugares porque eran los últimos y, sobre todo, porque eran emblemáticos.

Desde joven y por su inquietud fue seducida por estos lugares de entretenimiento, los conocí desde muy chava, tenía como 16 años, le decía a mi mamá que iba a la prepa, pero iba al Catacumbas. Era alucinante. En ese tiempo los clientes pagaban 20 pesos por bailar con las ficheras .

A ello se suma que es fanática del cine mexicano, de los cineastas Gabriel Figueroa, El Indio Fernández, de cabarets y aventureras, entonces los conocí y la verdad o te gustaban o salías corriendo. A mí me gustaron y quise rescatar lo que quedaba de esos lugares , afirmó.

La exposición de Eugenia Arenas ha estado en galerías de Madrid, San Petesburgo, Los Ángeles y San Francisco, donde han conocido el otro lado de las mujeres que trabajan ahí, han sido madres de familia, abuelas que mantienen a sus familias; la otra imagen de ellas, como la China, quien aún cuando tenía seis meses de embarazo llegaba al cabaret a trabajar y en ese momento su bebé se escondía en su vientre, para que lo pudiera hacer , finalizó.

elvia.buenrostro@eleconomista.mx

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